Disquisición acerca del nuevo ministro de educación

I

     Disquisición, según cierto diccionario electrónico,  se ha de entender, Excesivo detenimiento en los detalles teóricos de algo que se somete a estudio; y tiene por sinónimos, de acuerdo a la misma fuente: ensayo, tratado, estudio, investigación, memoria, monografía, opúsculo, (www.definición-d.es:letra D).

     Estas líneas creo que no llegan a tanto, como no sea una divagación intempestiva, consecuencia tal vez de la sorpresa que produjo en quien esto escribe y otros colegas ya de la vieja guardia (que no veteranos, vacié) de la educación formal; de los niveles primario, secundario y universitario, el nombramiento del joven abogado Héctor Rodríguez como nuevo ministro de la cartera educativa.

      ¡Menuda sorpresa ha deparado ese anuncio del presidente Nicolás Maduro Moros, en el marco del Bicentenario de la Batalla de la Victoria, 1814-2014 y como un merecido homenaje a la juventud! Y bien está que así sea.

      Una revolución que no transforme los viejos paradigmas, que no rompa ciertas tradiciones inveteradas, inoperantes y ya e improductivas, no se podría llamar tal. Como aquella que define a la educación (y la socialización), como la acción de las generaciones adultas sobre las más jóvenes para que adquieran los hábitos y costumbres de la sociedad y la civilización para segurar su continuación y perpetuidad, ( Emilio Durkheim,1976 en su opúsculo Educación y sociología, abunda en estos aspectos de forma magistral);  quienes somos ya de edad crecida no podemos cerrarnos a los últimos aportes de pedagogos y filósofos, como por ejemplo los ya añejados de Paulo Freire pero muy actuales a pesar de los 40 años que han transcurrido como en un cerrar y abrir de ojos (en Pedagogía del oprimido, 1973) hace disquisiciones profundas y muy actuales acerca de que la educación más bien constituye una acción recíproca; una especie de diálogo en sentido metafórico entre lo viejo y lo nuevo y que diluye las brechas generacionales hasta donde sea posible, ya que cada cual dice su palabra en pie de igualdad y los alumnos y maestros aprendemos juntos, como indagadores de una comunidad de saberes, conviene también tener eso presente, ya que en realidad nadie enseña a nadie pero nadie aprende solo sino en colectivo.

II

     Aunque, ojo, dice el mismo Freire, no se está negando el rol del maestro como adulto significativo y tampoco se está exaltando de manera impropia el protagonismo del estudiante, cada cual tiene su rol pero ninguno de los dos se hiere y ofende (en este sentido recuerdo que hay en la web un audiovisual muy interesante para quien desee profundizar, es una entrevista que no tiene pérdida). ¿Por qué extrañarse entonces de que nuestro presidente obrero haya nombra a un joven ministro de educación? ¿Será que los prejuicios e ídolos de la tribu nos juegan malas pasadas? ¿O es que conviene detenerse más bien en los retos que habría de afrontar el Ministro del Poder Popular para la Educación?

    Tal vez como nunca antes en la historia de Venezuela la juventud había tenido tanto protagonismo y no se le reconocía como tal, tanto de uno como de otro sector político (y revísese a Miguel Ángel Mudarra en su provechosa obra Historia de la Legislación Escolar en Venezuela). Es en la Revolución Bolivariana donde la juventud ha tenido reconocimiento masivo y a pesar de sus errores, ¿pero qué obra humana no los tiene, como recordara recientemente el Capitán Diosdado Cabello Rondón, en el hemiciclo de la Asamblea Nacional?

 Por ejemplo, en lo personal consideramos que fue un grave error reprimir al grupo de jóvenes opositores en Barquisimeto en abril de 2013, que por cierto yo me los tropecé por la Avenida José María Vargas por donde iban vociferando sandeces y más allá de eso no iban a pasar pero luego unos soldados bisoños los reventaron a perdigones de forma infame. Error. Pero   ha sido un éxito las becas que el gobierno da a los estudiantes universitarios y sin preguntar si es revolucionario o no, e inclusive hay becas para el exterior y ahí no media lo ideológico.

    Entonces se avanza en la reivindicación de La Patria niña, para decirlo así con el título de un programa de fin de semana de la Radio Nacional de Venezuela, en su canal clásico, o con la patria adolescente y juvenil. Y nos parece fabuloso que un joven sea el ministro de educación, que con su energía pueda romper algunos nudos gordianos, como se dice, y que obstruyen el buen desempeño de la organización escolar o atentan contra la calidad de la educación. Aquí en Lara, precisamente, hay un grupo de jóvenes profesores que tiene dos y tres años que cumplen labores docentes  en las áreas rurales y urbanas y nunca han cobrado sus sueldos respectivos. ¡Es inaudito! Violándose todas las disposiciones de la ley del trabajo.

III

     Yo sugeriría que por ¡amor de Dios! Solucione Ud. ese conflicto e inclusive si estuviera en su mano (y creo que lo está) ponga de Jefe de la Zona Educativa del Estado Lara a una persona joven, sabrá Ud.  Que  por estas tierras todos los jefes de zona anteriores no han podido con esa situación. Asesórese, digo yo, con la juventud del partido, con Luís Jonás reyes Flores  y el mismo Comandante Reyes Reyes, tan cercano al Comandante Presidente Chávez  y borre esa mancha que es tener a unos docentes activos sin cobrar y otros jubilados sin recibir sus prestaciones. Haciendo eso se ganaría la gloria de ser recordado amablemente, con grata memoria.   

luissaavedra2004@yahoo.es



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Luis Saavedra

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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