El presidente Nicolás Maduro nunca ha entendido a la universidad venezolana, ¿tal vez porque no tuvo en su juventud la vivencia de sus aulas, bibliotecas, laboratorios, pasillos y demás espacio del campus? Lo curioso es que tampoco sus ministros muestran cariño por la universidad. Particularmente quienes ha escogido como ministros del ramo que, digamos, han sido muy romos.
"Más tapados que un bombillo", que dicen en mi pueblo, han sido todos los ministros de la cartera universitaria. Burócratas sin particular brillo. Simples correveidile, ignorantes los más, a juzgar por su precaria habilidad para argumentar de manera persuasiva como corresponde a un académico, por ejemplo, sobre las políticas educativas que "dirigen" y, en especial, en lo atinente a la gestión del talento humano; de no ser así, ¿cómo se explica la actual situación de precariedad que hoy padece el personal docente universitario?
Los empleados y obreros, sobreviviendo con salarios de hambre. Becas estudiantiles canceladas con poca regularidad y a todas luces insuficientes. Ya nadie tiene memoria de las proveedurías estudiantiles como los fueron el comedor, transporte, HCM, dotaciones bibliográficas y de laboratorio.
En esto realmente el gobierno de Maduro mantiene una gran deuda social, frase esta última del uso del comandante Chávez, pero de cuya continuidad en el campo de la educación universitaria y todos los trabajadores en realidad se ha avanzado muy poco. La universidad y los universitarios en tiempos del compañero Maduro lastimosamente como dice un amigo:
"Estamos en la inopia, hemos perdido toda identidad y orgullo corporativo de pertenecer a una corporación como esta, somos parte de los sectores sociales más vulnerables, cosa que en los últimos meses se ha acentuado, pero deviene desde los inicios de la gestión de Maduro y su combo"; y mira como si esperara que yo le fuera a recriminar por ese comentario, pero lo confirmo moviendo la cabeza de arriba abajo.
Me entristece, digo, mientras hago la cola en una Farmapatria donde debo buscar unos hipertensivos para mi hermana: Losartan potasio o enalapril con hidrocloritiazida.
Medicamentos que no siempre están disponibles en esos establecimientos, sí puede haber tales remedios en las farmacias comerciales, pero tan caros que no se pueden comprar. Supone gastar toda la quincena que ganamos. Esa miseria, verdaderamente, que oscila entre 800 mil bolívares a 1400 mil.
En cuanto a la seguridad social de todos los universitarios, profesores, estudiantes, empleados y obreros, es de hacer notar que ya no existe. En la práctica Seguros Constitución y el famoso SISMEU, no brinda los servicios.
Uno está tentado a decirle por este medio a Nicolás Maduro y su combo de ministros ineptos que "oigan", que presten a tención a lo aquí expresado, pero como dice la rana René luego se me pasa porque uno sabe que tan conspicuas autoridades no leen cosas como estas. ¡Qué desgracia vivimos en Venezuela!
Son días de coronavirus, cuarentena, escasez de gasolina y de corohambre … Si es por los compañeros de la oposición, sector a la que al parecer está más vinculada la comunidad universitaria venezolana, esta no da mayores señales de vida como no sea adherirse a todo lo que dispone Trump desde la Casa Blanca, el Pentágono y el Comando Sur, esa es otra desgracia de la Venezuela de hoy.