“…Descartes ya puede constatar que hay dos formar distintas de realidad, o dos sustancias. Una sustancia es el pensamiento o alma, la otra es la extensión o materia. El alma solamente es consciente, no ocupa lugar en el espacio y por ello tampoco puede dividirse en partes más pequeñas. La materia, sin embargo, sólo tiene extensión, ocupa lugar en el espacio y siempre puede dividirse en partes cada vez más más pequeñas, pero no es consciente”… (Jostein Gaarder, 1996, “El mundo de Sofía. Novela sobre la Historia de la Filosofía”, Siruela/Norma. Madrid. P. 291).
Mi amigo, el tocayo Luís, dueño de la Librería Plaza I de libros usados de la Plaza Pedro León Torrez de Barquisimeto, sin mayor trámite me permite adquirir de entre sus ofertas tentadoras “El Mundo de Sofía”, conocido betsellert del escritor noruego Jostein Gaarder (Oslo, 1952), cuyas páginas hojeo con cierta avidez este domingo temprano en el capítulo dedicado a Descartes en el preciso momento que me dispongo a observar (ya había visto la propaganda ese sábado por la noche) la entrevista que el periodista Carlos Croes realizaría al Sr. Rector de la UPEL, Dr. Raúl López. Por lo que entendí profesor de matemáticas, de allí el epígrafe que acompaña esta nota y que explicaré más adelante, si cabe.
Contrario a cómo la prensa digital tituló de seguidas el contenido de la entrevista y fuera comentado profusamente en redes sociales, como una verdad apodíctica, esto es, “un argumento presentado como una verdad categórica; un silogismo cuyas premisas no admiten contradicción”, acerca de que en 1982 como Profesor de Categoría Asistente ganaba más que hoy cuando está en la máxima categoría de Titular y es el Rector, (“Rector de la UPEL revela que gana 60 dólares mensuales…, en: www.noticierodigital.com/.../rector-de-...); que en lo personal no fue eso lo que en principio me llamó la atención, (cuestión de gusto, será) y nos pareció un tópico, una cuestión muy socorrida; pero el ojo zahorí de los expertos impuso la jerarquización de la noticia de esa manera, que yo representa más una parte subjetiva del trabajador intelectual de los mass media o expresión de sus preferencias políticas que otra cosa de mayor sustancia.
Pero el Dr. López, pragmático, hizo mayor hincapié, digamos, más bien en la red extensa o materia susceptible de dividirse en partes grandes o pequeñas, en concreto salario y presupuesto, que en cuestiones del pensamiento; y que no ocupa espacio, mientras que, según cierto filósofo, citado Roberto Malaver (¿?) sostener ideas no es como tener dos manzanas que si se reparten se acaban. Sino que mientras más se reparten las ideas más aumentan.
Así, pues, aunque no fueron destacadas debidamente también lanzó sus “pedradas y flores ideológicas”, como diría el Lic., José Israel González, en “Ud. Tiene la Palabra”. Por ejemplo, acotó que no comparte que el C. N. U., asigne exclusivamente los cupos a los bachilleres, que las pruebas internas son muy necesarias para el discernimiento vocacional; llenar las universidades así significará que habrá mucha deserción. Él apuesta más por la calidad que por la cantidad, etc., y puso como ejemplo el Instituto Pedagógico Rural de Rubio, en Táchira, cuyos estudiantes de la especialidad de Informática no caben en sus aulas y laboratorios…
Lo destacable, según cierta perspectiva crematística de la universidad, (¿o será que así es que debe ser?) fue esto: “Es impresionante, en estos días estaba en un programa (Unión Radio, creo que señaló) y hablaba del aumento y yo dije: no hay aumento, ni siquiera ajuste, porque yo en 1980 ganaba como profesor asistente a tiempo completo 1150 dólares mensuales. Y si me ponen ese sueldo ahora, bueno, tendría que ganar más de 500 mil bolívares mensuales”, (www.noticierodigital.com/.../rector-de-la-...), cuestión que hace poco atractivo la opción de ser docente universitario, cuestión en la que respetuosamente diferimos, ya hemos realizado cierta observación participante y de resultas se tiene que la gente literalmente se mata por acceder al claustro como ordinario; los concursos de oposiciones más recientes en todos los núcleos son una muestra de ello, tal vez porque como dice Miguel, uno de mis colegas da más caché o prestigio social que plata, (Rodolfo Salguiero, docente de la UCAB, también es de esa opinión, en: Martínez Ubieda “Argentina y Venezuela: 20 testimonios”, Cultura Urbana. Caracas.).
Como ya se ha señalado, el Dr. López en esa entrevista con don Carlos Croes discurrió sobre otros asuntos muy pertinentes para la discusión, por ejemplo, acerca de cuál sea el alma de la universidad en su sentido tradicional o clásico en que domina la relación maestro discípulo, en la búsqueda de la verdad; además, el rector en sus posturas argumentativa dichas sin mayor estridencia, abogó por que el académico tenga un adecuado nivel de vida, cuestión que se agradece. Por lo demás, las diferencias de percepción sobre cuál es el ama de la universidad conviene decir que son los estudiantes y resaltar más bien las coincidencias de que es necesaria una educación de calidad para todos, también que contrario a lo sostenido por Su Señoría en la UPEL la población estudiantil está disminuyendo; y entiendo que la excepción sea el Instituto Gervasio Rubio, en Táchira.
Pero y aunque nos desviemos aparentemente del tema central de estas líneas, en este último conflicto universitario por un salario y presupuestos justos, antes que una solución suma cero hemos de buscar una relación de ganar, ganar, (en concreto yo quiero ganar como ganaba el rector en 1980, ¿malo? Malo no es, como diría Moncho)…Por que ¿cómo puede haber satisfacción por el trabajo con sueldos de hambre y edificios universitarios deteriorados?
Aunque no sé si es que en ciertas instancias gubernamentales o en los gremios domina una visón dualista o dos formas distintas de realidad, con dos sustancias distintas: el pensamiento o alma y la red extensa o materia, será por eso que entre las prioridades en el desarrollo de las carreras universitarias no figuran la filosofía ni la historia sino las ingenierías y otras ciencias aplicadas, se les dificulta sobre manera entender el nuevo paradigma de la integración o teoría de sistemas formulada hace años por Ludwig von Bertalanffi en obra de igual nombre (1980), ¿cómo va a haber ciencia y técnica sin historia y filosofía? ¿Quién piensa la relación hombre-máquina?
Vaya una cita: “La tecnología ha acabado pensando no ya en términos de máquinas sueltas sino de sistema. Una máquina de vapor, un automóvil o un receptor de radio caían dentro de la competencia del ingeniero adiestrado en la respectiva especialidad. Pero cuando se trata de proyectiles o de vehículos espaciales, hay que armarlos usando componentes que proceden de tecnologías heterogéneas: mecánica, electrónica, química, etc.; empiezan a intervenir relaciones entre hombre y máquina, y salen al paso innumerables problemas financieros, económicos, sociales y políticos. O bien el tráfico aéreo, o incluso automóvil, no es cosa del número de vehículos en funcionamiento sino que son sistemas que hay que planear o disponer”, (…) “…existe una interrelación entre todos los elementos y constituyentes de la sociedad. Los factores esenciales en los problemas, puntos, políticas y programas públicos deben ser siempre considerados y evaluados como componentes interdependientes de un sistema total”, (op cit., p. 2 Introducción).
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