(Aproximación al imaginario social de la universidad venezolana en la crisis actual)

¿Miseria de la universidad o la universidad en la miseria?

I

El título de este ensayo que a la final salió más largo de lo pensado inicialmente y va a requerir paciencia hasta llegar al último párrafo, parafrasea obras clásicas como "Miseria de la Filosofía" (1845-46) de Carlos Marx que a su vez refiere a "Filosofía de la Miseria" de Hegel en que de acuerdo con el profesor Fernando Rodríguez (en el folleto Karl Marx, 2006)) se propusieron criticar sistemas de pensamiento e instituciones en crisis. Nosotros en lo particular queremos describir la percepción tradicional de una institución relevante socialmente en el pasado y su presunta descomposición actual por fuerza de la crisis económica y de pensamiento que padecemos en Venezuela. Por eso quien sabe si de manera impropia hablamos de la ¿Miseria de la Universidad o la Universidad de la Miseria?

Expresado uno y otro término en (a) nostalgia de los tiempos ya idos de bienestar y calidad de vida del académico y su grupo familiar, además del sector de trabajadores administrativos y obreros; pero que olvida una mayor profundización en la discusión de los fundamentos de la universidad, pues ésta más bien parece reducirse a dilucidar la grave cuestión de si firmar o no unas planillas incidentales para solicitar créditos adicionales que llevaban piquete al revés como la herradura de los cascos del caballo de Juan Parao; y (b) una percepción cada vez mayor y sentida en el propio pellejo de que la universidad hoy está en la miseria más absoluta y en tales condiciones es imposible que cumpla de manera efectiva las altas funciones a que está llamada por ley. A saber, contribuir con la solución de los grandes problemas nacionales en las áreas de la ciencia, la tecnología y las humanidades.

Por otra parte, cambiar la percepción de una universidad en estado de miseria requiere de un esfuerzo muy especial tanto por parte del gobierno actual (que algunos no reconocen como tal), como de la sociedad civil que en un segmento importante exige otro pacto social en una polémica coalición con factores extranjeros desdiciendo de las formas republicanas (soberanía, autonomía, independencia y respeto a la legislación nacional en cuanto a procesos electorales presidenciales ya efectuados, entre otros aspectos). En síntesis, para transformar la universidad se requiere ejercitar la razón (de la razón pura y la razón práctica, se diría), volver a los fundamentos y acordar consensos básicos en lo económico y político en general dado que la educación no es un proceso aislado; de allí que la pregunta central viene a ser: ¿cuál es el imaginario social tradicional de la universidad y en qué ha derivado en el marco de la crisis actual, aunque paralelamente pensar cuál es su perspectiva futura? Eso que algunos llaman la prospectiva.

El tema-problema planteado no es baladí, "La universidad (siguiendo a Aventín et all en el tomo 7 de la Gran Historia Universal Larousse, 2007), surgida en la edad media, fue el pedestal sobre la que se levantó la cultura europea. Se la considera una de las creaciones más originales e importantes de la civilización occidental de aquella época" (P. 30); y se diría también que fue pedestal para el desarrollo cultural en el llamado "Nuevo Mundo" cuando se traslada el Estado español a América y luego se crean repúblicas independientes.

Por eso tiene larga tradición en Venezuela. Su fama aquí como referente de cultura, ciencia y tecnología que muestra rupturas y continuidades es descrita en el ensayo "Ilustración y educación: Baltazar de los Reyes Marrero y la Cátedra de Filosofía Moderna en la Universidad de Caracas, 1788" del historiador venezolano Dr. Reinaldo Rojas (2014), donde expone en una narrativa bastante compleja lo que resulta muy arduo seguir cuál es el argumento central que de centro de conocimiento filosófico-teológico en la línea escolástica, elitista y exclusivo de los blancos españoles con "limpieza de sangre" pasa a ser lugar de recepción y de incubación de nuevas ideas científicas y políticas que, andando el tiempo serán los fundamentos de las reformas republicanas; por lo que la Real y Pontificia Universidad de Caracas constituyó un espacio de conflicto por la discusión de nuevas definiciones y construcciones reales y simbólicas con la Emancipación Americana.

Sus catedráticos en el período colonial hasta donde se comprende, pocas veces tuvieron libertad para crear e innovar según su real saber y entender, con lo que se sentirían bien pagados; sino el claustro constituyó intersticio de control social y espacio del "error y la ilusión" en que la pasión del dogma dominó sobre la libre discusión racional entre novatores y seráficos en la rancia tradición hispana de universidad; de donde se tiene que como dice Edgar Morin (2001) al hablar de la ceguera del conocimiento y de las imposturas en "Los siete saberes necesarios a la educación del futuro", el libro que hubiera de encargarle la UNESCO, sin que necesariamente comprometiera la opinión de esa gran corporación de las Naciones Unidas; el error y la ilusión tanto sobre las casas de estudios superiores como la viabilidad del conocimiento creado al interior de las mismas, continúan pujando en la actualidad. Por cierto, en la construcción del referido libro este pensador de fama mundial contó con la asesoría de otros muchos de sus pares en el mundo, en Venezuela, por ejemplo, el recordado Dr. Rigoberto Lanz, su discípulo de la UCV.

II

En descargo de lo anterior sobre libertad creadora, su limitación humana por la sujeción a la dinámica sociohistórica del momento, el error y la ilusión o la ceguera del conocimiento, de acuerdo con Luis Beltrán Prieto Figueroa (1984) en su obra "Principios generales de la educación", expone que: "toda educación es a la vez conservadora y renovadora. Por la primera función, la sociedad se previene contra la disgregación, por la segunda crea nuevos valores, es fuerza de liberación de los jóvenes" (p. 31); luego la educación como proceso social e institucional siempre se mueve en ese "doble vínculo" sociedad-individuo y viceversa, por lo aquello que afecta al sistema social general también trastoca al sistema educativo. No se puede cambiar la escuela sin cambiar la sociedad (Prieto Figueroa, dixit).

Pues, igualmente, recordando a Hegel (citado por Fernando Rodríguez (ob cit) "Todo cuanto es el hombre, se lo debe al Estado: en él reside su ser. Todo su valor, toda su realidad espiritual, no los tiene sino por el Estado" (p. 12); que, a su vez, hace que exista un imaginario social sobre la universidad como fuente de ascenso social vertical y reconocimiento que, dado el entorno venezolano actual tan volátil por la hiperinflación e inestabilidad política en Venezuela, ha entrado en crisis y cunde la desolación.

Sin embargo, hay resistencia. Una metáfora histórica, y conste que muy atrevida, hace parecer hoy a Venezuela como si otra vez se hubiera lanzado con los lanceros llaneros, de acuerdo con J. M. Siso Martínez (1970, en "Historia de Venezuela"), "… por el Páramo de Pisba bajo la llovizna constante acompañada de granizo y de un viento helado y perenne" (p. 360). Ergo, el pueblo venezolano está pasando un trance muy duro y como del 2 al 6 de julio de 1819 "Cuando el ejército llegó el 6 de julio a Socha, primer pueblo que se encuentra en la provincia de Tunja a la falda opuesta de los Andes orientales, su estado era por extremo lastimoso" (ídem).

Pero lo extraordinario es que apenas se recuperaron "Triunfan de nuevo los patriotas en Pantano de Vargas, y el 7 de agosto en Boyacá, donde desbaratan completamente a Barreiro. La victoria fue tan completa que Soublete en su parte oficial dice: El ejército enemigo quedó en nuestro poder: fue prisionero el general Barreiro, comandante general del ejército de Nueva Granada, a quien tomó en el campo de batalla el soldado 1° de Rifles, Pedro Martínez; fue prisionero su segundo el coronel Jiménez, casi todos los comandantes y mayores de los cuerpos, multitud de subalternos, y más de 1,600 soldados … Apenas se han salvado 50 hombres" (Siso Martínez, ob cit., p. 361).

Asunto nodal viene a ser que a pesar de cierto imaginario social catastrófico dominante en el contexto de la crisis actual de la universidad venezolana, del sálvense quien pueda, aún quedan arrestos de virtud y heroicidad; fundado en eso se puede atisbar una salida victoriosa, pero a condición de que haya líderes que motiven a realizar una hazaña semejante. Porque del imaginario universitario anterior lo que se suele comentar es la nostalgia de mejores tiempos como académicos, con calidad de vida típico de la llamada clase media.

Así la periodista y ya profesora jubilada activa de la UCV Gloria Cuenca (2019, marzo, 24) recientemente ha hecho la siguiente confesión en su columna dominical "¿Quién lo diría?" de Últimas Noticias: "Muchos años atrás recorrí, como turista (todavía una profesora con salario digno, y con esa posibilidad), el sur de España. Descubrí la importancia para la cultura española de la presencia árabe y, también la sefardí" … (p. Opinión, 10).

También se puede leer del fallecido historiador larense Manuel Caballero en libro biográfico que le dedica Vanessa Peña-Rojas (2007) en "Manuel Caballero: militante de la disidencia" que él en los años de 1970 y 1980 podía viajar a Francia, Grecia y estudiar en Inglaterra donde vivió en un área exclusiva con su sueldo de profesor en la UCV y por allá conoció por cierto y casó con la poeta y también docente de la UCV Hanni Ossott, en efecto acota Peña Rojas que:

"Permanecieron en Inglaterra hasta 1981. Residieron en un pequeño apartamento en Hampstead, una prestigiosa zona residencial de Londres, donde tenían por vecinos a los intelectuales más prestigiosos de la ciudad. Era la época en que el dólar estaba a 4, 30 bolívares y tanto Caballero como su consorte recibían un sueldo de 9.000 bolívares mensuales, cada uno. Vivían, pues, holgados" (p. 103).

Asimismo, el actual cronista oficioso del Instituto Pedagógico de Barquisimeto en su grupo de Facebook muestra fotografías de sus viajes a Europa del Este a países de la llamada "Cortina de Hierro", Corea del Norte y así seguramente otros tantos que cursaron postgrados en el exterior, verbi gracia José Sanz Ros, el de las irreverentes crónicas de Aporrea pudieran mostrar cosas semejantes; en fin, todos quienes llegaron a ser personal docente y de investigación junto a los colaboradores del claustro, en otras palabras, el personal administrativo y obrero están de acuerdo en que "tenían estatus" tipo clase media; pero hoy: "Ya no somos lo que un día fuimos", como dice la canción. Todos estos profesionales altamente calificados y trabajadores expertos en el marco de la crisis actual han desdibujado su imagen, deben hacer otra cosa para sobrevivir.

Pero no son sólo ellos. Son todos los trabajadores de la administración pública, médicos, enfermeras, profesores de educación primaria y bachillerato, entre otros que han empobrecido impresionantemente hasta mostrar un estado "lastimoso en extremo". ¡Aunque el capital intelectual permanece intacto! Están a modo de chanza como decía Joselo en su show televisivo de los años 80: "Con el maletín vacío, pero con la frente en alto".

En cambio, muchos trabajadores de la empresa privada que aun aprovechan ciertas oportunidades hoy en Venezuela, de acuerdo con testimonios, reciben bonos compensatorios que triplican o cuadriplican el salario mínimo vigente. No digamos que el gobierno de Maduro realice algo semejante, porque eso de los bonos no "salarizados" son como se dice "Pan para hoy y hambre para mañana" pero sí que debe acordar contratos colectivos acordes, como señala por ejemplo el artículo 91 de la Constitución (1999). ¿No hay recursos suficientes? ¿Será muy inflacionario inyectar tanto dinero a la calle, según una tal teoría monetarista?

Decimos el gobierno de Maduro, aunque a muchos pudiera no gustar porque con "El Ciudadano Esclarecido" de La Guaira, aquel que en el Aeropuerto de Maiquetía pasa por inmigración al regresar de "viajes de estado", como todo el mundo, no hay esperanzas. Es neoliberal y debe creer en la "flexibilización de las relaciones laborales", carece de sentido de nacionalidad auténtica y es expresión de minorías poderosas que entienden la democracia en sentido "restringido" si bien dolarizaría la economía, dizque según se lo han dicho en Washington. Por cierto, a él se han plegado casi todos quienes sustentan el imaginario social universitario tradicional, el de la abundancia, en el marco de la democracia liberal y la "Gran Venezuela" tesis que sostiene el Dr. Germán Carrera Damas (2013) en su libro "En defensa de la república" donde sostiene que:

"En esta Venezuela democrática no existía ese cuadro de malestar social y económico y desconcierto político, ni el actual recurso salvacionista ha dado muestras de orden y eficiencia. Antes por el contrario, ese recurso ha acentuado los alegatos déficits en estos terrenos. Día a día la caótica realidad creada por el militarismo desmiente su empeño en descalificar el régimen sociopolítico democrático establecido por la soberanía popular" (p. 66).

Ergo, la situación de la universidad obedece a la precariedad del actual "régimen político" y para superar eso habría que cambiar de gobierno, de acuerdo con el autor citado, pero desde otra perspectiva ese argumento resulta más bien falaz. Veremos por qué.

III

De un imaginario universitario bastante optimista, motivo de ilusiones de bienestar personal y familiar en el marco de la democracia representativa, también llamada la república civil y liberal, se ha pasado a un estado de desesperanza como consecuencia del también denominado "régimen militar-populista"; esto último ha sido un esquema muy difundido por políticos y egregios miembros de centros académicos, lo que dispara muchos signos de alarma si entendemos la noción "imaginarios sociales" al modo como lo hace el sociólogo chileno Dr. Manuel Antonio Baeza (Departamento de Sociología y Antropología, Universidad de Concepción, Chile). A saber:

"verdaderos esquemas socialmente compartidos de inteligibilidad, plausible de la realidad" (en "El concepto de imaginarios sociales"); así, se tiene entonces y de manera indubitable que existe un "esquema compartido" en torno a la crisis terminal en que se halla envuelta la institución universitaria venezolana, pero no es sólo ésta sino toda la institucionalidad y su tejido social. Por lo que se ha desatado una dinámica psicológica peligrosa, con estados psíquicos alterados que se expresan en conductas y creencias que dibujan un estado catastrófico. Por ejemplo, no hace mucho en una reunión de departamento al encargado del mismo se le oyó decir, palabras más, palabras menos: "Esto se acabó, este país se acabó, la universidad se acabó; ya no se sabe cuántos profesores han renunciado o se han ido sin decir nada ni arreglar lo atinente a la administración de aquí…"

Cabe, sin embargo, preguntar ¿no es esto también una oportunidad para el cambio o constituye la estocada final a tales estamentos científico-cultuales a menos que entren en un proceso reinvención o resiliencia? Sin presupuesto para investigación, renovación y actualización de equipos técnicos para la comunicación, sobre todo, en esta era cibernética y de la virtualidad, la infraestructura se ha resentido drásticamente. Por lo que no puede ya establecer convenios (con sus similares de Europa o Estados Unidos, se supone) según testimonio de autoridades de la UCLA (NOTICIERO PROMAR TV, martes 19 de marzo de 2019, 8 pm); de donde se concluye que sus niveles de rezago son importantes, cuando 20 años atrás iba a la par de otras naciones: Brasil, Chile, Argentina, España, Estados Unidos, entre otros.

Además, sin salario justo, sus docentes e investigadores muestran un alto descontento. Además de lo anterior, existe una insoportable incertidumbre. Por ejemplo, la 1ra quincena de marzo de 2019, no fue cancelada a tiempo y las actividades académicas y administrativas fueron suspendidas, las cuales ya venían siendo afectadas por reclamos salariales a las que el gobierno no ha dado respuestas oportunas, arropado luego por la crisis eléctrica o saboteo, fala del agua y demás servicios. Sobre todo, este retraso del pago susodicho se produce por supuestos "asuntos menores" o técnicos-administrativos y políticos-partidistas, seguramente de alguna de las partes.

Esto, sin embargo, generó "acciones y retroacciones" importantes que permitieron solucionar al final ese impasse, aunque la insuficiencia de la quincena se mantuvo igual (no alcanza sino para adquirir dos o tres productos de la cesta básica alimentaria); "acciones y retroacciones" que son siempre la vía expedita de la alteridad, como dirían los seguidores del pensamiento complejo, porque tal vez sin saberlo, observaron el cumplimiento de los principios postulados por esta perspectiva.

A saber, de acuerdo con Edgard Morin (1999, en "El método. El conocimiento del conocimiento) "(a) el diálogo (interacción mundo interior-exterior), (b) acciones recursivas (bucle constructivo del que cada momento es a la vez generado y generador, efecto y causa) y (c) dio paso a lo hologramático (ya que produce visiones de conjunto que invaden todo el horizonte mental, y que impregnan la mirada, el oído, al olfato, las formas y la consistencia del mundo exterior; igualmente, podemos suponer, que es hologramático en sus modos de inscripción y de rememoración" (P. 119).

En fin, que la universidad como el país en general no puede seguir en esta dinámica perversa suma cero, debiera haber un "lugar alciónico" (o alcionito, no sé bien la ortografía de este bello término) porque en este mar tormentoso tendría que surgir la paz, el diálogo, el consenso y la visión conjunta por el bienestar general de la nación, metáfora que tomamos con perdón del reconocido intelectual y poeta larense Dr. Freddy Castillo Castellanos.

IV

Lo cierto es que, volviendo a la cuestión concreta y más allá de la teoría, pero siempre necesaria. Con el increíble retraso de esta quincena ya dicha, ciertos actores sociales (OPSU. MPPEUCT, AVERU) alteraron más aún la cotidianidad del claustro o su campus universitario con sus estudiantes, empleados y obreros, que no se puede negar siempre constituye un espacio físico y simbólico de disputa de discursos y prácticas sociales controvertibles. Por ejemplo, las ya nombradas planillas con formatos equis han sido las grandes excusas: unos se negaron a reconocer que el Ejecutivo Nacional lo dirige el Presidente Constitucional Nicolás Maduro Moros (como de hecho es así y lo ha reconocido el mismísimo "enviado especial" para Venezuela de Trump, un tal Alliott Abrams (Programa Dossier, VTV, 19 de marzo de 2019, 9 pm); pero no así autoridades universitarias tradicionales, especie de guardianes de la democracia representativa sembrada hondamente en la mentalidad profesoral y es parte de "la cultura organizacional" de esas corporaciones, que transmiten a su vez a la generación de relevo, eso que el rector Francesco Leone de la UCLA, (QPD) diera en llamar la siembra de la democracia.

El capitán Disodado Cabello, vicepresidente del PSUV en "Con el mazo dando" siempre tan directo e incisivo sostuvo más bien en tono de "humor negro" que si por él fuera no enviaría los tales recursos financieros de ley, porque ciertas autoridades universitarias desacatan tradiciones republicanas, lo cual es grave pero comprensible en señores tan graves como los ciudadanos rectores, formados en la IV República y en cambio respaldan al ingeniero Juan Geraldo Antonio Guaidó Márquez, el enviado del Imperio norteamericano, quien por cierto haciendo gala de un sorprendente populismo de derecha ha prometido en su twiter devolver el poder adquisitivo del salario de todos los profesionales universitarios.

Por su parte, y volviendo al tema central, una de sus representantes o voceras, como se dice ahora, la rectora Velázquez de la UCLA, arguyó en el ya referido noticiero de Promar tv que dizque no entiende porqué una planilla de la OPSU para pedir créditos adicionales, debe llenar unos espacios en blanco donde las autoridades ministeriales insisten en que digan expresamente que Maduro es el presidente de Venezuela; es como si dudaran, acotó, y desdijeran de la inteligencia de la universidad; como si reafirmara ella entre líneas que el presidente de la Asamblea Nacional en desacato, no es sino un juego político de sombras chinescas. Un ensayo tremebundo puesto en escena. Un globo de ensayo que dice el lugar común.

A eso se reduce la discusión de los grandes temas nacionales en la universidad venezolana. Parece que temas como la soberanía nacional, la libertad e independencia o la adhesión a políticas imperiales sea una cosa baladí. Eso no se nombra. Se disimula.

Todo en la universidad venezolana se quiere reducir a lo técnico-administrativo: llenar o negarse a llenar una simple planilla, sentir que ofenden la inteligencia de las casas del saber cuya cultura organizacional y capital intelectual se le exige más bien poco; luego, las autoridades ministeriales tampoco argumentan mayor cosa acerca de esa "travesura" tipo concha de mango, puesta allí como a la caza de personas educadas cuyas preferencias éticas, estéticas y políticas tienden más al "American way of life" o "American Dream" que hacia la independencia y soberanía latinoamericana-caribeña, y menos en perspectiva revolucionaria.

V

Finalmente, el esquema mental acerca de la precariedad institucional de la universidad venezolana, los salarios y la seguridad social actual debe ser cambiado. ¿Qué va a hacer el gobierno para superar esa percepción? Esa que hace ver que es violador de los derechos humanos al retener las quincenas, no oír los reclamos gremiales y sindicales. Pues, es claro que los salarios en el país son precarios dados los altos niveles de inflación y que las instituciones universitarias van en decadencia; algo deberían hacer. Dar un buen bono compensatorio, un monto que sea suficiente para cubrir la cesta básica, como están haciendo a medias algunos colegios o empresas y hasta en dólares, sencillamente lo consideramos insuficiente. El cambio tendrá que ser estructural y a mediano plazo.

Porque volviendo a citar a Baeza (ob cit):

"El asunto es que los imaginarios sociales son, por así decirlo, el prisma desde donde se inspira la acción social. Otorgan aquella gramática necesaria y fomentan la intencionalidad subjetivamente atribuida a la acción social. En tanto que interpretaciones o re-presentaciones, parecieran darnos un ángulo de ataques con respecto a los fenómenos u objetos a los cuales están referidos" (p. 6).

La universidad venezolana presenta hoy es un ente opaco, sin colores vivos. No refleja los colores de la alegría presentes en nuestra bandera, se diría. Aunque tampoco se han visibilizado las caras de esperanza que, como cantara hace tiempo cantara Rubén Blades, también se asoman en medio de tanta desolación: volver a clases en resistencia, gente que realiza investigaciones, trabajadores administrativos y obreros que realizan sus labores, pero sin dejar de realizar sus reclamos de mayor atención por parte de gobierno y la sociedad en general. He allí un nudo crítico.

Por ejemplo, últimamente nos hemos enterado que la Universidad Territorial Andrés Eloy Blanco del estado Lara, UPTAEB, buen número de sus trabajadores se mantienen muy activos con acciones sindicales: hasta hace poco llevaba ya casi un mes paralizada o en asamblea permanente, cuando el ministro Roa lo han dejado solo encargado de esta cartera uno pudiera esperar que ahora sí va a responder al sector universitario; por eso a los trabajadores de la UPTAEB son observados de cerca por trabajadores por iguales demandas en la Ucla, el Pedagógico y Politécnico de Barquisimeto, aunque verdad es que tampoco se ha ido a paro indefinido.

Repetimos las interrogantes ya hechas aquí: ¿Qué respuesta va a dar el gobierno? ¿Cómo cambiar esa dinámica donde la opción sobre la mesa no es más que la protesta? Los nuevos ministros, el apagón que no se llevó a Roa, por cierto, ¿traerán nuevos métodos? Segú, el diputado a la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) Torrealba el presidente está en estos momentos realizando las consultas para conceder el tradicional aumento del 1ro de mayo de 2019; también se ha activado las discusiones de TODAS las convenciones colectivas de trabajo.

Por cierto, en el "Primer Manuscrito" "El salario", de "Manuscritos económico-filosóficos de 1844", Carlos Marx (1968) señala que:

"El límite mínimo del salario y el único necesario es la subsistencia del obrero mientras trabaja y, además, la posibilidad de sostener una familia y de que la especie obrera no perezca. El salario normal es, según Smith, el salario mínimo, compatible con la simple "humanité", es decir, con una existencia propia de bestias" (p. 15).

Luego, en condiciones "normales" el trabajador no debe conformarse con el salario mínimo, de hecho, más adelante Marx agrega que algo referido a sociedades deprimidas económicamente cuando acota que:

"Además, los precios del trabajo son mucho más constantes que los precios de los víveres. No pocas veces, se hallan incluso en relación inversa. En los años de carestía, el salario disminuye a consecuencia de la disminución de la demanda y aumenta en razón a la subida de las subsistencias. Se equilibra, pues. Sin embargo, cierto número de obreros quedan en la calle. En los años de abundancia, el salario se eleva como consecuencia de la elevación de demanda y disminuye en razón a los precios de los víveres. Queda, pues, equilibrado" (op cit., p. 17).

En ese sentido, quien sabe cómo va activar el "art cogitandi" el Gobierno Bolivariano y la sociedad, el diálogo con la base social que le respalda, diálogo con la oposición democrática y con todo el pueblo; se requieren medidas urgentes con fines de cambiar este imaginario social catastrófico que se ha instalado en la universidad venezolana. Porque hasta ahora ¿quién había visto en estos 20 años del chavismo que una universidad de nuevo tipo como la Uptaeb y todas o casi todas las universidades politécnicas territoriales, creadas recientemente por el gobierno bolivariano, se les levantan así y plantan cara de esa manera? Si los trabajadores universitarios continúan con un sueldo como el de ahora, ¿cómo podrán decir Con Maduro me resteo? Unas medidas económicas y aumentos salariales que hagan más "humana la humanidad" venezolana en un entorno ciertamente muy complejo, es importante porque la academia es fundamental para desarrollar el proyecto de Estado-Nación, además esta institución ya es parte de la tradición cultural de Occidente.

Referencias.

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Baeza, Manuel Antonio. "El concepto de imaginarios sociales", (Conferencia) Iztapalapa, Revista de Ciencias Sociales y Humanidades ISSN: 0185-4259revi@xanum.uam.mx Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Iztapalapa México disponible en http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=39348722016

Cuenca, Gloria. "¿Quién lo diría?". Últimas Noticias. Caracas, domingo 24 de marzo de 2019. Opinión. P. 10.

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Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=325131004005

Rodríguez, Fernando. Karl Marx. Libros El Nacional. Colección Arcadia N° 36. Caracas. 2006.

Peña-Rojas, Vanessa. Manuel Caballero: militante de la disidencia. Libros El Nacional. Fuera de serie. Caracas, 2007.

Prieto Figueroa; Luis Beltrán. "Principios generales de la educación". Ediciones IPASME, Caracas, 1984.

Marx, Carlos. Manuscritos económicos-filosóficos de 1844. Colección 70. Editorial Grijalbo. S. A. México, D. F. 1968.

Morin, Edgar. Los siete saberes necesarios a la educación del futuro. CIPOST-UCV, UNESCO, Caracas, 2001.

Morin, Edgar. El método. El conocimiento del conocimiento III. Ediciones Cátedra Teorema. Madrid. 1999.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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