Es lo que realmente te nos hace fuertes y poderosos ante la ignorancia, la mentira y la manipulación de tu mente que te hace débil presa, pues te engañas y te engañan, a través de métodos que se imponen para interpretar la realidad que otros quieren que tú creas y aceptes dócilmente. No es lo natural que se desarrolla entre las especies que llegan dotadas de lo innato, de cuanto se requiere para esta existencia en el planeta que habitamos, y no lo que se ha pretendido impartir por imposición dese lo alto, lo que está arriba, a lo que se ha llamado Dios, Estado, Iglesias, Sociedad, Propietarios de los medios de comunicación, de las Universidades, Academias, Escuelas, culturas y doctrinas, ideologías y cuanto se conoce y aún hay más que se desconoce, puesto que no estamos o hemos alcanzado tales estadios, como componentes esenciales, sublimes del ser que encarna este vehículo corporal físico, químico, biológico, energético, vibrante, inteligente, y que ha sido interpretado por cada cultura.

Desde que llegamos al mundo, niño o niña traen un bagaje de información y conocimientos innatos, la intuición, uno de ellos, saben a grandes rasgos, pues aceptan o rechazan lo que les agrada o desagrada, lo que los serena o perturba, perciben todo lo que hay que percibir adaptado a la especie correspondiente; eso es lo que en general llamamos la adaptación al entorno, donde va aprendiendo, desarrollando sus habilidades, dotándose de nuevas y más sofisticadas herramientas que llegan con las experiencias durante su evolución, y le permite ir logrando cada vez mayores entropías, teniendo la guía adecuada que lo apoye desde el exterior, pues nuestra especie es la más dependiente durante por lo menos los primeros años de vida, dependiendo de la cultura específica, si se nace en el campo o en la ciudad, en familia con condiciones y posibilidades adecuadas, materiales, que puedan cubrir necesidades básicas indispensables para el desarrollo, físico, psíquico, mental, espiritual, en conciencia despierta, crítica, pura, que abrirá el mundo de posibilidades de existencia por lo que dure; lo que dependerá de lo dicho hasta aquí.

El hombre y la mujer, por lo menos en Occidente, tiene un mundo de cosas, de lo que hay y lo que se supone debería haber, puesto que apenas si lo conocido es sólo de hace 2500 años; nada comparado con lo transcurrido cronológicamente en el tiempo universal, espacio en el cual estamos inmersos como humanos, y por lo menos en los últimos más de 120 mil años, al pasar, todavía por aclarar de homínidos a homo faber-sapiens, hombre y mujer que hacen y realizan cosas, y aprende, conocen, saben más. Insistimos, si esto está relacionado con tener buenos padres, maestros, sociedad, mundo, que de verdad vele por cada individuo que hacen al colectivo de intereses compartidos. Individual ya que cada ser es singularidad, expresado en un comportamiento ético-moral, y en lo colectivo altruista por cuanto comparte con los y las demás criaturas diversas y diferentes pero presentes, actuantes. A menos que, y los hay, que eligen una existencia eremita y viven aislados, siendo naturaleza plena e íntegra desde lo más sublime del ser en la trascendencia.

La humanidad ha llegado a un estadio de conocimientos, pensados, conocidos, sabidos, empírica y prácticamente, en saber hacer y estar, recorriendo el sendero hacia lo que corresponde con sobriedad y equilibrio, que es lo que corresponde para mantener armónicamente la relación de las causas y los efectos, aceptando y rechazando lo que debe ser y lo que es bueno y loable. Aunque se sepa que hay una dicotomía, y una tríada que influye externamente, dentro de los campos más etéreos, metafísicos, que escapan a un análisis apresurado y simplista, tema que requiere otro abordaje especial. Por más que se avance, es rigurosamente necesario haber transitado el sendero para alcanzar el fin de toda búsqueda utópica, puesto que nada concluye en el continuo de la experiencia entre ciclos, que como la vida es una espiral que se abre y se ensancha abarcando lo inabarcable, trascendiendo lo trascendente, hasta alcanzar más que lo que es, lo que está aquí, ahora, presente, perenne. De hecho, si no gateo no camino, la pupa si se cumplen sus reglas y leyes, se vuelve mariposa. Caminante, se hace camino al andar, y los pasos dados no se han de volver a pisar, pues son tus huellas estelas nada más. Es la ley de vida, la existencia a la que nada escapa a los fenómenos en ciernes, como es inexorable nacer, crecer, desarrollarse, cumplir los ciclos respectivos, envejecer hasta fenecer el ser en la existencia, pasando la encarnación de vuelta a su sola y pura esencia, su fuente original.

Los mitos, la magia, la religión, la técnica, la filosofía, las ciencias, la tecnología, en fin, el conocer y aprehender, con hache, en cuanto hay que invertir en el saber como constante, que se cumple en la eternidad, lo que está antes y estará después. Interpretamos en síntesis lo que aportan explícitamente los relatos de las culturas ancestrales entre otras, herencia para las sociedades y civilizaciones, con un tronco común, entre otros. Hasta aquí hemos tratado de simplificar, en síntesis, lo que requeriría muchas páginas de datos, citas y reseñas, que no corresponde a este tipo de aportes y entregas para consumo general. Lo fundamental es que podamos comunicarnos, intercambiar ideas, opiniones, sacrificando por cuanto hay que simplificar para hacer digerible el texto, pero tratando de explicar más, una pedagogía que pasa de generación en generación, por supuesto desde el sistema de creencias prevaleciente, que en apretado resumen sería: el clásico aristotélico-tomismo, escolástico, cartesiano, positivista, marxista, existencialista, que a grandes rasgos habría pasado al pragmatismo, y hoy lo místico cuántico que tiende a romper esquemas, base en que se sostienen tanto la filosofía burguesa contemporánea, neoliberal en el capitalismo y fase superior imperialista; como en otras posturas post y trans críticas de las anteriores, por usar un término que aunque ambiguo nos ubica históricamente en el largo camino del pensamiento que se pretende descolonializar y decolonializar.

El mundo que conocimos está en su fase terminal, un nuevo paradigma se abre campo, las conmociones que padece la mayoría de la humanidad, el sufrimiento como causa de la mercantilización de la propia condición humana, lo viejo que se resiste a pasar, y pretende la inmortalidad, en su obtusa y absurda negación, sacrifica el tiempo, los recursos y lo que debe abrir los causes para que se implante dentro y fuera de los confines reales y virtuales, que se han propuesto para que sean las cosas que debe ser en favor y provecho, con la tecnología para el bien de toda la humanidad, la justicia y la paz con calidad y equidad. Para nadie debería ser un secreto que se nos está desplazando paulatinamente con organismos cibernéticos dotados de Inteligencia Artificial, que supera al hombre y a la mujer en resistencia, potencia, resultados y precisión, en las cosas materiales de producción, construcción y fabricación. No así en las capacidades innatas en cuanto a personalidad, y desarrollo humano.

Se nos ha manipulado desde hace ya mucho tiempo que un dios, demonio, creó a los humanos y a los no humanos, a los terrestres, a los extraterrestres, y a los alienígenas. El viejo cuento que cuenta y pregunta sobre el origen del primer huevo o la primera gallina, es decir, creación de esta o evolución de aquél, la serpiente mordiéndose la cola, el eterno retorno a la pregunta que no puede tener respuesta, pues las formula la mente incapaz de poder entender más allá de lo que hay. Otro tema que se las trae, lo que ya dice mucho sobre lo poco que sabemos en realidad, puesto que suponen los presupuestos y condiciones para una existencia limitada dentro de los parámetros dimensionales en donde nos movemos unos 8 mil millones de "almas" con intenciones no tan santas, puesto que han condenado a la extinción a dos terceras partes de la población mundial, antes que se alcance el punto de no retorno para la existencia de la propia especie debido a lo que ha sido el resultado de tres siglos continuados y que no ha cesado, de explotación de la Tierra, por parte de los no humanos, y de los humanos, por cuanto necesitan para el "progreso" los minerales líquidos y sólidos que existen en el planeta. Los que se han apropiado por la fuerza de tales recursos, por abuso, para el uso y disfrute exclusivo de tales beneficios e intereses, han ideado nuevas formas de control.

En la actualidad el 1% domina al 99%, 800 millones a 7.200 millones; es lo que repito hasta la saciedad que: si los pocos que son ricos, no atienden a los muchos que son pobres (deber ético y moral, por las buenas, acaparan lo que nos pertenece a toda la especie), llegará el momento (y en eso estamos), que los muchos que son pobres (indignados, unidos y organizados), están exigiendo respuestas, cuantas claras, de lo contrario iremos por ellos, cueste lo que nos cueste, por lo que es preferible a través del entendimiento y la posibilidad para todos y todas alcanzar un estadio de buen vivir, de una existencia digna. Se imaginan un mundo en el cual dejemos de lado las diferencias artificiales, imaginemos una pirámide y cómo se distribuye el poder de arriba para abajo, los 1° sobre los 2°, 3°, 4° 5° hasta el último en la base y le sigue el subsuelo, donde habitan personas y otros seres. La tierra es de los que la habitan, de todos y de todas, no de unos y otros y otras sobre el resto, una patraña inventada y puesta en práctica con el divide y vencerás. A quienes hay que vencer y por qué, si hay suficiente y de todo para satisfacer las necesidades de los que existimos y más, sólo es necesario que nos pongamos en onda, en vibración, llegar a acuerdos, consensos, a la altura de seres pensantes, de almas elevadas, de espíritus radiantes de luz, no negativos.

La situación de las religiones es una muestra que no deja desperdicios, pues es clara la intención perversa de mostrar dioses a los cuales hay que ofrecerles sacrificios, en cuerpo y alma, en sangre, sudor, y lágrimas. Por qué llegar a tales extremos, pues para satisfacer los caprichos, el deleite, la sumisión de unos seres que se dicen superiores versus otros a los que califican de inferiores. Esto es puro fanatismo, puro goce y disfrute de los sentidos, de la carne, lo material, lo corruptible y que perece, un círculo de vicios, de corrupción, de maldad, de negación, de confusión. Muchos antes ya recorrieron tales rutas y nos lo han referido, otros hemos vivido en carne propia, en el alma y el espíritu tales experiencias que debemos superar, otros y otras se quedan atrapados en ellas, como quien está atrapado en el lodo y va pereciendo poco a poco, por agotamiento, por pérdida de los líquidos vitales, o aplastado al secarse y cerrarse el barro alrededor del frágil cuerpo.

Imaginemos por un momento que llegamos a un acuerdo, al consenso y cada cabeza en vez de jalar en dirección contraria, de imaginar mundos distintos sin concretar, aunque sea uno en la realidad, donde cada uno y una no imponga un criterio propio en detrimento de los demás, de las demás, imaginan lo que eso significaría, donde se produzca lo que se requiere para consumir, se distribuya para que alcance para todos y todas, un granito, un aporte, una buena e intencionada acción positiva. Es cuestión de enfoque, de resiliencia, de darse cuenta, de acabar con la maldad que ha sido sembrada, puesta a propósito, lucha contra eso, buscando paciente y sostenidamente en cada respiro, hacia ese fin que es el más noble de todos en la existencia aquí y en cualquier sitio en el universo. Somos la maquinaria más perfecta que se haya creado, hemos alcanzado los mayores estadios en millones de años, nuestra visión del mundo hoy se ha ampliado a más de ciento ochenta grados, hay capacidades que no dejan de asombrarnos cuando las ponemos en práctica, el potencial inmenso de tener el universo en un grano en la palma de la mano.

De eso se trata, de vivir, de dejar de depender, de ser cada día mejores al reto que es con nosotros mismos, no con los demás, eso es competencia, además dice muy poco de nuestra condición de seres de luz, porque nos lo han hecho olvidar, nos lo han ocultado, no quieren que seamos lo que en verdad somos, de paso por este mundo, entre los muchos por descubrir en el viaje al infinito de la eternidad de las experiencias. Acaso pesa el conocimiento, ocupa espacio lo que sabemos, podemos hallar la ubicación del alma, del espíritu, de la energía que nos anima, hay tiempo, espacio, qué está arriba y dónde es abajo. Estamos solos, la Tierra es lo único que hay en la existencia del Universo en el cosmos. Parecieran absurdas estas cuestiones al día de hoy, pero cuanto ha costado para conocerlo. Lo que nos ocurre como sociedad es por falta de verdadera unidad entre hermanos y hermanas en el viaje de recorrido que nos hemos asignado por esta existencia de experiencias y vivencias que recreamos cada vez que enfocamos nuestros sentidos a sentirlos, captándolos en nuestros receptores, dándole posibilidad a una realidad holográfica impuesta. Se ha dicho que el sexto sentido es nuestro pensamiento, puesto que la mente es la conexión del organismo vivo que se conecta con el mundo que a su vez crea y recrea junto con las demás mentes que están alineadas, sintonizadas como en el mismo dial, la misma frecuencia, las mismas vibraciones.

Pensamos con el corazón, con el cerebro astral, con la mente, todo son recuerdos de sueños que hemos soñado y se repiten, como se repiten los ciclos en la naturaleza, aunque de diferentes signos. Nuestros corazones son los motores que dan vida a los sentimientos caritativos para los humildes y pobres de espíritu, en su entrega de sentido de darlo todo por el prójimo, el hermano, la hermana, entre todos los seres para que se pueda alcanzar la iluminación. Los que estuvieron antes nos dejaron su palabra, sus acciones, sus ejemplos, vivieron desprendidos de los lujos, sin egoísmo, sin materialismo, con transparencia, cristalinos como el agua, sin mezquindad, sin soberbia. No es so las abstracciones sino lo concreto y verdadero de las obras por las que son conocidos, es lo que dejaron como revoluciones, transformaciones radicales en todos los aspectos a la vez, puesto que no es que hay un dios, un hombre como siervo, puesto que se dice que es su hijo, a su imagen y semejanza, y por tanto no es un sirviente, sino un viviente, un ser pensante y sentisapiente.

Por todo esto, solo somos siervos de nuestras propias necesidades, nuestras carencias al negar que la existencia es la experiencia requerida para alcanzar a tener la elevación y capacidad necesaria para dar el paso siguiente al escalón humano, de paso por el mundo y en consecuencia vivir la eternidad, que más temprano que tarde llegaremos a cruzar lo que hemos aprendido con lo cocreado, en la evolución como desarrollo y progreso de la idea hecha materia. Además, somos polvo de estrella que formó la tierra y todo lo que hay desde hace unos cuantos millones de años, la séptima civilización terráquea, ahora en la cuarta dimensión, ingresando a la era de Acuario, desde la gran explosión, hace 14 mil millones de años, cuando de una vez toda la energía, toda la materia, el espacio tiempo, originó de lo que estaba, a lo que hay y es habitado en complemento con todo.

Las preguntas que nos hacemos no tienen respuestas, solo atinamos a ciertas relaciones, dentro de las categorías que a través de las palabras, en un logos de complejas paradojas, destejer los enigmas y secretos, que son los ingredientes que el humano usa para sus relaciones en la creación de mundos imaginarios. Como los sueños que soñamos, llenos de coas inverosímiles para la racionalidad y la lógica, pero las reproducimos como si se tratara de una proyección virtual sobre la pantalla de la mente. Las preguntas solo caben en nuestros paradigmas, como en la pecera donde vive el pez sin percatarse de que hay otros planos y niveles, además de la única dimensión y estado que conoce, no sabe que hay además de lo que respira, otras direcciones de proyección que nosotros captamos. Sólo tú tienes las respuestas, si yo no lo descubro, permanecerá ahí oculto a la vista, sé que hay algo que debe estar en algún lugar, al cual no he podido acceder. Cada uno es y tendrá responsabilidad que debe asumir, enfrentar todo sin claudicar, sabiendo que es su compromiso ante sí mismo, pues en definitiva estará al final del trayecto cargando con su bulto, que arrastrará, o trasportará como quien carga una mota de algodón, desprendido de todos los lastres que se adhieren como la ferrita al imán.

Apenas tengo 65 años cronológicos en este planeta, y repito con humildad lo que seres ancestrales dejaron dicho para los que quieren oír, que solo yo sé que nada se, y menos pretendo saber, pues prefiero cargar con mi espíritu pobre, como quienes se atribuyen el don de la sabiduría y la verdad, y como los teólogos dijeran en nombre de su supuesto dios, que todo el conocimiento del pensamiento filosófico, de la ciencia y de las aretes, de la ideología, la física y la antropología, estaba a su servicio, pues eso es lo que está escrito en el libro que ellos, dicen, que es, tergiversando los datos, los hechos y los acontecimientos. Además, lo que se recoge, reeditado décadas después, ha sido traicionada por los escribas posteriores. Me quedo con lo que he oído decir a los maestros ascendidos en vida hacia la luz: Tú lo crees y tú lo creas. Tú creas tu realidad, no la mía, no la de otros, y cada uno según sus circunstancias particulares y especiales, despojándose del ego, y en sinergia con los demás, debemos estar dispuestos a elevar nuestras energías sutiles, nuestras vibraciones creadoras, para que el planeta esté alineado como toroide, al ritmo de la danza del cosmos. La responsabilidad de lo que digo expreso, las acepto íntegramente, y espero de quienes tengan a bien leerlas, y compartirlas, se expresen en los mismos términos, y bienvenidas sean todas las críticas sanas y bienintencionadas con respecto a los temas que se abordan para el debate. La única y real intención es la de ofrecer otra ventana hacia el universo que es apenas la antesala para lo que ha de continuar.