Ayer estuve revisando portales web, prensa y sintonizando programas de radio, TV y leyendo los mensajes de las redes sociales y, hasta consulte amigos sobre un fantasma que recorrió toda Venezuela en las primeras décadas del siglo XXI. Resultó extraño que nadie menciono y dijo nada al respecto, concluí que las viejas y nefastas prácticas del estado burgués y su impacto mediático borraron del imaginario colectivo una gran obra de la revolución: el PNFE.
¿Y, qué bicho es ese?. Resulta que un día como ayer, 28 de junio, pero, del año 2004, se lanzo por todo el territorio venezolano una idea hecha proyecto y que más tarde se convertiría en un referente decisorio para la política educativa bolivariana. Fue una herramienta que hizo cumplir los artículos 102, 103 y 104 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), formulando de hecho el tan deseado estado docente, qué luego se concretaría en la LOE del 2009. Ese proyecto fue el Programa Nacional de Formación de Educadores y Educadoras, cuyas siglas fueron manejadas por nuestro pueblo como el "PNFE". Vocablo que generó en los académicos incomodidad, "prurito" y para las instituciones educativas se constituyo en el "Boves" de 1814, esto se pudo observar en las expresiones de aquel entonces, "ahí vienen los maestros de Chávez a quitarnos los puestos; cuidemos nuestros cargos en los planteles; cerrémosle las puertas al comunismo", exabruptos e improperios que se inventaron los escuálidos ante la incapacidad de acción y bloqueo que este Programa forjó, para acabar con las "guarimbas", "saboteos" y paros en las escuelas. Acción relevante de los hechos golpistas del año 2002. A propósito de este aniversario, exhorto a los y las educadores (as) de la 1era cohorte del PNFE a relatar por esta vía u otra, las anécdotas y experiencias de inicio.
El PNFE, se dedicó a formar los y las educadores (as) que necesitaba la revolución bolivariana, comenzó con una matricula de 24.132 estudiantes a nivel nacional. Para el año 2005 se incorporan 66.000 nuevos estudiantes, luego 80.000 más, hasta tener una cifra aproximada de 200.000 estudiantes en el año 2010, ubicados en todos los municipios del país, haciendo realidad la inclusión y masificación de la educación universitaria y promoviendo una nueva alternativa de estudio: la municipalización. Lo relevante es que este ejército de educadores (as) en formación, estuvo siempre vinculado en todo horario a las distintas escuelas educativas y centros socioculturales de Venezuela, donde los y las maestros (as) que allí laboraban servían de tutores (as) y la comunidad coparticipe de toda acción, convirtiendo la institución escolar como un centro socio-comunitario y socio-pedagógico; promoción de la formación integral que tanto se pregonó y exigió en los distintos eventos pedagógicos de Venezuela y América Latina a finales del siglo XX. Aunado a lo anterior, se acentuó en el aprender haciendo de "Simón Narciso de Jesús Rodríguez" y como complemento se consideró al grupos de aprendizaje como factor importante en el desarrollo teórico/practico de formación, contando con la orientación de profesores (as) asesores, figura responsable para desarrollar el proceso de enseñanza/aprendizaje haciendo uso de una estrategia novedosa denominada "Proyectos de aprendizaje". Invención científica por excelencia.
Ahora bien, lo que deseo reseñar en este momento, donde el PNFE es olvidado por muchos y recodado por todos, a 11 años de esta gesta revolucionaria, es el sentido solidario y fraterno con todas esas personas que fueron coparticipes de esta obra, sus adversarios por más que deseen ocultar, menospreciar y destruirla jamás lo lograran, sintámonos orgullosos y seamos enfáticos en decir somos "triunfadores (as) como en Ayacucho", fervientes debemos estar por haber encendido la velas de "cera" que dejo el Maestro Simón Rodríguez, hoy esa llama esta viva y titilante, sigue en el farol de la esperanza, muy testarudos y tercos somos, insistentes y persistentes por impulsar la educación bolivariana y socialista, a pesar de los obstáculos que coloquen e impone el pensamiento pequeño burgués que hay en las instituciones educativas de este país, debemos mantenernos firmes, pie de plomo y cabeza en alto, somos multitud. Sin caer en desasosiego, confusión y escepticismo ante las condiciones de crisis material inducida y propagada que existen en este momento, sigamos adelante. Asumiendo la autocritica y responsabilidad, somos conscientes que apenas 20.000 educadores (as) egresados (as) por el PNFE están insertos en las escuelas y que resta por incorporar el 85%, pero, eso no aminora la lucha, todo lo contrario la rejuvenece, estando conscientes que la reivindicación e inserción laboral de esos compañeros (as) no lo vamos a lograr con la estructura socioeducativa y aparato sociocultural actual, debemos de ser capaces de construir un poder popular en la educación capaz de desarticular las tramas y dominación que subsisten en las mismas, configurar una nueva sociedad y concretar el estado comunal, ese es el camino y desafío que toca a estos 200.000 educadores (as) egresados (as) del PNFE.
Esa primera avanzada graduada en el año 2008 y que logro ingresar en el año 2009, por decreto presidencial del comandante Hugo Chávez Frías, tiene un objetivo estratégico "demoler y pulverizar el estado burgués". Deuda y tarea pendiente, a sabiendas que una minoría, no entendió el mensaje, la mayoría está haciendo esa labor incorruptible, vaya nuestro reconocimiento a ese grupo de compatriotas. Hay otros egresados (as) que, por iniciativa propia han entrado progresivamente a las instituciones públicas para participar activamente en las políticas de formación, es menester de admiración también, contamos con ellos desde esos espacios, incluso ayer salieron electos varios egresados (as) como candidatos del PSUV a la AN, es decir, no todo está perdido, debemos sumarnos a un gran movimiento nacional y reorganizar la fuerza de estos profesionales en poder popular, aunque desempleados (as) o como lo quieran tildar, tienen la cualidad pedagógica de inicio para el combate y la batalla de todos los días "educación, educación, educación, debe ser nuestra divisa". No dejemos que las contradicciones arropen el sentir y hacer, aunque el PNFE se mantiene cerrado técnicamente, es decir, no tiene admisión de estudiantes, desde el año 2011, rescatemos las vías para confrontar en el terreno de las ideas a los sectores adversos de esta obra, aunque solapados en argumentos de carencias materiales, reacomodo de estructuras, detienen la apertura de nuevo de este Programa, salgámosle al paso siempre. A propósito, ¿Por qué se mantiene cerrado el PNFE y el resto de las Instituciones de Educación Universitaria del país que forman docentes se mantienen abiertas e intactas?. Es algo inaudito y hasta sospechoso.
En su aniversario "olvidado" y como actor de hecho, puedo referenciar un dato, existe un aproximado de 165.000 profesionales de la Educación que han logrado culminar sus estudios universitarios en los 335 municipios del país, donde el 80% son mujeres, un grueso de esos se garantizan hoy y que pueden encaminarse a una nueva batalla, pero, ahora contra el estado burgués, al menos tienen la lanza afilada y las cuchillas amoladas como las del Negro Primero. Hasta ahora, el PNFE es la única propuesta educativa universitaria venezolana que garantizó el acceso real del venezolano al estudio, sin importar su credo, raza, religión, opinión, identidad, idioma, discapacidad, nacionalidad, posición económica, sexo, es decir, sin discriminación y si más limitaciones que las derivadas de sus aptitudes, vocación y aspiraciones. Por ese "detallito" se convirtió en el Programa bandera de la universalización de la educación universitaria y la revolución bolivariana y, en la actualidad, sin menoscabo de otros PNF, Venezuela esta catalogada por la UNESCO, como segundo país de Latinoamérica y quinto en el mundo con mayor matrícula estudiantil universitaria, superando a potencias como Estados Unidos, Francia, España, Italia, Japón y China en este particular. Y ¿Por qué los y las que dirigen la Educación en estos momentos no toman en cuenta esta política de formación docente bolivariana, avalada por Hugo Chávez y hasta proyectada como única vía para lograr la masificación de maestros (as) en el país?
El PNFE, a sus 11 años, es una proeza que no tiene precedentes y valga resaltar sus procesos como los más genuinos y propios del significado de la democracia participativa y protagónica, es un referente del poder popular. Donde lo extraordinario se hizo cotidiano y la construcción permanente e impulso creador estuvo siempre a la orden del día y donde el predominio del error e invento fue una constante; equivocación y acierto, conflicto y compartir, fueron expensas del sentir de los y las que tuvieron al frente de esta gran obra. Tristeza a veces, alegrías a veces, equilibrio hermano, equilibrio, como lo decía Ali Primera; encuentros y desencuentros, exaltaciones y triunfos, características propias de un pueblo que decidió ser libre, así de sencillo. Pero hoy pareciera que estamos como dice el cuento de Juan Rufo; ¡Diles que no me maten, Justino! Anda, vete a decirles eso. Que por caridad. Así diles. Diles que lo hagan por caridad. -No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír hablar nada de ti".
Quien esto escribe, fue y es actor excepcional de dicho proceso y goza de moral como militante revolucionario y luchador social, para exponer en cualquier parte del mundo y donde toque, frente a quien sea y como sea el significado, desarrollo y situación del PNFE, no hay lugar en Venezuela que no reconozcan este trabajo, como lo escribió Hugo Chávez en el 2010, especie de rendición de cuentas al pueblo; "Hace 11 años Venezuela contaba con 169 mil maestros: una cifra paupérrima que revela el estado de abandono de la educación pública y la marcha inexorable hacia su privatización. Hoy contamos con 584 mil educadores, pero nuestro objetivo es llegar al millón: un objetivo que alcanzaremos a través del Programa Nacional de Formación de Educadores". Idea que jamás debemos perder de vista, pues, ciertos sectores y dirigentes de la política educativa en la actualidad, pretenden desconocer este proceso y composición estratégica para desarrollar la formación docente de la revolución bolivariana: el PNFE y, pretenden priorizar o delegar esta tarea a instituciones que fueron acérrimas enemigas de esta obra, incluso de la revolución, con el pretexto de incluir y argumento endeble de consensuar y "enamorar al contrario" porque es una tarea que le mando el PSUV y no se quien, un absurdo total y fuera de contexto. Es un desconocimiento total de lo que es y significa este Programa para la revolución bolivariana y chavista. Claro, no les duele nada, pues siempre estuvieron al margen de lo que fue y es el PNFE.
Vale la pena recordar que este Programa, es producto de la resistencia popular educativa en Venezuela, esa que contuvo por distintas vías la educación dependiente y deshumanizadora que propagó el estado burgués venezolano y rentista en la IV república, aspecto que se profundizó y evidenció con la crisis generada por el neoliberalismo en la décadas de los 90, problemas educativos que fueron expuestos en distintos eventos de reflexión pedagógica como los encuentros nacionales de educadores y lanzamientos de la Red Nacional de Investigación "Simón Rodríguez", sumado a las experiencias y exposición de los grupos como la Churuata, TEBAS, Escenario, CALEB, Centro de Formación e Investigación "Fe y Alegría", IVEDECOR, CEPAP, entre otros, espacios que se convirtieron en un movimiento popular concreto para promover la innovación pedagógica y sistemática, creación de nuevas metodologías para el abordaje del conocimiento y sobretodo establecer relaciones concretas con la vida cotidiana y comunitaria. Aspectos que tuvieron su máxima expresión en la Constituyente Educativa de 1999, cuyo resultado fue el Proyecto Educativo Nacional (PEN), instrumento que mas tarde se constituirá en la esencia de la política educativa expresada y expuesta en la CRBV. El PNFE sintetizó toda esa experiencia y sentir acumulado en pro y defensa de la educación pública.
En resumen, lo que comenzó aquella mañana del 28 de junio de 2004 en Venezuela con el lanzamiento del PNFE, representa la continuidad de la acumulación histórica de resistencia cultural educativa que durante décadas estuvo latente en Venezuela. Y en la actualidad es una alternativa de formación docente y, constituye una de las más grandes obras que hemos construido en revolución, es una referencia a nivel mundial de la revolución chavista.
Hoy a 11 años y como regalo de aniversario del PNFE, es propicio refrescar su historia y enmarcar una orientación sobre el destino que nos espera con dicho Programa. Todos (as) los y las compatriotas que iniciamos esta propuesta junto al profesor Eduardo Leal, ejerciendo tareas de profesores (as), colaboradores (as), maestros (as) tutores (as), militantes de causa, amigos y estudiantes, aquellos (as) que sumaron esfuerzos, en especial el movimiento de jubilados, esos maestros (as) que no tuvieron pretexto alguno para incorporarse a esta noble tarea cuya premisa consistió en descubrir y comprender, sumar voluntades y proyectar el país potencia, un abrazo fraterno, mi reconocimiento y llamado de atención para reorganizarnos de nuevo y rescatemos la esencia de aquella propuesta que significa el empoderamiento real del poder de la gente para dirigir su destino. Aunque la idea inicial fuera distorsionada, aplaudida y reformada, producto de la impronta y aquellos aspectos descritos con anterioridad, hoy el sueño para formar el educador (a) que necesita la republica es una deuda, está viva la idea que se propagó por América Latina sobre la educación en el siglo XXI. Esa figura simbólica que exige y reclama y que nace del imaginario colectivo del pueblo definido como "maestro que sepa y enseñe" que ayude a consolidar la formación de ciudadanos y ciudadanas como lo expone la CRBV y la Ley Orgánica del Poder Popular. Felicidades sombrías hoy…Solo el pueblo, salva al pueblo.