I
La Ley de Universidades (1970), Sección X. Del personal Docente y de Investigación en varios artículos correlativos establece lo siguiente respecto al personal docente y de investigación ordinario, leámoslo como cuestión previa a lo que van a tratar estas líneas:
Artículo 83. La enseñanza y la investigación, así como la orientación moral y cívica que la Universidad debe impartir a sus estudiantes, están encomendadas a los miembros del personal docente y de investigación (*).
II
Bellamente, para decirlo con una palabra típica en la escritura del filósofo español-venezolano Juna David García-Bacca (Pamplona, España, 1901-Quito, Ecuador, 1992) el articulado de la Ley de Universidades, sección X, establece las definiciones y sistemas de méritos, en cuanto a la ubicación y los ascensos del personal docente y de investigación, algo que la institucionalidad suele garantizar. Sin embargo, transitar las diversas fases del escalafón universitario exige mucha disciplina, además, las cosas no son tan abstractas y al respecto en lo que sigue exponemos algunas dimensiones condicionantes o "determinantes", como decía entre nosotros (UPEL-IPB) el Profesor Dr. Francisco Zambrano (Ciudad Trujillo, edo. Trujillo, Venezuela-1956, Barquisimeto, 2017); que en su trayecto existencial no le importó tanto la "periodicidad de los ascensos" como la profundización en su área, la Filosofía. Y vivir la vida con sus alegrías, placeres evanescentes y tristezas insoslayables por la finitud humana, por lo cual había que moderar la conducta a los marcos de la racionalidad, kantiano como era, cienticista y ateólogo.
Aunque últimamente tuvo acercamientos a la metafísica por la vía de su admiración rotunda a Blaise Pascal a cuya filosofía acaballo entre la Edad Media y la Modernidad dedicó su tesis doctoral. Zambrano fue nuestro profesor, Jefe del Jurado en el concurso de credenciales y oposición de ingreso en las tres oportunidades hasta que ganamos al fin en 2005 (antes sólo quedamos como elegibles en 1997 y 2001) orientador y hasta asesor en cosas personales, colega y amigo; con quien teníamos coincidencias y diferencias, sobre todo cuando era jurado de nuestros trabajitos de ascenso en las categorías de Asistente, Agregado y Asociado; ya desaparecido físicamente lo extrañamos mucho y agradecemos infinitamente sus recomendaciones bibliográficas en esas nuestras modestas investigaciones de naturaleza documental y entonces él me decía que cuidara siempre no confundir la fenomenología hermenéutica como perspectiva y como técnica.
Extrañamos también sus charlas de café en el centro de Barquisimeto cerca de la Plaza de Libros Usados, en particular en las Ferias del Libro donde buscábamos las obras ganadoras del Premio Simón Bolívar del Pensamiento Crítico y premio de Novela Rómulo Gallegos, también las obras de Javier Marías, el español hijo de filósofo que reflexiona en sus creaciones, pero como aquí siempre nos subestiman era mejor buscarlas en Caracas o Mérida, de hecho nos obsequió varios ejemplares traídos por él, también un manual de griego y otros sobre filosofía clásica como los fragmentos de Heráclito.
Volviendo al punto, como estamos a las puertas ya del "Día del Profesor Universitario en Venezuela", que corresponde al 5 de diciembre, según Decreto-Ley Número 458 de la Junta de Gobierno de 1958 (como nos informa el Profesor Gregorio Alfonso, Secretario de Asuntos Académicos de la Asociación de Profesores, UCV, https://provea.org>ser-pr, 5 de diciembre de 2019); inicios de una de las más largas experiencias democráticas en Venezuela. (Unos cuarenta años hasta que entrara en crisis terminal hacia la década de 1980 y eclosionara en 1989 y 1992: El Caracazo y rebelión militar de Los Comacates, como escribe Ángela Zago en "La rebelión de los ángeles"). De seguidas o paralelo surge y toma fuerza un nuevo proyecto político que, por la vía electoral accede al poder (1998) bajo la idea de profundizar la democracia, corregir desequilibrios sociales, superar la corrupción administrativa, entre otras promesas esbozadas en ciertos documentos (del que hizo antología el desaparecido investigador de apellido Garrido) y sintetizan las tesis del socialismo del siglo xxi (2007) y el Plan de la Patria (2007-2013), por decir lo menos apelando a la memoria.
Cualquiera sea, esto es lo que hasta ahora ha monopolizado la gestión pública en Venezuela por más de 20 años, marcado además por acciones y reacciones (como en la tercera ley de la termodinámica) de tenor vario: ideológicas en lo interno retomando viejas tesis de derecha e izquierda, liberalismo-socialismo y con vinculaciones con centros de poder internacional (EE. UU, CEE, China Irán, Rusia), además de que han entrado en juego la geopolítica con expresiones concretas militares y económicas. Ya nueva teoría de la guerra. Todo con una efervescente diatriba que nos ha puesto también a las puertas de una guerra civil: paro, huelga, golpe de Estado (2001, 2002, 2003), actos terroristas (2014, 2017), sanciones económicas promovidas por la oposición más radical y operadora política del Pentágono, Casa Blanca y hasta El Comando Sur cuya invasión excitó a muchos o hizo ovular a quienes esperaban ser empreñadas por soldados rubios, etc. La picaresca venezolana es prolija.
III
Más recientemente, unos acuerdos precarios nos han puesto en la antesala de las mega elecciones parlamentarias, de gobernadores, alcaldías y concejales este próximo 21 de noviembre de 2021, en que según la teoría de juegos los varios sectores actúan bajo cierta racionalidad, emocionalidad e intereses específicos. Aquí nadie es ingenuo. Ello parece alejar la confrontación violenta, aunque no han relajado la tenaza de las sanciones internacionales, sujetas o nuevos acuerdos en México, pero definitivamente muchos tienen la impresión de que se retoma la "normalidad democrática", con una amplia pluralidad de opciones, con un CEN más equilibrado; donde hasta pareciera que existe un clima similar a las campañas electorales de la llamada IV República. Si no estuviera empañada por esta pandemia covid-19, una plaga bíblica o de todos los demonios. La democracia funciona.
Tal es el contexto en el que se ha podido tener entre manos la resolución del Consejo Universitario de la UPEL por la cual comunica haber reunido los requisitos para ser ascendido a Profesor Titular este minicronista. Hay que agradecer a Dios, como creyentes que somos. También agrademos a las altas autoridades de nuestra querida universidad, a nuestra familia y amigos. No es poca cosa este logro académico-profesional, si bien en la situación actual tampoco es cosa para "Echar a volar las campanas", como antes se decía; ya que, según, décadas atrás cuando un profesor universitario alcanzaba tal escalafón o categoría "Era otro nivel". El académico por antonomasia, con suficiente autonomía suficiente para la docencia e investigación, publicación o difusión de la ciencia, tecnología, arte y humanismo en general, aunque la verdad sea dicha para algunos es un simple trámite administrativo, porque sus tesis doctorales y trabajos de ascensos los han mandado hacer con terceros; otros han sido grandes investigadores y escritores con un escalafón mínimo, en fin, que de todo hay en la viña de los campus universitarios.
Históricamente como recordara el Dr. José Luis Yépez Rodríguez, Decano de Humanidades o de Postgrado de la Universidad Fermín Toro, donde seguramente tiene ese máximo escalafón y es un muy reconocido periodista (Programa EN CONTACTO de PROMAR-TV) hace poco (agosto o septiembre de 2021) que, en LUZ, UCLA, ULA, UCV, etc., ser Profesor Titular (guao) implicaba un gran reconocimiento social, acceso a pleno derecho al claustro universitario. También ascenso social, con posibilidades de vacacionar, estudiar o dar clases en prestigiosas universidades. Todo un acontecimiento. Una ansiada meta.
IV
Bueno ahora es otra cosa, algo honorario, casi. Sin embargo, como nos dicho el hijo que, como tantos jóvenes venezolano, ha migrado (a Chile, en su caso) así como las colegas Francis Lorena (UPTAEB), Elda María (UPEL-IPB) con quienes de inmediato compartimos esta alegría y algunos otros colegas profesores que, repartidos algunos países como Ecuador, Perú y Colombia, enterados de la noticia por el muro de Facebook; sostienen que alcanzar la Categoría Titular con Dedicación Exclusiva, es un reconocimiento a la constancia y esfuerzo sostenido, inclusive desde que iniciáramos estudios universitarios en Ciencias Sociales, Mención Historia en la UPEL-IPB hacia 1990 y egresáramos en 1995; por cierto, la Ley de Universidades sostiene que para ser admitido como docente e investigador universitario la persona tuvo que haberse distinguido en sus estudios. ¿Qué podrá agregar o desagregar una eventual ley orgánica de universitaria que sustituya la vigente, que ya cuanta más de 50 años?
De entonces a esta parte, algunos académicos universitarios, sin duda, han sido un gran apoyo. Recuerdo con especial afecto a la Profesora Luisa Rodríguez-Marrufo, que no se si por sus ingresos económicos como titular o por patrimonios familiares vivía en una bonita quinta en la Urb. Los Libertadores de Barquisimeto; era miembro de una élite social e intelectual, recuerdo la vez que nos contó para asombro de todos en la asignatura Historia de Venezuela Contemporánea II o en el Seminario de Investigación Histórica del 8° o 9° semestre de nuestros cursos de pregrado, que en sus vacaciones de julio-agosto a mediados de la década de 1990 viajó a China. Animándonos a que era un deber del docente viajar, conocer otras culturas, idiomas y hasta gustos por comidas y música.
Ya hemos recordado al Prof. Dr. Francisco Zambrano, un académico universitario en toda la línea en el área de la teoría educativa, con particular referencia a la Introducción y Filosofía de la Educación, Ética y Docencia, Epistemología de la Educación, Metafísica de la Ciencia. Nos apoyó mucho en lo personal recomendándonos libros de la especialidad y lecturas guiadas. En concreto, su Seminario Permanente de Formación en Problemas Tradicionales de la Filosofía con sus discípulos y colegas como los Lic. Juan Antonio Rodríguez, Josep Giralico, Jorge Pérez, Giovanny Rodríguez, Miguel Ángel Herrera, Juan Carlos Araque, Esteban Oliva-Ortiz, entre otros, desde 1998, 2001, 2005-2011 fue un recorrido académico importante, hasta que en 2016 tal experiencia de aprendizaje pudo culminar con un certificado de Diplomado de Enseñanza de la Filosofía (UPEL-IPB).
El DR. Rojas, actual miembro de la Academia Nacional de la Historia de Venezuela ha sido un referente igualmente. Amablemente y a pesar de sus múltiples responsabilidades (sobre todo cuando fue Jefe de Despacho del Ministerio de Educación Superior y tener que viajar a atender compromisos en universidades de Francia, España o Colombia) nunca ha tenido de menos acompañarnos con "suave rigor" y "distante-cercanía" en todos los trabajos de investigación emprendido en lo personal en estudios de postgrado: Tutor de la Maestría en Educación, Mención Enseñanza de la Historia (UPEL-IPB, 2002 cuyo Trabajo de Grado transformó en libro), Jurado Principal y Lector Experto de la Tesis Doctoral en Ciencias de la Educación (UFT, 2010), Profesor y Tutor del Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña (UPEL-IPB, 2013-2019). Sus libros siempre constituyen un ejemplo de escritura en el campo de la Ciencia de la Historia. Como una anécdota recordamos cuando él hacia 1993 ¿o sería 1994 o 1995?, llevaba los ejemplares de su Tesis Doctoral desde el Dpto. de Ciencias Sociales a la Unidad de Secretaría de la UPEL-IPB para consignarlas como su ascenso a Profesor Titular.
V
Por cierto, en los últimos años los profesores universitarios que conocemos, en realidad muy pocos, dado que nuestro círculo de amigos es mínimo, no suelen celebrar su ascenso a titular. Se lo han tomado como muy "normal" o tal vez sea parte de una protesta silenciosa.
El descontento por los bajos salarios y precarias condiciones en que subsisten hoy las universidades venezolanas es grande; de hecho, conozco información de profesores que ha migrado a otros países: Canadá, Ecuador, República Dominicana, España, Chile, Colombia, gracias a Dios y a su alto nivel de competencias, les ha ido muy bien.
VI
Este 5 de diciembre de 2021 celebraremos El Día del Profesor Universitario, 15 o 16 años atrás cuando aún era Instructor asistí a los actos que en tal sentido celebraban los gremios, este año quién sabe. Habrá que ir a misa votiva en una ceremonia de incognito en alguna iglesia y como parte de una celebración muy íntima. Por cierto, una vez por intermediación del Prof. Francisco Zambrano, ah mundo; nos entregaron un reconocimiento en esa fecha. Una celebración regional de varios núcleos universitarios coordinados por la UPTAEB en el auditorio de ENERBARQ y luego fuimos a almorzar por ahí cerca, una cosa muy simpática; mención que hacemos como otro reconocimiento a su memoria de impecable intelectual de ese maestro que fue Zambrano. ¿Podrá el gobierno nacional y la nueva ministra Lucena mejorar la condición universitaria? ¿Habrá cambio? Las universidades como instituciones del Estado-Nación sembradoras de valores democráticos, ¿entrarán en el marco de los acuerdos gobierno-oposición en México con la mediación de Noruega? ¿Las mega elecciones del 21 de noviembre inaugurarán una nueva perspectiva para Venezuela en lo económico-social y con ello una mejora de todos los trabajadores? Bueno, ya dizque hubo una reunión FTUV-Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria relativa a unos acuerdos logrados en la IV Convención Colectiva Única de los Trabajadores Universitarios, amanecerá y veremos el 22 de noviembre…
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(*) Ley de Universidades (1970), Sección X. Del personal Docente y de Investigación en varios artículos correlativos establece lo siguiente respecto al personal docente y de investigación ordinario, leámoslo como cuestión previa a lo que van a tratar estas líneas:
Artículo 83. La enseñanza y la investigación, así como la orientación moral y cívica que la Universidad debe impartir a sus estudiantes, están encomendadas a los miembros del personal docente y de investigación.
Artículo 84. Los miembros del personal docente y de investigación serán nombrados por el Rector a propuesta del Consejo de la Facultad correspondiente y con la aprobación del Consejo Universitario.
Artículo 85. Para ser miembro del personal docente y de investigación se requiere:
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Poseer condiciones morales y cívicas que lo hagan apto para tal función;
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Haberse distinguido en sus estudios universitarios o en su especialidad o ser autor de trabajos valiosos en la materia que aspire enseñar; y
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Llenar los demás requisitos establecidos en la presente Ley y los reglamentos.
Artículo 86. Los miembros del personal docente y de investigación se clasificarán en las siguientes categorías: miembros Ordinarios, Especiales, Honorarios y Jubilados.
Artículo 87. Son miembros Ordinarios del personal docente y de investigación:
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Los Instructores;
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Los Profesores Asistentes;
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Los Profesores Agregados;
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Los Profesores Asociados; y
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Los Profesores Titulares.
(…)
Artículo 89. Los miembros ordinarios del personal docente y de investigación se ubicarán y ascenderán en el escalafón de acuerdo con sus credenciales o méritos científicos y sus años de servicio. Para ascender de una categoría a otra en el escalafón será necesario, además, además, presentar a la consideración de un jurado nombrado al efecto un trabajo original como credencial de mérito. El régimen de ubicación, ascenso y jubilación del personal docente y de investigación será establecido en el correspondiente Reglamento. (…). Artículo 97. Para ser profesor Titular se requiere haber sido Profesor Asociado, por lo menos durante cinco años. Los Profesores Titulares durarán en el ejercicio de sus funciones hasta que sean jubilados.