En el entorno actual de Venezuela, volátil y entrecruzada por tantas luchas y confusiones hacen que, como dice el refrán, "Se junten el hambre con las ganas de comer" y se superpongan unas cosas sobre las otras, se "aproveche" una coyuntura específica psra incidir Por ejemplo, sindicatos y gremios docentes al menos desde diciembre del recién finalizado 2018 y lo que va de enero y febrero de 2019 tienen suspendidas las actividades docentes y administrativas en todos los niveles y modalidades del sistema educativo nacional, primeria, bachillerato general y universidad.
Hacía mucho tiempo que una situación así no se presentaba. Que recordemos al menos desde mediados y finales de la década de 1980 o hacia su final 1989-90, cuando las cosas en Venezuela estaban muy convulsionadas y se sentía una atmósfera pesada en el ambiente, ergo: las luchas reivindicativas de los trabajadores con frecuencia van unidas a demandas mayores, tienden a exigir cambios drásticos en las estructuras sociales e institucionales del país.
El asunto es identificar hacia dónde van dirigidas esas jornadas sindicales y gremiales, qué autonomía tienen en cuanto a la cobertura de las legítimas demandas de los trabajadores, que son muy concretas en lo atinente a la satisfacción de aumentos salariales, dotaciones didácticas, refracción de las estructuras físicas de las edificaciones educativas, seguridad social y medio ambiente laboral; pero también hacía cual perspectiva política general apuntas esas luchas y ahí es donde se presentan las deformaciones, manipulaciones de esas necesidades para impulsar revueltas colectivas. En estas últimas paralizaciones docentes en Venezuela muchos andan, volviendo a los refranes "Pescando en río revuelto".
Así, por ejemplo, un tal organismo gremial en Barquisimeto llamado SITEL, que el ente núcleo de todas las protestas callejeras de médicos, enfermeras, docentes de educación primeria, bachillerato y universidad (UCLA, UNEXPO, UPEL) ha declarado su adhesión al auto proclamado bicharrango John Way-Dog. Nada de extrañar porque son sindicatos o gremios sin autonomía sino dependientes de los partidos políticos tradicionales (AD, Copei y derivados) que fueron desalojados por poder por el llamado "Proceso Bolivariano" y ahora pugnan por la "restauración". Luego, ¿por qué no lanzarán sus demandas salariales al "encargado" de los intereses de Trump en Venezuela? Al hacer los reclamos al ministro de educación del Gobierno Bolivariano, ¿no está reconociendo de hecho que el gobierno legítimo es de Nicolás Maduro?
Sin embargo, uno de los "oradores" de una marcha gremial frente al Edificio Buría, sede de la Zona Educativa del Estado Lara, denunciaba a voz en grito que estaba seguro que las demandas docentes no serían oídas, por lo que no quedaba de otra, palabras más, palabras menos: había que derrocar la actual "dictadura"; que él asistía a los "Cabildos abiertos" que dizque realiza la oposición en la ciudad y la gente respaldaba las acciones sindicales de maestros y profesores; pero días antes una profesora miembro de la llamada "Coalición sindical" del estado Lara también había pedido a gritos porque los exaltados no la dejaban hablar, que los docentes se incorporaran a sus aulas de clases, que en sus instituciones hablaran con los padres y representantes; que les explicaran las razones del ya largo paro, agregando que muchas comunidades estaban muy molestas, porque además acotaba que había mucha anarquía y muchos "dirigentes" de los sindicatos docentes, obreros y administrativos transforman las demandas o reivindicaciones salariales en embestidas políticas-partidistas.
Por otra parte, el ministro de educación Aristóbulo Istúriz y no se diga el ministro de educación universitaria Hugbel Roa, lucen desdibujados y con un mutismo atronador. No tienen respuesta a las demandas muy concretas y sencillas del sector educativo, están subordinados a la política del medio petro; hoy es una verdad innegable que la calidad de vida se ha depauperado del docente y su familia, responsabilidad también de las élites opositoras y sus aliados: los comerciantes.
El conflicto político y social de grandes dimensiones que confronta Venezuela hoy, principalmente la amenaza de una intervención militar disfrazada o no de "ayuda humanitaria", los arropa los "conflictos menores" y han tenido respuestas limitadas; esto es fuente de conflictos que los sindicatos y gremios educativos como parte del andamiaje social e institucional socialdemócrata y socialcristiano de la 4ta República instrumentalizan para mantener lo que se ha dado en llamar "calentar" la calle y transformar esa lucha magisterial legítima en una guarimba pro Guaidó o Trump, que es el jefe imperial a los ellos, la oposición ven como su tabla de salvación ante su falta de liderazgo.