I
Algunas verdades e interrogantes y reflexiones acerca de la gestión de las políticas públicas en educación universitaria del Estado venezolano, en los viejos y nuevos tiempos, se pusieron sobre la mesa en una tertulia reciente, que en realidad era originalmente una asesoría académica pero que derivó en la referida tertulia, más interesante aún; y, por su puesto, ciertas posturas personales afloraron espontáneamente. A favor y en contra de la vieja o la nueva historia de la educación que se ha escrito en Venezuela. También afloraron las risas irónicas por las cosas, casi surrealistas, que a veces pasan en algunas instituciones de estudios. En síntesis, algunas contradicciones, pues, también se ventilaron, para tristeza y preocupación de muchos. Entre otros para quien escribe; y de allí el origen de estas líneas.
Pero primero contextualicemos algunas cosas, porque en un texto anterior pretendíamos hacer una síntesis de lo tratado en esa asesoría-tertulia y, al parecer, nos salió fue un texto críptico. Un galimatías impublicable. Inclusive con imprecaciones. Aunque también con ello transcribíamos un conjunto de impresiones muy duras sobre el contexto universitario actual pero que, para ser justos, convendría realizar un ejercicio de educación comparada, con datos empíricos de la realidad. Aunque verdad es ello que requeriría de una mayor serenidad y un trabajo de campo y de sistematización de más largo aliento que estas notas volanderas.
II
Como fuere, así tenemos que cuando los tiempos eran más difíciles (2002-2003), derrotado ya aquel diabólico paro petrolero (y trabajábamos nosotros, a mundo, como maestro de escuela bolivariana en el medio rural), el comandante Chávez dio cabida, mediante el dispositivo de la Misión Sucre, a un puñado de gente por largo tiempo preterida del disfrute de los bines universales de la educación y la cultura. Gente, pues, que estaba excluida de la educación universitaria: campesinos, indígenas, obreros, amas de casa o cualquier otra persona de los sectores urbanos populares y del pueblo llano, que diría el historiador Federico Brito Figueroa; sobrevivientes de cohortes anteriores que estaban por allí, como bachilleres de la llamada "población flotante", o aun sin terminar la primaria y bachillerato, entre ellos familiares mismo de quien esto escribe, ya que somos , como muchos lo saben de origen campesino-aborigen, (etnia ayamán, por lo que no falta quien nos gaste bromas por ello)
Explosión matricular, creo que se llamó a esa política pública en educación en los primeros años de gestión del comandante Chávez, eso permitió que muchos alcanzaron su sueño largamente postergado: el de obtener un pergamino universitario, que nos consta los llenó de orgullo, porque fuimos docentes de Misión Sucre por esos años iniciales y hasta la consolidación como proyecto de municipalización de la educación universitaria en Venezuela, (del 2003 al 2007, fuimos docentes-colaboradores de Misión Sucre); pero algunos, sobre todo de las élites culturales o de las universitarias tradicionales, han criticado su calidad; cuestión que también salió a relucir en la ya nombrada sesión de asesoría académica y tertulia histórica-literaria.
Mucho pico de plata, y sin mayor experticia a lo largo y ancho del país, se apresuró a lanzar dardos envenenados contra Misión Sucre y demás misiones, como la misión médica y la de formación de educadores y abogados; allí los medios de difusión impresos y audiovisuales, digitales y las llamadas redes sociales, como no podía ser de otra manera, han sido los pivotes de la polémica donde ha dominado más las dimensiones de la deformación ideológica que el análisis académico desde la ciencia social.
Dijeron, y aun dicen, que hay mucho graduado formalmente y ahora es desempleado. O ejerce la economía informal. Es que la realidad socio educativa y económica- cultural en Venezuela es como esas viejas tuberías de aguas blancas, en que si se arreglan por un lado revienta por la otra. Esto es, que primero era la cuestión del ingreso masivo a la educación universitaria, pero, cumplido este objetivo, ha tocado al Gobierno Bolivariano lidiar con lo de la capacidad del Estado y la sociedad de absorber a toda esa nueva población egresada de las aulas como profesionales de la República Bolivariana de Venezuela.
Por cierto, uno de nuestros contertulios señaló ahí que a este respecto, ya en 2008 la llamada explosión de la matrícula universitaria ya había cumplido su objetivo, y no sé si era que sugería que había que institucionalizar las misiones educativas y adscribirlas como programas de formación a la universidades tradicionales; que si siguieron fue por conveniencia político-electoral; ello aunque posteriormente, por disposición del Consejo Nacional de Universidades, CNU, se eliminaron todas aquellas famosas pruebas de ingreso que fueron nuestro tormento en los años ochenta y noventa, (www.aporrea.org/movil/.../ 9 de marzo de marzo de 2008). Y que por estos días fue ratificada tal decisión en la sesión del 15 de diciembre de 2014, (como se puede confirmar en: Pérez, Cecil, 2014, "Un CNU que se adapta a los tiempos revolucionarios, en: www.aporrea.org/).
Al respecto el ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, Ing. Manuel Fernández, ha destacado que el nuevo sistema de ingreso universitario: "…Nace del conjunto de principios y valores para darle a todos los jóvenes acceso a la universidad", (en: El Universal, Caracas, 20 de diciembre de 2014, p. 1-3); agrega que: "…Al índice académico le estamos dando el mayor porcentaje, es la mitad de los valores, solo estamos adicionando tres elementos. Es un esfuerzo para que los menos favorecidos tengan una porción de 30% para ingresar. La territorialización tiene que ver con un país que antes tenía cuatro universidades y ahora tiene más de 120, entre gestión pública y privada, en todos los estados está la Misión Sucre. El sistema valora como positivo que un estudiante elija estudiar donde vive y otorga 15%, por último hay un 5% de la participación y la vocación del individuo. La propuesta fue aprobada por mayoría en el CNU", (ídem).
La crítica principal la realizó, según la misma fuente anterior, el rector de la UCLA, Dr. Mario Bolucci ya que considera que la propuesta aprobada no contó con un estudio de campo previo o de una prueba piloto, algo así, decimos nosotros ya que al parecer es un aspecto que vendría a darle mayor confiabilidad científica y viabilidad administrativa, etc.
Por otra parte, también creemos que se adolece de un estudio comparado sobre el desarrollo de la educación en Venezuela en el tiempo de la Revolución Bolivariana, como no sean los trabajos de Luís Bonilla-Molina sobre gerencia de la educación bolivariana, Pascual Mora-García acerca de la educación colonial y/o republicana o los trabajos de grado de maestría del Instituto Pedagógico de Barquisimeto, dirigidas por el Dr. Reinaldo Rojas, que nos dan un panorama general, con hitos importantes que contextualizan el hecho educativo.
Pero con respecto a lo que va de la revolución bolivariana, que es apenas de 15 años, que se recuerde está el libro de Luís Bravo Jáuregui "La educación en tiempos de Chávez" o su artículo: "La escolaridad en Venezuela vista en perspectiva comparada" (en Revista de Pedagogía, volumen XXV. N° 73. Pp. 289-308); igualmente, "La educación en riego" de investigadores de la UCAB, entre ellos el conocido Leonardo Carvajal, un aspecto a tomar en cuenta es que el comandante Chávez, siguiendo el pensamiento bolivariano, hizo mucho hincapié en el tema de la educación y la cultura, poniendo a la academia y a los académicos, como también a los políticos o la sociedad en general a discutir tales asuntos.
Otro aspecto es el referido a la calidad de la educación, entendida tanto por su pertinencia para resolver problemas vitales del contexto personal, familiar y social actual, como por su relevancia científica-técnica, para estudiar y aplicar en la resolución de los grandes problemas del desarrollo; y, principalmente, la calidad educativa alude a una adecuada formación ciudadana y humana, que enseñe a convivir en las diferencias, que valore la dignidad humana, el amor al trabajo y al estudio, por decir unas cosas sencillas y reales, que no por trilladas son menos actuales, en el plano humanístico y en la espiritualidad del hombre y la mujer, cultivar el interés por conocer y advertir que estamos en un mundo donde el modelo de sociedad de consumo y explotación ha creado un grave problema ecológico y de convivencialidad.
De allí la importancia de la Consulta Nacional por la Calidad Educativa que promovió el ministro de educación básica, en ese sentido y volviendo a citar al otro ministro de educación universitaria, Manuel Fernández, este ha dicho que: "La calidad de educación es un debate nacional, y el ministro Héctor Rodríguez ha realizado una consulta. No se puede ser concluyente sobre ese aspecto…", (ídem).
Sin embargo, eso de que sobre ese asunto de la calidad educativa no se puede ser concluyente, creo que supone no solo dejar un horizonte abierto, sino que, como han acotado expertos de la gerencia, alude a "los procesos de calidad", en el acto de educar y en el cumplimiento de la ejecución de aquello que se ha planificado, en otras palabras, en educación no se debe improvisar, de allí lo duro que resulta la pedrada, por así decir, que ha lanzado el rector Bolucci.
Otro rector que al respecto ha hecho también advertencias es el Pbro., y Doctor Carlos Alberto Bouly, de la Universidad Católica Santa Rosa, UCSAR. El señaló recientemente que "…a medida que la gente no se prepare el país no va a avanzar, si los pocos que han tomado en serio formarse se nos van, al final no sabremos hacia dónde va a encaminarse Venezuela (…) Nuestra labor es generar un ejército de jóvenes que de verdad salga a la calle a construir patria. Entonces el problema no es de desmérito sino de políticas, y pareciera que las universidades privadas han asumido el papel que le toca al Estado. Un Estado con políticas de improvisación, planes que no están claramente definidos, ministerios que aparecen y desaparecen, se crea uno y se fusiona con otro. Al final, no se sabe a dónde vamos. Lo he dicho constantemente, si el presidente Chávez –en paz descanse- tuvo la idea de crear un ministerio propio para las universidades, y ahora lo eliminan y lo fusionan con otro, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿hacia dónde estamos caminando?", (en: Sexto Poder, Caracas, 19 al 26 de diciembre de 2014, año 4. N° 202. Pp. 6-7).
Las cita esta, como se puede colegir, lleva su piquete, ¿de cuándo acá las universidades privadas han asumido el rol del Estado en educación, en cuanto a inclusión e inserción social y diálogo con las comunidades del entorno? Pues parece que en algunos aspectos, sí; hay también como un reclamo, epa ¿porque no se cumple lo programado? ¿Cómo es que una decisión ya tomada por el CNU en 2008 tenga ahora que volverse a reiterar porque no se había cumplido del todo? ¿Por qué se desmerita y fusiona el ministerio exclusivo para la universidades creado por el mismísimo comandante Chávez? Ese aspecto lo reconoce el indirectamente el ministro Fernández: "En muchas universidades no se refleja la composición y la pluralidad socioeconómica…", (El Universal, ob cit). En Venezuela el Estado es débil, promueve cosas y luego las instituciones y la burocracia no la aplica ni cumple. Hay cosa que, como dijo recientemente el presidente Maduro, se quedan en los pasillos de los ministerios, según la vieja tradición colonial venezolana de "Se acata pero no se cumple". ¿No fue un legado de Chávez ese ministerio para las universidades?
III
"La educación, (dejó escrito el maestro Luís Beltrán Prieto Figueroa, en su obra "Joven, empínate") es un proceso de renovación y conservación al mismo tiempo. Es una actividad en la cual se confunden las dos maneras fundamentales de actuar del hombre sin ese bagaje de cultura (…). Las generaciones adultas entregan a los más jóvenes una antorcha para que la sigan pasando en la carrera. Sin ese bagaje de cultura que transmiten los viejos los jóvenes entrarían al mundo sin ninguna preparación para seguir adelante. Pero la educación requiere, al mismo tiempo, una adaptación permanente en una sociedad cambiante. Las transformaciones se producen en el medio físico, en el medio social y en el individuo que vive en ese medio. La educación es un proceso de cambio que tiende, sin embargo, a conservar aquello que resulta útil para crecer"… (ob cit., Equilibrio en los cambios, 2005. P. 21).
En este último sentido, y a propósito de esta extensa cita, nos queremos referir a un evento que de manera inesperada nos sorprendió en nuestro salón de clases: un parrandón navideño con el que fuimos obsequiados días antes de las vacaciones. Pues, sí. Unas colegas de música, junto a un grupo de muchachas estudiantes de Educación Inicial, niñas y niñas de cierta escuela local nos alegraron la tarde con sus aguinaldo y villancicos, de tal manera que no todo es discusión e intercambio de aspectos cognitivos en la UPEL-IPB; lástima que esos aspectos cualitativos que fortalecen los sentimientos de identidad y pertenencia sean pocos en el año lectivo o son poco reseñados y que aluden al bagaje de cultura, que es una antorcha que las nuevas generaciones deben tomar. Se pone más de bulto otros eventos como las acciones política-partidistas.
Pero dejando esto último atrás lancémonos hacia adelante como diría el colega y sacerdote, Lic. Julio Mendoza, citando la Carta a los romanos ¿o es a los corintios? Y unámonos a los parranderos y digamos cantando en re en Alumbra Cocuyito:
"Prende tu linterna, diminuto sol/ Hermoso lucero, hermoso lucero, destello de amor/…
Pidamos al Dios-Niño por nuestra Venezuela y nuestra universidad, que bendiga a sus autoridades y a toda la comunidad universitaria; como si repitiéramos con el Coro de Alumbra Cocuyito:
"Alumbra cocuyito los campos floridos/ La risa del Niño, la cuna de Dios/ Dame tu lucecita bucare encendido,/ Copito de sueño, melcocha y canción (Bis) / La noche se viste de luna y coral/ Son los cocuyitos, son cocuyitos cuidando el portal/ Alumbra cocuyito los campos floridos… / Vuela cocuyito, esparce tu luz/ Alumbra la cuna del niño Jesús/ "...
Ello aunque un amigo me dice que es inútil citar tan bella canción navideña sino que dada las cosas que pasan en Venezuela y en la UPEL-IPB es mejor que cantemos Al llegar aquí, por aquello de que:
"Al llegar aquí/ al llegar aquí/ Me saco el pañuelo/ Para desear a todos feliz año nuevo… ( y también para taparse la nariz para guantar tantos olores nauseabundos, por los guisos y "parrandones" que algunos hacen en la querida institución y en el país mismo, por la inmensa corrupción que impera en cierta gente; a quienes, por cierto el mensaje de la Navidad le parecerá simple cursilería).
luissaavedra2004@yahoo.es