Existe en la mentalidad de mucha gente poca instruida, medianamente instruida, altamente instruida y hasta profesionales en cualquier especialización, que actúa con maldad directa y personalmente contra su semejante, robándolo, hurtándolo, dañando sus bienes materiales o atentando contra su integridad física, sin existir para ello la más mínima causa que lo pueda justificar, a no ser la envidia, la falta de conciencia o la absoluta inestabilidad emocional de quien lo realiza. Tratar de buscar un cambio en el mal proceder de mucha gente después de haber cumplido cierta edad, es muy exigente, complicado y casi imposible de lograr. La buena educación que se reciba durante la niñez enseñada en sus hogares y en los institutos educacionales durante los primeros años de vida, es lo que hace percibir en el individuo una ejemplar concepción de los buenos principios en lo moral, y que ella se conserve de manera permanente en un buen actuar; esto último en Venezuela es necesario se establezca con carácter urgente para beneficio de la patria.
Nuestro máximo pensador y hombre de la patria grande, expresó la verdad más grande jamás concebida: MORAL Y LUCES SON NUESTRAS PRIMERAS NECESIDADES y EL TALENTO SIN PROBIDAD ES UN AZOTE, el primer pensamiento expresado por nuestro Libertador Simón Bolívar en el discurso que el 15 de febrero de 1.819 le dirige al Congreso de Angostura, hoy ciudad Bolívar. Sin embargo hoy hay que reconocer que en este país, en cuanto a las luces, se ha adelantado una enormidad, ahora existe un buen número de instituciones que instruyen en cuanto a lo técnico y profesional, en las artes y en el saber científico y filosófico, por consiguiente, la enseñanza en esas ramas del conocimiento hoy es masiva debido a que el actual gobierno solucionó el mal endémico que se sufría por la falta de cupos en los institutos de estudios medios y superiores correspondientes. Pero dese perfecta cuente que el Libertador antepuso a la palabra, luces, la palabra, moral. No piense el lector que la colocación de esas palabras en el contexto fue casual, no, esté usted seguro fue pensado profundamente por nuestro paisano ilustre. No, no, hay que estar plenamente seguro que aquel asombroso ser estaba convencido de que sin moral no podía existir conocimiento alguno que llevara la felicidad duradera a una familia; y aún menos a una sociedad.
El segundo pensamiento nuestro insigne hombre y padre de esta patria, Venezuela, lo hace público en carta dirigida al General Francisco Carabaño el 13 de Octubre de 1.828. Aquí se puede observar claramente que el Libertador se refiere a que cuando una persona por muy talentosa debido a su aprendizaje e instrucción y por lo cual posee un conocimiento profundo de alguna rama del saber, si no actúa conforme a la educación en los principios morales, algunas de sus acciones pueden ocasionar mucho daño, siendo este peor cuando ello no afecta a una o varias personas, sino a toda una comunidad, a un estado, a un país y mucho más; por tal circunstancia el calificativo de azote que le da Bolívar. El Estado de Venezuela tiene que esmerarse en preparar a los padres sobre cómo deben crear a sus hijos, creando un organismo de demostradoras del hogar que periódicamente visiten los hogares con niños y en situ llevarles el textos y consejos sobre el modo de educar a los niños. Es muy probable que implementando este método de educación en pocos años la sociedad se transforme en cantidad de buenos ciudadanos.
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