Es indispensable eliminar la prueba de aptitud académica y las pruebas internas de admisión

El Proceso


ES INDISPENSABLE ELIMINAR LA PRUEBA DE APTITUD ACADÉMICA Y LAS PRUEBAS INTERNAS DE ADMISIÓN: Esta es una legítima exigencia del estudiantado venezolano y de todas aquellas personas capaces de considerar la problemática educativa con una visión amplia e incluyente. Así ha sido planteado ante la Asamblea Nacional por cerca de 900 estudiantes de los 26 Liceos Bolivarianos pilotos del país. Estas pruebas, herederas de los llamados exámenes de admisión de los años sesenta y setenta del siglo pasado, se han convertido en verdaderos filtros y a la vez en un lucrativo negocio, además de representar un atractivo caldo de cultivo para las corruptelas relacionadas con la venta y “negoceo” de cupos. Estas pruebas, se fundamentan en la supuesta necesidad de reservar los cupos disponibles a los “mejores” aspirantes en función de garantizar la “excelencia”, pero, en la práctica se convierten en terribles instrumentos de frustración al bloquearles las posibilidades de autodesarrollo a la gran mayoría de los bachilleres. Responden a criterios de carácter neoliberal, como la competencia despiadada y el darwinismo social, es decir, “los seres humanos están en el mundo para competir despiadadamente entre sí por los bienes disponibles, se dividen entre ganadores y perdedores, y los perdedores deben ser eliminados como ocurre en la naturaleza con las especies menos eficientes”. Tal es la “ética” neoliberal ¿Y los “no-mejores”, en el caso de la Educación Superior, no tienen más opción que ser desplazados a través de la aplicación de instrumentos de dudosa validez?

RESULTA QUE EN LA PRÁCTICA, TANTO “LOS MEJORES” COMO LOS “NO-MEJORES” SON APROVECHADOS POR ALGUNOS MERCENARIOS PARA LUCRARSE CON SU SITUACIÓN. Así es la cosa, además del trasfondo neoliberal excluyente que subyace bajo la aplicación de estas pruebas, hay otro elemento que opera en contra de las aspiraciones de prosecución de los bachilleres egresados de la Educación Media. Este es el vergonzoso aprovechamiento que de su situación hacen el aparataje académico administrativo de las universidades públicas que aplican tales pruebas y ciertos mercaderes de la educación, ofertantes de cursos y más cursos que, supuestamente, “garantizan el ingreso” a la Educación Superior. Tal aprovechamiento, en ambos casos, es de la misma índole, obtener lucro de la difícil situación del joven, y a veces no tan joven. En las universidades llamadas autónomas se ha montado todo un aparataje que inscribe miles de jóvenes para las pruebas internas de admisión, cinco mil, diez mil, los que vengan, para presentarlas, a todos les cobra cerca de Bs. treinta mil, pero, la gran mayoría los pierden al no lograr el objetivo de ingresar a la Educación Superior, porque los cupos disponibles están en el orden de las centenas o incluso las decenas, cuando los aspirantes se cuentan por miles. Como es fácil deducirlo, si para 500 cupos disponibles se inscriben 10.000 bachilleres y cada uno cancela Bs. 30.000,oo, el aporte total será de Bs. 300 millones, de los cuales sólo los Bs. 15 millones pagados por los 500 estudiantes aceptados representarán una inversión útil, el resto será dinero perdido por los aspirantes al no lograr su legítimo objetivo de incorporarse a la Educación Superior. En esa onda ha funcionado durante las últimas tres décadas la alcabala representada por las políticas de ingreso a la Educación Superior, donde numerosos aspirantes, en una triste sucesión de intentos de ingreso a la universidad, dejaron en cada caso varios centenares de miles de bolívares sin lograr el ansiado cupo.

LOS NEOLIBERALES DE LA EDUCACIÓN INVENTARON EL EUFEMISMO DE “LA POBLACIÓN FLOTANTE”. Claro, las políticas excluyentes tenían que dejar una inevitable consecuencia, una creciente legión de bachilleres sin cupo, excluidos, despojados de su legítimo derecho de continuar sus estudios superiores, que no eran sino víctimas de las políticas neoliberales dirigidas a privatizar la Educación Superior aplicadas por los agónicos regímenes cuartarrepubliqueros de Herrera, Lusinchi, Pérez, Velásquez y Caldera. Los neoliberales son expertos en inventar eufemismos para disfrazar la monstruosidad de su sistema, inventaron, pues el muy tecnocrático término de “población flotante” para designar a los bachilleres excluidos y despojados de su derecho al estudio en las universidades públicas. Ofrecían, sin embargo, como “premios de consolación” para la “población flotante” el seguir presentando (y pagando) las pruebas de admisión hasta lograr el cupo, o ingresar en alguna de las proliferantes universidades privadas cuyos costos sólo están al alcance de algunos sectores. Pruebas, aranceles, cupo reducido y universidades pagadas, todo hacia la privatización de la Educación Superior.

Y EN ESO LLEGÓ HUGO RAFAEL. Recordamos una popular canción de los años sesenta, que decía, “Y en eso llegó Fidel……”, refiriéndose al “parao” que el Comandante Castro le asestó a la perversa situación que existía en la Cuba de Batista. Aquí podemos hablar de algo semejante cuando llegó a la Presidencia el Comandante Chávez, y una de las perversiones que recibió un merecido “parao” fue la conspiración dirigida a privatizar no sólo la Educación Superior, sino la totalidad del Sistema Educativo Venezolano. Pero, la pestilente inercia de la herencia puntofijista aun persistió durante varios años y continuaron las tales pruebas, los cupos reducidos y la exclusión. Pero no hay mal que dure cien años, y en julio de 2003, parcialmente derrotadas la conspiración del imperio y sus lacayos, y la histeria racista y egoísta de la llamada “sociedad civil”, el Presidente Chávez inauguró la Universidad Bolivariana de Venezuela y decretó la Misión Sucre. Ahí las cosas empezaron a cambiar en serio, con la aplicación de un postulado fundamental, “Todos los bachilleres ingresarán a la Educación Superior”, asÍ mismo, TODOS, no “los mejores”, ni algunos, ni los que paguen, sino simplemente, todos. Entró en acción, entonces, la Misión Sucre, y el censo del 21-09-2003, descubrió en toda su dimensión la monstruosa agresión cometida por el puntofijismo contra el estudiantado venezolano, más de quinientos mil bachilleres excluidos, la “población flotante” de los privatizadores neoliberales que habían detentado cargos en aquel Sistema Educativo. Hoy en día la Misión Sucre avanza, ya podemos decir que la detestable exclusión es cosa del pasado, pero aun quedan residuos como las pruebas mencionadas, y ha llegado el momento de eliminarlas definitivamente y reemplazarlas con sistemas de orientación vocacional serios y objetivos, nunca eliminatorios.
PERO LA PRUEBA DE APTITUD ACADÉMICA Y LAS PRUEBAS INTERNAS DE ADMISIÓN TIENEN “DOLIENTES”. Así es, y con argumentos tan “novedosos” como que son “una oferta engañosa y populista”. Muy bien sabemos que para quienes se identifican con el “ideario” neoliberal, toda iniciativa que actúe en beneficio de los sectores populares, y que esté dirigida hacia la inclusión y la justicia social, no tarda en ser descalificada, y como esta gente cuenta incondicionalmente con los favores de la prensa de la derecha opositora, no les resulta difícil cacarear a ocho columnas que “La democratización del ingreso a las universidades es una oferta engañosa y populista”. Singular ¿no?, sectores políticos que se la pasan acusando al Gobierno Bolivariano, se dan a la tarea de “expandir la democracia y la libertad” que tanto pregonan, negándola en lo referente al ingreso a las universidades. También hemos leído en uno de estos medios escuálidos que la falta de ingreso de los jóvenes de sectores pobres a las universidades por causa de la PAA y las PIA “es una mentira del tamaño de una catedral”. Con relación a tal expresión, lo que sí observamos que tenía, no el tamaño de una catedral sino del Auyantepui, fue la masa de bachilleres excluidos puesta de manifiesto a través del Censo de la Misión Sucre y, “casualmente”, casi todos provenían de los sectores pobres de la población venezolana. Lamentablemente, dentro de la reaccionaria óptica de la derecha neoliberal, los sectores populares parecen no existir y por eso no les debe costar trabajo considerar que su exclusión de las universidades es “algo normal”, así como también pretenden hacer creer que tampoco existen los millones de venezolanos que apoyan a Chávez ni los centenares de miles de ciudadanos con franelas y boinas rojas que plenan la Avenida Bolívar de Caracas cada vez que se produce una concentración de apoyo al Gobierno Bolivariano. Entonces ¿qué será lo que quieren los neoliberales de la educación? ¿Habrá que seguir con la PAA y las PIA para no ser “populistas”, porque las universidades no son para los pobres sino para “los mejores” o para quienes pueden pagarlas? Ese cuento lo aplcaron hasta el año 98, pero hoy ya nadie se lo cala, el mundo está tomando otro camino.

Y PARA REMATAR, ACUSAN AL GOBIERNO BOLIVARIANO DE UTILIZAR EL SISTEMA EDUCATIVO PARA “ADOCTRINAR” A LA POBLACIÓN. Esta es otra de las goebbelianas mentiras de los neoliberales de la educación, para quienes el sentimiento patrio, los valores de la nacionalidad, el pensamiento político de El Libertador, la conciencia de soberanía nacional, las ideas de integración latinoamericana, la necesidad de trabajar por la multipolaridad geopolítica mundial, en fin, nuestra cultura en general, representan “formas de adoctrinamiento de la población”. Pero claro, quienes en una época se embarrialaron con “políticas educativas” dirigidas hacia la desnacionalización de la juventud, hacia la descalificación de nuestra cultura, hacia la eliminación de asignaturas vitales como Historia de Venezuela, a impulsar la “idea” de que “la soberanía era un concepto obsoleto y anacrónico” porque dentro del esquema de “la globalización” los venezolanos teníamos que convertirnos en simples peones, es lógico que consideren “adoctrinamiento” lo que simplemente es formación de conciencia patriótica, nacionalista y soberana. Esta gente que esgrime la acusación del “adoctrinamiento” es la misma que no acepta la histórica frase que El Libertador dedicó al imperio en 1826, “Los Estados Unidos parecen predestinados por la providencia para plagar a América de calamidades en nombre de la libertad”. Lo expresado en esta frase es resultado del pensamiento político de Simón Bolívar, y debe quedar sembrada en la conciencia de todos los venezolanos. Si no le gusta a los agentes del imperio y a sus cipayos locales es problema de ellos, pero la educación venezolana tiene que conducir a la formación de patriotas y no de lacayos. Lo que para estos lacayos es adoctrinamiento, para los bolivarianos es formación patriota y ciudadana, y esto es algo en lo que no podemos ceder. educación para todos, en todos los niveles, incluyente, sin la aplicación de instrumentos eliminatorios, para la construcción de una Nación plenamente libre y soberana. Fuera los neoliberales privatizadores de la educación.









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Fernando Key Domínguez


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