Denuncia: En Villa de Cura sabotean el pasaje estudiantil

  

 

A mediados de los años 70 del siglo XX, ocurrió en la hermana república de Argentina un hecho que bien merece tengamos presente y, que la historiografía posterior definió como "la noche de los lápices". Son secuestrados en sus domicilios, donde dormían, un grupo de estudiantes secundarios que eran militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), que habían reclamado en 1975, ante el Ministerio de Obras Públicas, el otorgamiento del boleto estudiantil secundario o pasaje estudiantil, entre otras reivindicaciones. Los desaparecidos, a partir de esos días, llegaron a 250 estudiantes, entre 13 y 18 años, la mayoría estudiantes de escuelas secundarias. Esa lucha de los estudiantes secundarios argentinos, que pagaron con su vida el derecho a gozar del beneficio del pasaje estudiantil, para poder trasladarse a sus lugares de estudios, años después, sería retomada por los estudiantes venezolanos, quienes, a mediados de los 80 y finales de los 90, relanzarían la lucha por el pasaje preferencial estudiantil, tanto a nivel básico como universitario. A diferencia de la Argentina gobernada por una dictadura militar, la Venezuela de aquellos años, era gobernada por los gobiernos de AD y Copei, quienes muy poco se diferenciaban de la dictadura Argentina, en sus métodos de represión a las luchas estudiantiles de aquellos años. La tenebrosa policía metropolitana y, en otros casos la guardia nacional, eran los cancerberos encargados de reprimir con extrema brutalidad, la imperiosa necesidad de los estudiantes venezolanos por acceder a un beneficio que les permitiera llegar a sus sitios de estudios, ante un pasaje de transporte que se iba acrecentando día a día, en una época que asomaba sus narices el modelo capitalista neoliberal de concebir nuestras sociedades.

Ante la muerte inclemente de no menos de 50 estudiantes, producto de la represión policial y la violencia de conductores, los gobiernos de la cuarta cedieron a las demandas de los estudiantes y en 1987, mediante Decreto N° 1549, se logra concretar el Pasaje Preferencial Estudiantil, el PPE, como una de las grandes conquistas históricas del movimiento estudiantil venezolano. Dos años después, por cierto, después del llamado "caracazo" en pleno gobierno de Carlos Andrés Pérez y sus políticas de shock, que entre otras cosas propiciaba la liberación de los precios, entre éstos, el del pasaje; el movimiento estudiantil se vio obligado a reiniciar batallas por garantizar lo alcanzado dos años antes, se logra un acuerdo con aquel gobierno en junio de 1989, creándose el medio pasaje estudiantil que contemplaba el pago del 50% del pasaje para los estudiantes, concretándose ese acuerdo en el Decreto Presidencial N° 328. Con el tiempo, esa modalidad de pago fue sufriendo modificaciones que la fueron mejorando y, en la actualidad, los estudiantes de la Patria según lo establece la Gaceta Oficial N° 36.289, el pasaje estudiantil es cancelado en un monto equivalente al 30% del valor de la tarifa en rutas urbanas y un monto mínimo del 40% en las rutas suburbanas. Eran los tiempos de un movimiento estudiantil comprometido consigo mismo, con sus luchas reivindicativas, muy distinto a los tiempos actuales en que hemos visto el surgimiento de un sector del movimiento estudiantil construido sobre la base de un compromiso, por parte de la embajada, de otorgarles visas y dólares para que acudan a las calles de la Patria a propiciar violencia y exigir la salida del Gobierno Nacional, valga decir, un movimiento estudiantil de corte neofascista, nada más alejado de la naturaleza contestataria de ese importante sector de nuestra sociedad.

Por ello, cuando recibimos denuncias de madres y padres de la localidad de Villa de Cura, Estado Aragua, que nos informan que en esa importante región de nuestro territorio, se ataca la vigencia del Pasaje Estudiantil sobre la base de imposibilitarles el acceso a los boletos a los estudiantes, no nos queda otra alternativa sino solidarizarnos y alzar nuestra voz de protesta ante tamaña pretensión y, más aún, cuando nos reportan que la tentativa no proviene del gobierno regional, municipal y mucho menos nacional, sino de un grupo de trabajadores que movidos, quien sabe por qué intereses, se ha dado a la tarea de sabotear la venta de los boletos. Cada día, es una excusa distinta, cuando es que no hay línea, entonces es la falta de material, sino es que se fue la luz, en ellos y ellas, el concepto de servicio público es inexistente, pues, el maltrato al joven estudiante que es quien, a fin de cuentas, les justifica un empleo, no existe. Si bien su horario de atención debiera ser de 8 a 3 pm, la realidad es que cercano al mediodía ya tan recogiendo cédulas para cerrar con esos, el servicio. El módulo de atención de FONTUR, destinado a la venta de los boletos estudiantiles, pasado carnaval a la fecha, ha convertido esa parte céntrica de Villa de Cura, en un núcleo generador de colas, apenas una taquilla es la que abren, se limitan a cumplir su jornada de labores chateando en su celular. Cientos de estudiantes, sus padres o madres, deben llegar apenas salga el sol, 5 am, para tratar de alcanzar comprar sus boletos estudiantiles y acceder al beneficio del subsidio de sus pasajes, que mucha falta les hace. De allí, nuestro llamado al ministro Haiman el Troudi, para que actúe de inmediato y resuelva de tajo esa problemática que está afectando a la familia villacurense y sus estudiantes. El pasaje estudiantil, esa conquista histórica de los movimientos estudiantiles del pasado y del presente, bien lo merece.

Caracas, 02-05-2015



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Henry Escalante


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