Trece años y nueve meses, marca la diferencia de edad entre los dos Simones (Simón Rodríguez -28/10/1769- y Simón Bolívar -24/07/1783) que estremecieron y estremecen al mundo. Uno, de inmenso apego por la lectura y las humanidades y el otro, con ese apego y, también, con el inmenso deseo de transformación y de justicia.
Excelente fue la educación que el primero le ofreció a Bolívar, una educación madurada en las características del entorno, propio de su tiempo (Revolución Francesa, Independencia de Haití, Decadencia del Imperio Español, Declaración de Independencia de EEUU,..., Monarquía económica que a través de sus representantes y la iglesia controlaban la vida de las familias Caraqueñas,..., una clara diferenciación de clases sociales: blancos peninsulares, blancos criollos, pardos, mestizos, indígenas y esclavos); como bien lo recoge, Bartolo Hernández en su artículo: “Las ideas de Simón Rodríguez y nuestro contexto socio-histórico” (Aporrea, 11/11/09). Ese contenido hablaba de la pertinencia de una educación en los siguientes términos: “...educar a todo el mundo sin distinción de razas ni colores...”, “...como derecho humano y formadora de valores...”, “...vinculada al trabajo... para trabajar y formar ciudadanos...”,... Reivindicaba, Simón Rodríguez, qué: “Servirse de Dios para respaldar injusticias es blasfemia”, “...los conocimientos son propiedad pública”, “la libertad de pensar...es decir, la libertad de ser nosotros mismos”, “...enseñar divirtiendo”, “...no pido que me den, sino que me ocupen, que me den trabajo”, “...el título de maestro no debe darse sino al que sabe enseñar”, “...La América Española es original, originales han de ser sus instituciones y su gobierno, y originales sus medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos”.
Fue, Simón Rodríguez, uno de los más grandes intelectuales de su tiempo, absolutamente convencido de que el proceso educativo, es esencialmente un proceso político; fue, sin dudas, un “tenaz fustigador de la educación memorística y sin pertinencia social”. Con esta carga ( nutrida, cada vez más con el correr del tiempo),desde el principio, impregnó al Joven Simón, llevándolo al paroxismo hasta el grado de levantar su famoso juramento del Monte Sacro, con el cobertor del cual, se lanzó en peregrinaje a liberar a su Patria.
Qué no logró Bolívar envuelto en su “huracán”, como gustaba decir a nuestro Gigante. El logró: El Juramento, pelear en 472 batallas y solo perder 6, vencer a Morillo (el victorioso contra Bonaparte), vencer traiciones, castigar a hermanos de lucha haciendo justicia, liberar 5 naciones, enarbolar como nadie: La Independencia de América Latina y El Caribe, Su Integración (A.L), la liberación de Esclavos e Indígenas, la Soberanía popular, la Democracia, la atribución a la República de la riqueza del subsuelo, la confiscación de bienes a potencias extranjeras agresoras, la oposición a las decisiones de Tribunales foráneos, la Educación abierta para todos, el Ejército popular,...Al final, nuestra Independencia política,... para ver venir la traición de Paéz.
Todo un largo período de traición a la Patria y de olvido del programa libertario generado tras la simbiosis de los Simones; de entrega y dependencia creciente, transcurrió desde Páez (1830); a instancias del mandato de 40 Presidentes, apróximadamente, en 170 años (1830-1999), hasta cuando asume el Gobierno y el Poder, HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRÍAS. Catastrófico, fueron los últimos 8 períodos de Gobierno, los ocho de la llamada Cuarta República, que con 7 Presidentes (Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Rafael Caldera, Jaime Lusinchi, Carlos Andrés Pérez, Luis Herrera Campins y Ramón J. Velásquez), dejaron una estela de hambre (80% de pobreza), endeudamiento, exclusión, privatización, miseria, desatención social (sólo 36% del Presupuesto) y violación de los derechos humanos (más de 3.000 asesinados y desaparecidos).
Tuvo que ser HUGO CHÁVEZ, un verdadero patriota y revolucionario, quien tomara el testigo de la simbiosis de los Simones, nutrida por los aportes del General del Pueblo Soberano, EZEQUIEL ZAMORA (1817-1860) y por los revolucionarios de la década del 60, quienes no lograron la toma del Poder, pero dejaron fehacientes muestras de levantar las banderas de Robinson y Bolívar. De Zamora, con el pueblo hecho ejército y guerrilla, y de los revolucionarios del 60, con el pueblo hecho guerrilla en varias formas de lucha y de organización; ambos en el contexto de su tiempo, dejaron su aporte, tras sacrificio, valentía y sangre. La igualdad de todos, la educación para todos, el apego a la Independencia y a la Soberanía, el sentimiento de Patria y la firme convicción de la vigencia del ejército popular, recorrieron sendos programas libertarios.
Todo ese nutriente que alimenta los Planes de Chávez, hasta llegar al Plan de la Patria 2013-2019 y que tienen su fundamento en el espíritu de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, surgida de una Constituyente Popular, resume, fielmente, el contenido central de aquella simbiosis en el aspecto educativo, filosófico y político. Nuestro Gigante, desarrollando esa Carta de Navegación vio, y nos hizo ver, la materialización de aquellos sueños de los Simones y de todo el proceralato, incluidos nuestros indígenas y afrodescendientes, que recorre la historia heroica de esta Patria. A partir de abril del 2013, con Nicolás Maduro, continuamos esa senda de lealtad al pensamiento bolivariano y robinsoniano.
Los trascendentales logros, en algunos casos son unos de los mejores entre todos los países del mundo. Entre otros, nos enorgullece el reconocimiento a nuestra Patria como:
.- El quinto país del mundo en inclusión educativa a nivel universitario.
.- Uno de los primeros en entrega de vivienda a su pueblo: 1.400.000 viviendas, siendo un país de 30 millones de habitantes, agrupado en 7.500.000 familias.
.- Uno de los primeros en entrega de pensiones de vejez: 3.300.000 (90% de necesidades cubiertas).
.- 74% del Presupuesto Nacional dedicado a la inversión social.
.- Relaciones de trabajo de alta calidad, con una de las leyes de trabajo más avanzadas del mundo.
Una amenaza pende sobre nuestro Proyecto de Patria, el año pasado fue una muestra patética de la intensidad con qué el Imperio Norteamericano está dispuesto a atacarnos, para arrancarnos la Patria. Es nuestra circunstancia hoy, con Nicolás Maduro al frente. Debemos vivir con él, nuestro “huracán”, debemos desentrañar nuestra circunstancia, develar los procesos que nos aplican y validar y rectificar los atinentes a nuestros desempeños. Con las experiencias que nos deja el balance del año pasado y de los anteriores, debemos redimensionar el Proyecto surgido de la simbiosis de los Simones que con todo el aporte de las luchas de nuestros pueblos, hoy vibra en nuestras manos, con el legado de Hugo Chávez, que siempre ha de estar vivo en todos nosotros.
Son los tiempos del decadente Imperio Norteamericano que como fiera herida, busca entramparnos en el juego “democrático” y busca aislarnos para invadirnos; es el momento en que el poder económico del mundo está en China y no en Estados Unidos; es la época en que el Poderío Nuclear no es del manejo exclusivo del Imperialismo Norteamericano; también es el momento en que el recurso estratégico que mueve y moverá al mundo por muchos años lo tiene Venezuela y así, como es imprescindible para la existencia del Imperialismo Norteamericano como tal, también lo es para que nosotros y nuestros aliados estratégicos vivamos en libertad y en armonía con la naturaleza;...
Venimos de transitar un año donde nos atacaron con todo: partieron de una diferencia considerable en unas elecciones importantísimas (Las Parlamentarias), quemaron sus lacayos internos con 6 formas de salir de nuestro líder obrero, ensayaron y fracasaron con formas de luchas que en el año 2002 les funcionaron y, a mediados de años, maltrechas y divididas sus fuerzas operadores internas, entró al ruedo el propio imperio con ataques cibernéticos, guerra a la moneda y hasta con la movilización de la OTAN, valiéndose de Colombia. Otras muchas cosas intentaron, por supuesto, la utilización de Paramilitares y, todo el año, la manipulación del dólar paralelo, tras su validación infame por el Gobierno Colombiano. Y al final, nada, derrotados, en términos de que el Presidente obrero, continúa en el Poder, con su Plan de Patria.
Demostró Maduro, validando su liderazgo, que es un gran estratega, que sabe donde está parado. Que no casó moscas, ni casa con quienes se equivocaron y/o traicionaron al morder el peine de las orientaciones del Comando Sur, participando en saqueos y movilizaciones violentas o en cualquier otro de los 12 mandados que a la derecha le encomendaron. Qué sabe conducirse en paz, en democracia, organizando a su pueblo, movilizándolo, educándolo, concientizándolo y politizándolo y, también, protegiéndolo con una gestión de gobierno humanista, en armonía con el ambiente y la preservación de la vida en el planeta.
Toca en estos momentos, continuar combatiendo la Guerra Económica con la Agenda Económica Bolivariana, con los CLAP como herramienta original del poder popular, con la revolución productiva , con la educación vinculada a los procesos de producción y con la construcción de las Comunas. Siempre en Unidad, formando, blandiendo la Pedagogía Política, reconociendo el liderazgo de Maduro y del alto mando de la revolución, con disciplina, en paz y en democracia.
Estamos obligados hoy a ser como el maestro Simón Rodríguez, un maestro que es tal, por qué sabe enseñar. Enseñémosle al pueblo lo que está ocurriendo, enseñémosle la circunstancia en que estamos viviendo y los procesos que nos están aplicando, seamos como Simón Rodríguez pueblo, capaz de motivar a Simón Bolívar pueblo para que escriba su testamento, lo grite a los cuatro vientos, se lance en peregrinaje con él, se llene de pueblo y consolide la Patria que nos legaron para no dejarla perder.
¡ VIVA LA EDUCACIÓN BOLIVARIANA, VIVA LA PATRIA QUE CON ELLA SE LIBERA!