1. Tiempo de sentar cabeza
Aún sigo disfrutando cada una de las piezas de Pink Floyd (1964 – 1996), pero sería injusto atribuirle toda su performance a Roger Waters (1943- ). El éxito y versatilidad de la banda fue el resultado de la convergencia de múltiples perspectivas y su capacidad interpretativa de la filosofía underground de varias generaciones. Recuerdo las discusiones sobre el rol del docente en un proyecto de educación libertaria, a partir de su crítica a la educación autoritaria, la disciplina basada en el castigo y el adoctrinamiento escolar expresada en “We don’t need no education” del álbum Another Brick in the Wall (Part 2). Todas nuestras reflexiones culminaban en la disyuntiva entre transformar la escuela pública o desaparecerla. Siempre he apostado a la primera de ellas, pero cuando hoy leo opiniones, en el marco del debate mundial sobre la calidad de la educación, evidencio que algunas de ellas son atractivamente psicodélicas pues apuntan a romper con la responsabilidad del Estado, respecto al sistema escolar y la educación.
La escuela/universidad constituye la expresión y concreción real de la educación como un derecho humano fundamental y mecanismo privilegiado para la igualdad social. Su desaparición sería también el final de un derecho conquistado por los más humildes y los sectores progresistas de la sociedad en millones de combates y luchas. Muchas de las críticas a la educación formuladas por la banda inglesa siguen vigentes, pero como ayer, hoy requieren ser refrescadas, actualizadas y estudiadas en el marco de la sociedad actual y sus contradicciones.
Es urgente emular en todos los campos, el esfuerzo realizado por Miguel Ángel Díaz para colocar en las manos de las nuevas generaciones una versión gráficamente actualizada del cuento de León Tolstoi (1828-1910) “cuanta tierra necesita un hombre” (2010), a la par que nos atrevemos a pensar lo nuevo, lo no resuelto en el pasado. Mucho de los debates y encrucijadas de la educación de hoy, fueron abordadas en otros momentos históricos, otros son debates nuevos, la diferencia es que hoy se requieren propuestas de transformación que no sólo garanticen sino que amplíen el derecho a la educación de todos y todas.
Desde ese lugar de enunciación, los sistemas educativos y la educación emergen en su enorme potencial liberador y el sistema escolar es susceptible de cambios estructurales. Transformar la educación para garantizar acceso a todos(as) por igual, pasa definitivamente por la ruptura con cualquier modelo pedagógico basado en la sumisión, el adoctrinamiento y la castración de la libertad. Esta direccionalidad estratégica está asociada a nuestra visión de calidad de la educación. En ese marco entendemos y apoyamos de manera contundente el llamado del Presidente Nicolás Maduro a un debate nacional sobre la calidad de la educación venezolana.
2. Las modas de la calidad educativa
Cuando uno observa las colas en los cines de niñas(os) para ver Frozen (2013) y se entera que los estudios Pixar y Walt Disney ganaron con ella un Oscar a la mejor película animada, sin tener dotes de pitonisa, es previsible acertar al afirmar que se verá en los anaqueles de las tiendas de juguetes a Anna y los demás personajes del film. Las modas infantiles son fabricadas por la industria cultural norteamericana, como objetos de consumo pero también como ideología. El secreto de esta alienación se fundamenta en transformar los elementos de la fantasía humana en necesidad de consumo.
Algo similar ocurre con la calidad de la educación. Todos los padres, representantes, maestros/profesores y alumnos/estudiantes, en todos los lugares del mundo, cuando van a la escuela/universidad esperan que ella le devele lo desconocido y útil de tal manera que le permita comprender la realidad, desarrollar su personalidad y tener posibilidades de crecer en todos los ámbitos, en medio de una sociedad cada vez más hostil: la sociedad capitalista del siglo XXI.
Esta aspiración social es convertida en “discursos”, “ideas”, “expectativas” inducidas, en las cuales subyacen o se plantean críticas abiertas a la educación. Señalamientos dispersos, fragmentados que desde distintos flancos atacan a la educación pública. La mayoría de los señalamientos suelen ser “ciertos”, pero como en la dualidad del personaje de Robert Louis Stevenson (1850-1894) en el “extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde” pueden ayudar o dañar esta importante conquista humana.
Al no ser valorada la necesidad de la transformación de la educación y los sistemas escolares desde una perspectiva de totalidad dialéctica expresada en la pedagogía transformadora, cualquier cambio aparece como cosmético, generándose una espiral de permanente insatisfacción social, que presiona para cambios sucesivos, aparentemente no conectados, que desde la perspectiva capitalista se orientan al desgaste y el sucesivo debilitamiento de la educación y los sistemas escolares ante la ciudadanía. Su propósito es cada vez más claro: eliminar la educación pública y hacer de la escuela un lugar para élites económicamente privilegiadas.
No pretendo decir con ello que la educación y los sistemas escolares no deben transformarse u ocultar su “desorden planificado”. Lo que subrayo es que lo sustantivo de una estrategia de cambio real está en la visión de totalidad sistémica, con centralidad pedagógica y desde la perspectiva del trabajo. Solo así podríamos romper con la moda liquidacionista en las contrarreformas educativas del Banco Mundial y trabajar en función de la legítima aspiración social de contar con una educación pública, gratuita, de calidad y con pertinencia.
Por ello hay que estar atentos y alertas respecto a las modas de transformación educativa. Ante el éxito industrial de las llamadas normas ISO, desde hace décadas se ha intentado trasladar su uso a la educación y los sistemas escolares mediante propuestas de estándares y pruebas de calidad internacionalmente diseñadas, destinadas a medir la adaptación de la escuela/universidad a los requerimientos del mercado. Basta revisar los documentos de la COPRE para ello.
Estas estrategias de cambio son presentadas en distintos momentos focalizadas en aspectos distintos, con estrategias intencionalmente fragmentadas bajo denominaciones como la “calidad depende del maestro”, “la calidad educativa está determinada por la incorporación de las TIC al aula”, “la educación debe estar a la altura de los niños índigo”, “la dotación escolar determina la calidad educativa”, “la calidad de la educación está en un buen currículo”, “un buen plan nacional de educación garantiza la calidad”, entre otros. Ninguna de ellas retoma la centralidad de lo pedagógico para la calidad educativa. La pedagogía contiene las didácticas, el currículo, la evaluación, la planeación, la formación docente, los recursos para el aprendizaje, dándole visión de totalidad a la calidad educativa. Mientras el capitalismo apuesta por una visión fragmentada para mantener el control de la perspectiva del mercado, los revolucionarios nos enfocamos en el abordaje desde la totalidad integradora, para que los cambios sean sustantivos.
Romper con las modas no significa no cambiar. Romper con la lógica impuesta de manera “exógena” de las modas, pasa necesariamente por cambiar a partir de las necesidades, requerimientos y expectativas del país nacional –y en el caso de Venezuela- planteadas en su marco jurídico constitucional y el proyecto político delineado en el Plan de la Patria. Desde ese ángulo, el debate de la calidad educativa, su evaluación y la transformación de la educación y su sistema escolar, adquieren dimensiones de planteamiento revolucionario. El debate de la calidad educativa, con una metodología de constituyente educativa, puede abrir paso a la revolución educativa más importante no sólo en la historia nacional, sino continental. Avancemos en esa dirección.
3. ¿La calidad educativa la determina el maestro/profesor?
Quiero detenerme brevemente en ésta, a mi juicio, la peor de todas las “modas”. La calidad educativa la determina el maestro es un “péndulo con doble punzón”, pues centra toda la expectativa social del cambio educativo en el maestro/profesor y no en las políticas de Estado. Si bien cualquier cambio de la educación y el sistema escolar sólo es posible con el maestro/profesor, es necesario valorar su rol en un marco sistémico de transformaciones, sino esta bonita máxima, es sólo un eufemismo para colocar sobre el educador toda la carga de la responsabilidad respecto a los que -a escala planetaria- han resultado ser nefastos resultados de las llamadas políticas públicas para el cambio.
El maestro/profesor, su formación docente y práctica profesional constituyen elementos de lo que hay que transformar en un contexto de interrelaciones en los cinco niveles de la calidad educativa que trabaje en los seis primeros artículos. Sólo en el marco de una perspectiva sistémica abierta y de totalidad, para el diseño y aplicación de las estrategias de transformación de la educación y los sistemas escolares, el docente vuelve a adquirir un rol protagónico junto al sujeto central del hecho pedagógico: el alumno/estudiante.
Además el capitalismo globalizado sólo reivindica a los trabajadores de la educación cuando necesita pasar una contrarreforma evadiendo responsabilidades por sus “daños colaterales”. A la par que sectores de la derecha educativa internacional levantan una “hermosa” campaña en la cual dicen que un buen maestro es el kid del asunto de la calidad educativa –evadiendo el debate sobre el porcentaje de PIB nacional a la educación pública- financian estudios como el realizado recientemente por la Fundación Varkey Gems titulado “2013 Global Teacher Status Index” (2013). Este informe de amplia divulgación entre los “decisores” gubernamentales en materia educativa en todo el mundo fue el resultado de un estudio realizado en 21 países en el cuál se compara el status de sus docentes. Señala PREAL (Inter American Dialogue) que “los países cubiertos han participado en el examen PISA , pero sólo uno de ellos – Brasil– era de América Latina. El estudio encontró grandes diferencias en la forma en que los docentes son percibidos por el público. En China se le otorga a los maestros el estatus más alto, y en Israel el más bajo. El estatus de los docentes en Brasil es el segundo más bajo entre los 21 países. Vale la pena notar que no hay una correlación aparente entre el estatus de los docentes y los resultados de los estudiantes. En promedio, un 75 por ciento de los encuestados dijo que los maestros deben ser pagados de acuerdo con el desempeño de sus alumnos. Las opiniones fueron mixtas en cuanto a si los sindicatos docentes tienen demasiada o muy poca influencia sobre los salarios y condiciones de trabajo”. (2014, subrayado mío). Este estudio muestra la autentica intención de la moda que seleccionamos trabajar. En un artículo por separado de esta serie trabajaremos este informe.
4. Seguimiento, acompañamiento y evaluación de la calidad de la educación
En “El gobierno de las palabras” (2009) de Juan Carlos Monedero señala que “uno de los factores de crisis en la vida social y política está en que los vasos en donde se contenía la vida social, los grandes recipientes en donde nos hemos entendido y dibujado colectivamente se han desbordado” (p.103). Parafraseando a Monedero es válido afirmar que la escuela/universidad que tenemos ha sido desbordada por las cambiantes realidades sociales del siglo XXI, lo cual demanda urgentes transformaciones. En la Revolución Bolivariana que durante el período 1999-2013 se concentró en la ampliación de la cobertura y la derrota de la exclusión educativa, incluyendo a millones de venezolanos en la educación y el sistema escolar, derrotando el analfabetismo y trabajando la relación entre educación y mundo del trabajo, la transformación educativa pasa hoy por el debate de la calidad.
Pero nuestras aspiraciones no pueden dormitar, anclada la visión, el verbo y la expresión por lianas sujetas al piso, como en el trabajo de Salvador Dalí (1904-1989) conocido con el nombre del “sueño” (1937). Es urgente y necesario entender que el discurso que desde el campo revolucionario niega el seguimiento, el acompañamiento pedagógico, la supervisión educativa y la evaluación de la calidad por lo menos es paralizante. El concepto de Estado Docente asumido por nuestra Constitución le otorga a ese mismo Estado el papel rector en la tarea de garantizar una educación pública de calidad. Pero esa misma Constitución obliga a que tomemos nuestras decisiones de manera soberana, sin la injerencia de ningún centro de poder extranjero.
Los criterios de calidad, indicadores, sistemas de evaluación de la calidad deben corresponderse a nuestro proyecto de país soberano y construirse con el más amplio consenso derivado de procesos constituyentes como la consulta nacional sobre la calidad de la educación. Ese es el autentico desafío revolucionario en materia educativa en la coyuntura.
5. Cada loco con su tema
Por supuesto que una posición como la señalada anteriormente, es propia de un gobierno soberano que apuesta por una educación de calidad para avanzar de la soberanía política a la soberanía económica, tecnológica y del conocimiento que haga posible un nuevo modelo productivo y la autentica justicia social redistributiva. Desde mi perspectiva, este esfuerzo es complementario con el que viene realizando la izquierda anticapitalista internacional contra las pruebas en el marco de PISA o el proceso de convergencia de Bolonia. Un autentico sistema de evaluación de la calidad educativa que responda a los intereses nacionales sólo puede ser desarrollado por gobiernos que decidan enfrentar al capitalismo globalizado, jamás por gobiernos lacayos. Sin este marco, se requerirían grandes luchas del pueblo, como viene ocurriendo en distintas latitudes, para que el tema de la calidad no sea la bisagra que abra paso a las contrarreformas. Desde Venezuela a la par que denunciamos y tomamos distancia respecto a la nefasta teleología de PISA y Bolonia, tratamos de construir colectivamente un camino soberano para mejorar la calidad de la educación.
6. Consejo Nacional de Educación
Ahora bien, para implementar con criterio de Estado revolucionario las tareas asociadas a la transformación educativa en el marco del debate nacional sobre la calidad educativa es urgente la creación de instancias que expresen las características de la tarea pero que no se dejen atrapar por la lógica burocrática. En este sentido considero urgente la conformación del Consejo Nacional de Educación, como órgano de Estado, por encima de los Ministerios de Educación y al cuál pertenezcan y estén supeditados éstos. Este Consejo Nacional de Educación debiera estar adscrito al propio despacho de la Presidencia de la República y en el estar representado el país nacional.
A esta instancia le correspondería, entre otras tareas (a) dar los pasos necesarios para la creación de la academia de las Educación; (b) la elaboración y presentación para su aprobación del Plan Decenal de Educación; (c) la puesta en marcha y conducción del Sistema Nacional de la Calidad Educativa, entre otras tareas estratégicas.
Esto eliminaría el riesgo de las convulsiones propias de los cambios de equipos de gestión en los ministerios de educación, que pasarían a ser los conductores de las orientaciones de ese Consejo Nacional de Educación por el período que les corresponda estar al frente de los despachos. Así se garantizaría la continuidad y la coherencia sistémica a través del tiempo de las políticas públicas en materia educativa.
7. Sistema Nacional de la Calidad Educativa
Cuando se habla de evaluación de la calidad de la educación es necesario tomar distancia de la seudo polémica entre objetivación versus subjetivación de los sistemas educativos. Toda realidad, incluida la educativa tiene procesos, dinámicas, elementos y resultados que se expresan objetiva y/o subjetivamente. Este maniqueísmo propio de la ruptura con la aproximación a la realidad como totalidad debe ser derrotada con la fuerza y contundencia expresada en la pintura del “San Jorge y el Dragón” (1465) de Leonardo Da Vinci (1452-1519).
La educación venezolana requiere de un Sistema Integral de la Calidad Educativa más allá de la simple puesta en escena de mediciones. Este sistema valoraría a la educación en su conjunto, con tareas de formación, impulso, acompañamiento, medición, intervención, realimentación y transformación continua.
Esto rompería con la lógica neoliberal de concentrar las estrategias de reforma educativa en las pruebas, que por ser aisladas casi siempre generaran resultados que conllevan a la permanente mutación de los sistemas educativos, que lo desestructuran y desnaturalizan, para estar dócilmente a la altura de las exigencias de los mercados.
Por ello se propone la creación de un Sistema Nacional Integral de la Calidad Educativa, adscrito al Consejo Nacional de Educación con los siguientes componentes:
a) Centro Nacional de Formación Pedagógica
b) Centro Nacional de Supervisión y Acompañamiento Pedagógico de la calidad educativa.
c) Centro Nacional de Estudios Comparados en Educación que nos permita valorar las transformaciones educativos en un contexto mundial
d) Centro Nacional de medición de la calidad educativa.
e) Unidad de seguimiento de reformas y transformaciones
8. Medición de la calidad educativa
El sujeto central de la acción pedagógica es el niño/joven/adulto que adquiere la significación de alumno-estudiante. En consecuencia debemos definir claramente que entendemos por ello. Es decir, un esfuerzo renovado para entender al niño(a), joven y adulto de hoy. Ello pasa por derrotar las seudo percepciones y concepciones que nos hablan de que “nadie enseña a nadie, ni nadie aprende de nadie” (empirismo falsamente atribuido a Paulo Freire), ó del alumno/estudiante ya sea como el “infante” angelical de Miguel Ángel (1745-1564) ó como un ser atormentado y atrapado en una pesadilla de David Small (1945- ) en Stitches (2010).
El segundo reto es definir los requerimientos de entrada y las aspiraciones tanto mínimas como máximas de aprendizaje, por grado, tramo, etapa, nivel o modalidad en la educación y cada uno de los subsistemas escolares. Tarea que en las últimas décadas hemos dejado en manos de los curricólogos. Ello pasa por la valoración de la llamada prosecución automática.
El tercer desafío es político cultural e implica romper con el desafortunado dilema entre lo cualitativo y lo cuantitativo. Hay información que se debe valorar en números como matrícula, egresados, etc. y otra que debe ser ponderada a partir de variables cualitativas como percepción estudiantil de logro. Las interpretaciones de estos datos requieren miradas multidisciplinarias que son en definitiva cuali-cuantitativas. Se dice fácil, pero es necesario un esfuerzo comunicacional y de formación preliminar en esta dirección para aclarar dudas y romper estereotipos paradigmáticos.
Un cuarto reto estriba en la evaluación centrada el proceso. Cuando junto a mi amigo y camarada Carlos Carcione nos acercamos a la obra de Vicent Van Gogh (1853-1890) para tratar de entenderla en su dinámica creativa quedamos asombrados por el desarrollo de su trabajo en 1897, que no era otra cosa que el producto de alcances parciales previos que a veces no se valoran con la suficiente claridad. La obra de Vicent tenía su sello pero su evolución resultaba lo más significativo. Los seres humanos somos así, personalidades, espíritus, inteligencias, caracteres, preferencias en permanente transformación, nunca un producto estático e inamovible. El desafío de los sistemas de evaluación es poder captar esta realidad.
Antes de avanzar en una instrumentación, sería conveniente realizar dos o tres recolecciones de informaciones anuales, de carácter privado, diseñando estrategias de intervención de corto, mediano y largo plazo y valorar su implementación antes de hacer público resultados y generar generalizaciones. Las primeras evaluaciones de la calidad educativa desde una perspectiva transformadora, tal vez arrojen resultados controversiales, los cuales deberían ser asumidos como punto de partida para las estrategias de mejoramiento permanente. Ello tiene costes políticos que deben ser analizados, no ocultados, por los decisores de cara a una estrategia comunicacional que incorpore a toda la población en el logro de la direccionalidad estratégica de las transformaciones que de los resultados se desprenden. Las evaluaciones deben estar estructuradas conforme a los niveles, e indicadores de proceso que se acuerden previamente.
Las evaluaciones deben ser formativas y nunca punitivas, en consecuencia los padres, representantes y la familia deberían ser parte integral de estos procesos. Como en la novela gráfica de Khaled Hosseini (1965- ) “cometas en el cielo” (2011, en español) la familia está llamada a constituirse en un espacio de convergencia para la transformación con criterios de solidaridad, donde la alegría derrote la adversidad y el cambio se convierta en un canto de amistad.
9. El alcance de las primeras evaluaciones de la calidad educativa
A casi nadie le gusta saber que está haciendo algo mal o que aquellos en los cuales depositó su confianza no lo están haciendo lo bien que se esperaba. Ese es el drama del anti héroe Oliver Queen de Starling City en la serie Arrows (2012) al descubrir que su entorno estaba comprometido contra todos los valores que él defendía. Drama que colectivamente viven las sociedades cuando evidencian que su educación y/o su sistema escolar no cumplen a cabalidad las tareas que se le han asignado. Por ello la importancia de evaluar y comunicar de manera adecuada los resultados que de ello se deriven.
Una vez definido los cinco niveles de intervención en la calidad educativa es importante precisar los alcances que tendrían las evaluaciones en su fase de implementación. Al no existir institucionalmente una cultura de evaluación de la calidad educativa y dado que los resultados que se obtengan requieren ser socialmente digeridos de manera progresiva se sugiere:
a) Año escolar 2013-2014: Toma de decisión, pública y privada de medir la calidad educativa. Esto implica el despliegue de todo el dispositivo tecno político para ello.
b) Año escolar 2014 – 2015: primer y segundo trimestre realización de evaluaciones pilotos. Procesarlas y analizarlas de manera tecno política. Tercer trimestre aplicación de la primera evaluación nacional de calidad de la educación circunscrita a los tres primeros grados de primaria. Agosto de 2015 presentación nacional de los primeros resultados. Instaurar un mes al año para la realización de las evaluaciones de calidad educativa y dos meses después de presentación de resultados. (Se sugiere meses de Mayo y Agosto para ello) Los resultados sirven de punto de partida para las discusiones y toma de decisiones del Consejo Nacional de Educación, los Ministerios del área y la implementación de estrategias de intervención por parte del Centro Nacional de Formación Pedagógica , el Centro Nacional de Seguimiento y Acompañamiento Pedagógico de la Calidad Educativa y el Centro Nacional de Estudios Comparados en Educación.
c) Año Escolar 2015 – 2016: ampliar el alcance de la evaluación a toda la primaria o básica y los tres primeros años del bachillerato. Igualmente los dos primeros trimestres ensayos y el tercer trimestre su aplicación con presentación de resultados en agosto.
d) Año Escolar 2016-2017: Año implementación definitiva de las evaluaciones de calidad de la educación.
10. Cuidado con los milagros de PISA y las convergencias con el proceso de Bolonia
Debido a que en los últimos años se hizo una relación casi automática con un paradigma de la calidad educativa y las pruebas de PISA y los procesos de Bolonia, a las cuales rechazamos antes y ahora, es importante destacar que nuestra evaluación de la calidad educativa tendría un lugar de enunciación nacional, estaría asociada a un proyecto emancipatorio y no de mercado y se vincularía a una perspectiva internacional que entiende a la educación de los pueblos como un derecho soberano. Es necesario dejar claro que no queremos entrar a PISA, que además de contraria a nuestros principios educativos es resistida por la izquierda juvenil, estudiantil y magisterial de casi todos los continentes.
El capitalismo necesitaba la unificación de criterios de aplicación de las contrarreformas que ataran la educación al carro de la solución de su crisis, por ello se generaron procesos de uniformidad en sus contenidos, criterios y parámetros. Allí surgen PISA (2009 - ) cuyo nombre en español es Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes estandariza los indicadores orientándolos hacia las competencias de los estudiantes conforme a los requerimientos del mercado, la innovación tecnológica y las capacidades adaptativas. La formación en historia o artística, vitales en la construcción de cosmovisión del niño y el joven no son valoradas, lo cual ha llevado a administraciones educativas como la española, la chilena (Piñera) o la de la ciudad de Buenos Aires (Macri) a plantearse la eliminación o disminución a su mínima expresión de las materias y contenidos geo históricos y artísticos, por ejemplo.
En la educación universitaria la Estrategia de Lisboa (1998/1999) conocida como Proceso de Bolonia procura desarrollar las contrarreformas en la educación superior en la Unión Europea. Sin embargo países como Estados Unidos no sólo trabajan en esa dirección (PISA/Bolonia) sino que la profundizan. Por ejemplo, en Chicago se cierran un centenar de escuelas ubicadas en sectores populares con el argumento que no son útiles las “escuelas para repitientes”, se crean escuelas “chárter” allí y en Nueva Orleans, a la par que se despide a profesores como Carole Vance y Kim Hopper, de la universidad Mailman de Salud Pública de la Universidad de Columbia, porque no habían atraído suficientes fondos de subvención”. Todo ello, aunado al desarrollo de infraestructuras universitarias que son emulaciones de centros comerciales con comedores estéticamente macdonalizados.
Las contrarreformas educativas no han logrado pasar sin amplias protestas del magisterio en España (2012-2014), en México (2013) dirigidos por la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Enseñanza (CNTE), en Puerto Rico (2013) contra la Ley 160 o más recientemente en Ciudad Capital de Buenos Aires contra los “contenedores” de Macri y por aumentos salariales. Son solo algunos ejemplos de la punta del iceberg que comienza emerger.
En Venezuela al levantar las propuesta de cambios educativos desde una perspectiva comprometida con los más humildes, le estamos diciendo al mundo que si es posible hablar de otra calidad de la educación. Por ello y para ello, cuenten con nuestro decidido esfuerzo.
Eso sí, tengamos sumo cuidado que no nos ocurra como a Kovaliov que un día al despertar y mirarnos al espejo nos demos cuenta que hemos perdido la nariz, por meterla apresuradamente y sin medir consecuencias, en un asunto que tiene profundas implicaciones en la disputa internacional entre el capital y el trabajo.
Caracas, Abril de 2014.
(i) Este texto forma parte del libro que el autor está terminando denominado 200 IDEAS PARA SEGUIR TRANSFORMADO LA EDUCACION VENEZOLANA, en el cual se plantea una propuesta por cada uno de los días de actividades académicas que tiene el año escolar. El esfuerzo comunicacional está asociado a la convocatoria que hiciera el Presidente Nicolás Maduro y el Vicepresidente del área social Héctor Rodríguez para abrir un gran debate nacional sobre la calidad de la educación en Venezuela. La propuesta del autor es que se inicie una dinámica de diseño e implementación de iniciativas interdiarias de transformación educativa con equipos de seguimiento e implementación. 200 días para seguir transformando la educación en la ruta de garantizar una educación gratuita, popular y de calidad en el marco de la revolución Bolivariana
Docente e investigador. Presidente de la Sociedad Venezolana de Educación Comparada
Ver mi artículo “la calidad de la educación en la perspectiva anticapitalista” en el cual confronto el modelo no solo de PISA sino del llamado proceso de Bolonia. En aporrea.org, alai.net, question digital, desde bajo, indimedia, Mariategui la revista, entre otros.
Ver papel de trabajo I.
Se entregará un papel de trabajo al respecto.
Que tendría bajo su responsabilidad la aplicación de pruebas de calidad educativa, su procesamiento y presentación de resultados al Consejo Nacional de Educación y los Ministros de Educación Nacional.
En “La Nariz y el Retrato” (2009) de Nikolai Gógol – Doyague.