"A la mayoría de las gentes prefiero
darles la razón en seguida que escucharlas."
Montesquieu
En esta lucha, que un gran amigo la define: un suicidio colectivo, quien saca la mejor parte, es el poderoso coloso del norte: el imperialismo estadounidense, y los eternos usureros: los comerciantes. No podemos esperar un buen trato de ningún gobierno de los Estados Unidos, a menos que nos arrodillemos pidiendo la bendición, como lo hicieron todos los gobiernos en la época de AD y COPEY; por eso el ataque despiadado contra Nicolás Maduro, no cesa un instante; su gobierno se mantiene firme antes las vilezas de Donald Trump.
Es tan directa la confrontación, que algunos articulistas aprovechan cualquier oportunidad para atizar un incendio, envolviendo algunos casos con un tinte propio de un fanático ofuscado, como está sucediendo contra el eterno luchador revolucionario Aristóbulo Istúriz. Cualquiera expresión inoportuna, o equivocada de cualquier funcionario de jerarquía, o del Presidente de la República, rápidamente le caen encima para devorársela, y algunos críticos pelan el pedal, por querer pasarse de ácidos con sus escritos “cantinfleros” con el perdón del inmortal Mario Moreno, el popular “Cantinflas”
El maestro Aristóbulo, en un programa de venezolana de televisión, expresó algunos opiniones para muchos equivocadas, y cada quien tiene su manera de interpretarlas en medio de la alborotada hojarasca del momento. En estas declaraciones se hizo presente la ambigüedad, algo que nunca falta, pero los cazadores de errores siempre tienen el arma montada para disparar, y destacan entre ellos los que tienen la capacidad para la crítica, aun, cuando yerren en sus disparos, pero aprovechan el convulsionado momento. Pongo, como ejemplo a la muy leída, y destacada productora de artículos contra el gobierno: Amaranta Rojas, quien en ningún momento se atreve a tocar a uno de los grandes culpables de la grave crisis del país: Rafael Ramírez Carreño, por cierto fugitivo, y en su cómodo aposento, espera el momento de ver caer al gobierno, para presentarse con la cara de angelito; carga entre ceja, y ceja la obsesión por ser Presidente.
El número de lectores de estos críticos, depende del escándalo proyectado: entre más mordaces, más llaman la atención, como es el caso de una recién incorporada a la página de Aporrea: Yasmeli Pernía, quien apenas nombró a Diosdado Cabello, para “quemarlo” vivo con programa y todo, se desbordaron las pasiones de los leyentes para curiosear todo lo desparramado en los escritos; en lo que deje de escribir directamente contra el gobierno, baja la intensidad de la curiosidad, como agua por una catarata; porque les han sembrado en la mente ver de esa manera todo en contra del gobierno; al no existir esa condición simplemente no se interesan. Puede más la manía, que el mismo razonamiento, de ahí se despierta el odio, que muchas veces no lo apartan ni siquiera, cuando hacen el amor.
En otros escribientes, conseguimos cierta moderación, y sensatez, y no dejan de tener razón en algunos planteamientos, sobre todo, cuanto hacen la crítica sobre lo expresado por Aristóbulo: “las tablas salariales del personal administrativo, obrero, jubilados y docente deben ser iguales, para no realizar una "discriminación contra ningún sector". Esto es una equivocación, porque si algo es importante en cualquier ser humano, es el incentivo–dinero– para impulsar a la persona en el trabajo, el estudio, de lo contrario no es raro escuchar: ¡Para que voy a estudiar, si voy a ganar igual, que cualquier maestro! y de ahí, viene la consideración muy leída en los manuales marxistas: “a cada quien por su capacidad, y a cada quien por sus necesidades”.
Las apreciaciones siempre dependen del momento que se vive. Da la impresión que Aristóbulo Istúriz, lanzó una bomba en medio de una protesta del magisterio venezolano. Han montado una descomunal alharaca, cayendo de manera lamentable en un enfrentamiento de clases innecesario. ¿Qué dijo Aristóbulo, para que lo lleven al paredón? Simplemente se atrevió a proponer una mayor consideración para los obreros: “Si el obrero gana menos tenemos que protegerlo más” ¿Dónde está el pecado de Istúriz? El momento, cuando da las declaraciones, porque todos los enemigos de la patria, y los que se consideran chavistas, chavista, se encuentran dándole palos a la piñata, para esperar, como los niños en los cumpleaños para recoger su parte; más, cuando la derecha han señalado otra fecha, como la “batalla” final –23 de enero–, después de todos los fracasos, y una guerra económica, que golpea inclementemente el bolsillo de los trabajadores, y es precisamente a esa clase a la que quieren sacar a la calle para tumbar a Nicolás Maduro, y después los grandes caimacanes se apoderan del poder para hacer lo mismo de Macrí, en Argentina: Lenin Moreno, en Ecuador, y por ese mismo camino va Bolsonaro, en Brasil.