La Universidad Bolivariana de Venezuela, (UVB) forma parte de mi vida. Considero importante la contribución realizada para iniciar ese espacio de transformación de la educación en Venezuela. Desde que se estaba construyendo, hace algo más de 9 años, le he dedicado una porción de nuestra experiencia como revolucionarios, compartiendo experiencias para su desarrollo y los saberes que hemos acumulado. Desde la Coordinación de Ediciones y Publicaciones dirigí un valiosísimo grupo de hombres y mujeres que en conjunto construimos la plataforma del libro y de las políticas universitarias. Eso me lleva a referirme con angustia y preocupación a la crisis por la que atraviesa en estos momentos la UBV, por la situación difícil que la estremece, situación delicada que la hace, a nuestro juicio, muy vulnerable y puede apartarla de los grandes objetivos históricos para los que fue concebida por el camarada presidente Hugo Chávez y la Revolución Bolivariana y Socialista.
La comunidad ubevista vive en la actualidad en un ambiente de miedo, de rumores, de chismes, los espacios para el debate, la confrontación sana de las ideas son mínimos o no existen. El ejercicio de la crítica y la autocrítica se han convertido en amenazas y violencia (hace poco explotó un petardo). Hay amenazas y actitudes punitivas para los que critican a las autoridades o hacen denuncias sobre visibles errores en las providencias estudiantiles como el caso del transporte donde se llegó al extremo de alquilar autobuses porque la flotilla con la que cuenta la UBV están dañados o en desuso; lo mismo ocurre con el comedor que se rumora existen compras de alimentos con sobreprecio. Eso es algo que las autoridades deben investigar no sentirse agredidos cuando se hacen estos señalamientos.
Una terrible cacería de brujas para los inconformes parece privar en un espacio donde la política revolucionaria ¡no brilla ni está ausente! Las organizaciones revolucionarias de vanguardia NO participan en la orientación política y la conducción para fortalecer la UBV. Esta institución está en construcción y de ella depende el cambio educativo. Hay que avanzar más rápidamente en la municipalización de la educación que cambia la cara al sistema clasista de exclusión. ¿Por qué tanta resistencia a esa iniciativa de nuestro Presidente Chávez y del comandante Fidel Castro?
Las autoridades rectorales que son nombradas por el Presidente de la República tienen que asumir el liderazgo político-académico-administrativo y de compromiso con el proyecto ubevista que contempla la horizontalidad, el protagonismo y la corresponsabilidad. Apartarse del proyecto original de la UBV y conspirar contra el avance y consolidación del nuevo proyecto educativo ¡gratuito! Es un gravísimo error. Para eso NO fue creada la UBV. ¿Verdad? Bueno aquí se está cobrando las matriculas y materias en los cursos de postgrado y doctorado y en el centro de idiomas. Esto amparado en la figura de los difusos “ingresos propios”. Si alguien critica ese comportamiento entonces le dicen que eso es “populismo” o quien lo dice es contrarrevolucionario, asumiéndose el discurso de la derecha para criticar las medidas de exclusión implementadas por el gobierno revolucionario. Yo me pregunto, ¿la educación es gratuita o no lo es?
La sensación es que las autoridades desconocen la trayectoria y el proceso de construir la universidad de todos estos años. Con asombrosa ligereza se plantea eliminar direcciones en abierta violación con el Reglamento de la estructura universitaria que costó dos años construir y en el que participaron cientos de ubevistas y que todavía está siendo instaurada. Al cambiar frecuentemente las autoridades, ocurre como en la IV República, se interrumpe la continuidad del trabajo, se producen cambios de directores y directoras a diestra y siniestra soslayando su trayectoria, méritos, aportes a la institución y muchos de los nuevos directivos no están a la altura del cargo. Hay directores que ocupan dos cargos. Personas que en el pasado fueron sancionadas por errores cometidos ahora son ascendidas a cargos claves. No se le da continuidad a las políticas que dejó en marcha la rectora Yadira Córdova.
Una decisión no discutida con nadie de crear fundaciones, las cuales ni siquiera los miembros del Consejo Universitario conocían de su existencia. La eliminación de cooperativas de trabajadores, como la de la seguridad interna, y la posible tercerización de éstos, viene generando angustia e incertidumbre. Lo mismo se plantea con la Imprenta Universitaria adscrita a la Dirección de Promoción y Divulgación de Saberes, la cual sería sustituida por una fundación o Fondo Editorial según un documento que circula profusamente por la Universidad. Cosa que viola el Reglamento UBV, al crear un organismo paralelo a una dirección que es la que tiene esas competencias.
Cuidado con repetir los vicios perversos que esas figuras tienen dentro de la estructura de las universidades tradicionales. ¡Los bien conocidos elefantes blancos! La Dirección General de Promoción y Divulgación de Saberes se crea con unas competencias inspirada precisamente para romper esos modelos tradicionales de las editoriales universitarias. Más que la creación de un Fondo hay que ir hacia la creación de una política editorial de la UBV, crear un sello editorial no significa generar la vieja y arcaica figura de los fondos editoriales. Publicar los resultados de la investigación, las creaciones de la comunidad universitaria, de las comunidades e impulsar experiencias comunitarias no se puede confiar a un fondo editorial sino a una dirección general que junto a la Dirección General de Producción de Saberes y el Vice Rectorado recoja las necesidades, edite y distribuya los productos editoriales.
Además de fortalecer proyectos de promoción de lectura y programas que la universidad planifique dirigida a estudiantes de primaria, secundaria de los liceos bolivarianos con el fin de promover la calidad en la educación, despertar motivaciones de formación vocacional en sus futuros estudiantes y fortalecer la imagen institucional de la UBV que es atacada constantemente por el modelo educativo privado, derechista y neocolonial. El libro universitario tiene que seguir siendo gratuito como lo son todos los servicios de la universidad: la inscripción, la docencia, el comedor, el transporte, la biblioteca, el deporte, la cultura y la recreación. Lo otro es que a los trabajadores no se les puede negar el acceso al comedor como se pretende, ese es un derecho adquirido en 9 años y no puede burlarse.
Definir una política de ediciones y distribución de libros gratuitos para los diferentes PFG que llene el vacio de la falta de material bibliográfico es una deuda que solamente puede ser saldada con el esfuerzo colectivo de los profesores en la selección y presentación de materiales para su edición en forma de libros de textos, selecciones lecturas, guías de estudio y otras publicaciones especializadas. Las cuales junto a las demás publicaciones editadas deben ponerse a disposición de la comunidad universitaria y al país a través de los medios electrónicos. Y algo muy importante: dotar a la imprenta universitaria de los medios necesarios para reproducir los materiales que ameriten ser impresos. No es posible mayor barbaridad y exabrupto que las condiciones laborales que enfrenta el noble y aguerrido colectivo de trabajadores de la imprenta de la UBV, tres años sin aire acondicionado, en un ambiente donde se trabaja con químicos, tintas, sin presupuesto para el mantenimiento correctivo y la inversión en nuevos equipos, así como la adquisición de insumos.
Por cierto, el Catálogo de Publicaciones de la UBV, con más de 250 títulos, es el resultado de la creación intelectual y cultural de la comunidad ubevista y el país, no es poca cosa. Desde hace 9 años las publicaciones de la UBV son de distribución gratuita, cosa que ha sido posible por la creación de la Coordinación de Ediciones y Publicaciones desde la fundación de la UBV y cuando en el 2005 PDVSA dona la Imprenta de su propiedad que funciona en el sótano de la UBV. Las autoridades deben entender que cualquier modificación al Reglamento de la UBV o la creación de una política editorial tiene que ser discutida con la comunidad ubevista.
Las dudas surgen porque se quiere imponer criterios que afectan a toda la comunidad sin discutirlas. Se niega con un simplismo inaceptable mucho de lo construido, de las plataformas levantadas con paciencia y esfuerzo por centenares de personas en todo el país. Priva un mesianismo digno de mejor causa. Muchos de los nuevos cordinadores y asesores rebasan sus funciones para asumirse como supra directivos, dar órdenes, enviar memos conminatorios y groseros a directores, maltratar al personal de las direcciones. La mayoría de esos nuevos jefes carece de formación política y actúan como si fuesen un clan, una secta de conjurados y no funcionarios de una institución en desarrollo que es del pueblo.
No se percibe un manejo político adecuado por parte de las autoridades que prácticamente han despolitizado la institución. El aporte de la UBV a la campaña electoral en general fue pobre. Lo poco que se hizo fue por iniciativa de los trabajadores, algunos profesores revolucionarios, administrativos y sectores estudiantiles motivados por dirigentes de vanguardia. ¡Más penoso no pudo ser! Quizás salvo el esfuerzo que se hizo días antes para la marcha del 4 de octubre, el cierre de la campaña electoral.
No existe sintonía entre el liderazgo institucional y la base conformada por profesores, estudiantes y trabajadores administrativos y obreros. Si acaso realizaron una asamblea durante todo el período de un año. Aquellas reuniones y mesas de trabajo para analizar la problemática que se hacían cuando el rectorado de Andrés Eloy Ruiz o Yadira Córdova y donde participaban la mayoría de la comunidad universitaria, desaparecieron. Los cientos de nuevos estudiantes desconocen esa realidad y puede decirse que reina el desconcierto.
No se ha creado una política de ascensos, de mejora laboral en cientos de trabajadores pero se ha incrementado la nómina de personas ingresadas en un porcentaje realmente preocupante y sin evaluación del perfil de muchos de ellos según señalan trabajadores de Talento Humano y la comunidad de trabajadores se pregunta: ¿esos ingresos tienen el respaldo financiero presupuestario o el pago sale del presupuesto ordinario de la UBV?
Estas son sólo algunas inquietudes que expresamos por los vínculos que tenemos con la institución, no son todos los problemas ni mucho menos, pero ya que el debate comienza a abrirse de esta forma, por canales extra universitarios porque la universidad niega ese debate, queremos entonces expresar algunas inquietudes sanamente, sin ánimo de retaliación, pero sí de crítica revolucionaria porque consideramos que tenemos suficiente autoridad moral para hacerlo. Ojalá las autoridades se abran a la discusión, se apoyen en la masa y gobiernen democráticamente y la UBV salga de la presente crisis.
(humbertocaracola@gmail.com)