Creo en los poderes creadores del pueblo
Aquiles Nazoa
En mayo del 2013 estabamos conscientes que el cuerpo científico y el aparato conceptual que sostienen la columna vertebral del Programa Robinsoniano de Estudios Abiertos y Avanzados (PRELAA), del movimiento pedagógico Frente de Trabajadores de la Enseñanza Samuel Robinson, desafiaban al establishment académico científicista, fundamentalmente por atrevernos a contradecir en sus dominios el determinismo, las leyes y el inmovilísmo intelectual, y colocar en el lugar de esas nociones el indeterminismo, la aleatoriedad y el pensamiento crítico y emancipatorio en el lenguaje de la ciencia de la educación. Pero no teniamos otra opción si queriamos producir la ruptura metodológica epistemológica que nos habiamos planteado con el propósito de autoformarnos y así concretar nuestro aporte a los planes nacionales de alcanzar desarrollo cientifico, tecnológico y artístico que urge en Venezuela.
Para superar la actual crísis de la sociedad Venezolana e imaginar un mundo radicalmente nuevo se necesita abandonar las simples,tradicionales y lineales maneras de percibir las realidades del mundo. Exige una educación que viva el estado de asombro como vehículo de la reflexion especulativa para usar sus hallazgos en el mejoramiento de la sociedad. De igual forma, una práxis de educación dialectica que forje un espiritu cientifico capacitado para sostener una visión compleja de la realidad, preparado para la incertidumbre y habilitado para la abstracción. Abstracciones que permitan revelar la esencia de las cosas,sus contadicciones principales; dicho de otra forma, ir más allá de las apariencias, de lo fenoménico o, en el decir de Kosík, destruir el mundo de pseudoconcreción para penetrar en la cosa misma.
Es necesario, entonces, realizar abstracciones de carácter científico. Sólo así podremos producir la Ciencia, la tecnología y las artes para lograr tener una sociedad ecodesarrollada,indepedendiente y soberana. Como dice Cecilia Braslavsky:"para el Norte competencias complejas, más en particular, por ejemplo, la capacidad de abstracción. Para el Sur "literacy,numeracy and life skills" o, en su traducción al castellano "alfabetización, contar y competencias para la vida cotidiana"
El pensamiento abstracto como el asombro nos permiten concebir otros escenarios y realidades para deducir lo que puede servirnos en el presente. Nuevas ideas y relaciones intersubjetivas que potencien la capacidad creativa. Formar criterios independientes y soberanos sobre fenomenos,situaciones o contextos.Venezuela urge hoy de un pensamiento nacional así, para transitar hacia un modelo de vida donde se viva suficientemente cómodo.
Quiza, haciendo una evaluación crítica , los objetivos que nos habiamos planteado originalmente en el PRELAA no se cumplieron a cabalidad. Hubo que distraer mucha atención y energías en la defensa de la existencia del programa(seguramente la defensa es una fase primordial en toda paradigma nuevo).Pero resultó que la defensa misma se fue transformando de facto en un eje de aprendizaje colectivo transversal en los ocho programas del PRELAA.Se generó, en la mayoría de los participantes organizados en la comunidades de aprendizaje sentido de pertencia colectiva. La cooperación dejó de ser simple discurso de moda y paso a ser una práxis.
En el PRELAA empezamos a comprender la importancia que tienen la abstacción y el asombro para hacernos de un spiritus speculari y putaverunt rationale sobre la realidad. Indagar sorprendidos en el fenomeno lo que a simple vista no podemos ver ni explicarnos de él. Dialogar con la realidad fascinados por la información encontrada en su esencia y traducirlo en nuestro cerebro. Solamente maravillados puede alumbrarse el camino hacia otras construcciones del conocimiento.
En ese sentido, cultivar la abstracción y el asombro es movilizar el pensamiento. Venezuela necesita de una educación que la imagine distinta,liberada de las lógicas destrucctivas de la civilización del capital. Conciliada con la vida buena.Una Venezuela que diga como dijera Alejandro Dumas a través de sus Mosqueteros: todos para uno y uno para todos, y como sentenció con angustia el Maestro Simón Rodríguez: Inventamos o erramos.