La crítica y autocrítica como ejercicio de la consciencia de todo educador debe constituirse en la dinámica que permita una práctica cotidiana reflexiva, que nos mueva a actuar, asumir el encargo social con el mayor compromiso y niveles de corresponsabilidad entre todos los actores del hecho educativo. Es solo una reflexión como punto de referencia que implica concebir la educación como práctica emancipadora que permea todo el sistema educativo.
En esta fase histórica del sistema educativo cuando el país se activó en un gran movimiento pedagógico de ciudadanía con la participación protagónica de la sociedad venezolana, millones de voces, consciencia y reflexiones se hacen presentes para visionar y aportar alternativas viables que nos permitan construir como colectivo nacional el currículo transformador de una educación de calidad que se aproxima a los ideales filosóficos de la sociedad que se recrea y dibuja en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en el Plan de la Patria.
Implica entonces develar el pensamiento pedagógico de cada uno de los actores y autores sociales del hecho educativo y en ese transitar sistémico–metodológico construir en una visión amplia desde la perspectiva holística del proceso de transformación y revolución educativa, es concebirla con calidad y dignidad, con un estatus cónsono con el marco legal, que no es otra cosa que la educación como un derecho humano constitucional que garantiza el Estado.
Empoderarse de esta misión operativa, del hacer para concretar las reformas a que dé lugar la participación activa y corresponsable de todas y todos, garantizando el protagonismo social con transferencia de poder, lo cual se constituye en el principio rector que fundamenta la toma de decisiones para la reconstrucción del Currículum de la Educación Bolivariana, con calidad donde se conjugue la inclusión, equidad, relevancia, pertinencia, valoración con calidad en un enfoque multidimensional educativo.
Como una consecuencia implícita del Estado Constituyente que trasciende en su esencia amplia las políticas que se diseñan desde los escenarios ministeriales por un grupo minoritario de élites revestidas de una aparente sabiduría que le confiere un cargo; situación que no se corresponde con la diversidad educativa que se contextualiza en la geografía nacional, estamos presente ante un hecho inédito de participación, corresponsabilidad y protagonismo nacional.
Donde la participación es de interés particular en la construcción de ese saber educativo que subyace en la consciencia, en las voces y la experiencia de todos y todas; es el valor político del escenario nacional en la Consulta por la Calidad Educativa, es el punto de partida para la profundización en la transformación de la educación nacional.
Es propicio destacar con valor histórico que entre los acuerdos del Foro Mundial Dakar 2000, queda pendiente por consolidar el sexto acuerdo “…mejorar los aspectos de la calidad de la educación, con metas de excelencia de manera que se obtengan los resultados reconocidos y cuantificables, resaltando los referidos lectura, escritura, cálculo entre otros aspectos de la vida cotidiana…” (p. 3).
Como referencia fundamental, estamos conscientes que en estos últimos 15 años la educación venezolana ha avanzado sustancialmente en comparación con la educación heredada de los años 90. Según fuentes oficiales de la Agencia Venezolana de Noticias, muestra de ello es ser reconocida por la UNESCO por ocupar el 2do. Lugar en los países de América Latina con mayor matrícula escolar 10.498.551 y 5to. Lugar en el mundo por el mismo concepto. De igual forma, el proyecto Canaima Educativo fue reconocido como el más grande en el mundo según su estilo y por el impacto en ese ámbito. En este orden, es oportuno destacar que solo en el año escolar 2013-2014 se han entregado 35 millones de libros de la Colección Bicentenaria y 3.300.000 Canaimas a los estudiantes del Subsistema Educación Básica, 1985 siendo la meta para este año entregar 23.000 en el Subsistema Educación Universitaria. A comienzos del mes de junio del corriente año a solo un mes de haber anunciado la entrega de computadoras portátiles a los docentes ya se había entregado 100.000 unidades, ello denota que como sistema de gobierno educativo tenemos la mayor voluntad de continuar avanzando hacia una educación de calidad.
Es importante tener presente, los logros en materia educativa, porque personas con intereses particulares quieren desconocer cuanto hemos avanzado. Consciente estamos de nuestra realidad y eso es lo que nos convoca y estamos haciendo al reconocer la escuela que tenemos, pero también asumiendo todo el compromiso nacional por cambiar todo lo que haya que cambiar con la voluntad, fuerza y entusiasmo para redimensionar la escuela que necesitamos con indicadores de calidad, donde todo el trabajo tribute por una educación de calidad que dignifique la dimensión humana; que se definan los mecanismos de seguimiento, control y evaluación; así como la investigación y la formación como un sistema nacional que nace para materializar la política educativa en todo el ámbito nacional.
Desde esta perspectiva, la administración escolar en tiempos de revolución educativa transciende en esencia su concepción ontoespistemológica, al romper viejas estructuras, modelos o paradigmas que en la praxis han conllevado una cuota de responsabilidad al garantizar o no las competencias del Estado Docente. Ello implica asumir la supervisión y administración escolar como un elemento para potenciar el desempeño eficiente de las instituciones educativas. En efecto, el o la docente con funciones de Supervisor o Director se constituye en el administrador escolar garante de la calidad del servicio educativo brindado en las instituciones de los niveles y modalidades del Subsistema Educación Básica. Por consiguiente, debe ser el docente con cualidades profesionales, personales y con el mayor compromiso y responsabilidad por lo que implica ese encargo social.
Por consiguiente, todo el proceso administrativo en la práctica debe tributar hacía la transformación de la Educación Bolivariana, que en la cotidianidad va asumiendo retos y desafíos políticos, pedagógicos, tecnológicos, sociales y culturales entre otros. Para activar toda una dinámica social en el entramado de relacionales entre los actores y autores del hecho educativo, que conllevan a desarrollar la administración escolar a partir de la humanización de la educación sobre la base de la concepción como un derecho humano y un deber del Estado garantizarlo en igualdad de condiciones y oportunidades.
Es importante destacar, el rol del docente como investigador juega un papel fundamental como herramienta para construir y reconstruir el conocimiento de la escuela con un sentido amplio del escenario de aprendizaje, donde se conjuga la política educativa. Según la LOE (2009) en el Art. 14 refiere “…la educación de calidad, continua e interactiva promueve la construcción social del conocimiento… La didáctica centrada en los procesos que tiene como eje la investigación, la creatividad y la innovación...” en efecto, se perfila una tendencia educativa contextualizada desde la praxis cotidiana, investigar para construir y reconstruir el conocimiento a partir de las múltiples interacciones sociales que se generan con intencionalidad y rigor metodológico. Ese es el gran compromiso de todos y todas.
En este sentido, no se puede hablar de calidad sin valorar al docente desde cualquiera de las funciones que le corresponde asumir en la estructura del MPPE. Es determinante la formación permanente para potenciar la investigación pedagógica como alternativa que permita crear e innovar la didáctica centrada en valores para promover una cultura por la paz y por la vida, una educación garante de los derechos fundamentales y consustanciados con la filosofía de país, de la patria grande, patria de libertadores, patria de Bolívar y Chávez, garante de los principios fundamentales de nuestra carta magna y de los fines de la Educación Bolivariana. Este es el gran desafío de ello va a depender en gran parte cómo vamos a avanzar en ese proceso de transformación educativa.
Desde este enfoque, repensar la otra escuela, la escuela que anhelamos, la escuela concebida como el entramado de relaciones interdependientes que lleva implícita la esperanza de reconstruirla, va a depender en su esencia de todos y todas. Tener la convicción de lo que es la Educación Bolivariana, se perfila hacia la orientación ideal de un efectivo proceso de transformación y redimensionamiento de la voluntad política que involucra al Estado y a la sociedad. Asumimos la Consulta Nacional por la Calidad Educativa, con entusiasmo, compromiso y disciplina al implementar la metodología en cada una de las rutas atendiendo hasta este momento el cronograma nacional previsto para tal fin.
Como Directores y Supervisores, como docentes con el mayor compromiso en la administración de la política educativa, con niveles de consciencia y cualidades humanas que tributen en las relaciones pedagógicas, el saber llegar y brindar el acompañamiento pedagógico en cada uno de los procesos, ser capaz de valorar de manera objetiva al reconocer el potencial y capacidad de cada actor protagonista; y en ese entramado de relaciones optimizar la praxis educativa coherente y consistente con la educación como política de Estado; ese debe ser la razón y gran desafío que nos hace centrar el interés en la acción educativa corresponsable de ahí el valor de la formación e investigación.
En una próxima entrega continuaremos compartiendo con el mayor entusiasmo y compromiso por el proceso de transformación de la educación venezolana
Eficiencia o nada…