Nada más entrar se advierte la pulcritud que ahora luce el recinto del Instituto Pedagógico de Barquisimeto Luis Beltrán Prieto Figueroa, sede del Oeste. Los baños limpios como no se veían en mucho tiempo, paredes y pisos que relumbran, reparaciones y pinturas de puertas, toda una maravilla. Algo que, en lo personal no veíamos desde hacía mucho.
No abemos si tal actividad la realizan exclusivamente los muchachos que cursan la Unidad Curricular "Trabajo Comunitario" o constituye una actividad financiada con recursos propios, obtenidos por concepto de diversos servicios que presta la institución; ya ha pasado sobre todo en la sede del este, redoma de la Av. Vargas, según los comentarios, la Subdirección de Investigación y Postgrado se ha encargado de mantener el edificio de manera íntegra en sus dos o tres pisos. Menos los salones que están pos las canchas.
Y qué bueno que así haya sido, en uno y otro caso, cuando por estos días se está celebrando los 122 años del natalicio del maestro Luis Beltrán Prieto Figueroa (La Asunción, 1902-Caracas, 1993), epónimo de este Instituto Pedagógico; de tantas y buenas promociones de egresados en diversas especialidades que luego se han convertido en reconocidos docentes e investigadores, uno de cuyos representantes más altos ha sido el distinguido profesor Dr. Reinaldo Rojas, Profesor Titular Jubilado de esta institución y hoy Individuo de Número de la Academia Nacional de la Historia, fundador de los estudios de postgrado en Educación, mención Enseñanza de la Historia y del que aún sigue siendo docente en el Programa de Doctorado en Cultura Latinoamericana y Caribeña, donde por lo demás es director de tesis.
Reiteramos que nada mejor que celebrar los 122 años del maestro Prieto que con una sede pulcra en todos los aspectos de su infraestructura, en particular limpieza y pintura, así como atención a los jardines, que estaban ya con un increíble barbecho alto, donde se ha visto a un personal echando escardilla y machete a ese follaje y hojarasca formando altos tumultos, como para hacer abono; todo lo cual merece un aplauso a los estudiantes de Trabajo Comunitario, sus profesores y autoridades decanales, a quienes como se dice coloquialmente no es que "Estamos picando la torta", sino que queremos repetir aquello de "Honor a quien honor merece".
Una vez leímos de dos rectores venezolanos, de grata recordación ambos, que se consideraban "Jardineros" de su universidad respectiva, a saber, Ernesto Mayz Vallenilla (Maracaibo, 1925-Caracas, 2015) de la Universidad Simón Bolívar y el padre Luis Ugalde (Vergara, España, 1938) de la UCAB; porque como todos recordarán las sedes rectorales de estas dos casas de estudios se rodean hermosísimos campus en el Vale de Sartanejas y Montalbán; también el Instituto Pedagógico de Barquisimeto, tiene un amplio espacio que si se cuida adecuadamente, como se está haciendo ahora, será "Una ganancia estética" para recordar con esta última expresión a uno de los más admirados representantes de esta academia universitaria: el profesor Francisco Ramón Zambrano Cano (Valera, 1956-Barquisimeto, 2017).
En efecto, quienes conocimos de cerca al profesor Zambrano en los pasillos y aulas del Instituto Pedagógico de Barquisimeto, sobre todo en sus seminarios sobre los problemas filosóficos modernos y contemporáneos, advertimos la importancia del asunto de la verdad y la estética en la vida cotidiana, así como de la importancia de reflexionar sobre ciertas demandas de tales dimensiones en la enseñanza universitaria de cualquier especialidad, siendo el descuido y el desorden su negación más flagrante y uno de los límites de la racionalidad, cosa que debía transformarse de manera urgente; de donde se tiene que una de las posibilidades de acción en el campo universitario viene a ser describir lo que se tiene delante con sus indicadores empíricos y cómo la actividad humana bien dirigida puede transformar un erial en algo bello y digno de ver, pulcro y humanizado.
En particular en los ambientes cuyo eje de interés lo representa la producción de conocimiento en ciencias y humanidades. Así, con esta crónica picamos la torta a estudiantes, profesores, profesionales responsables de la planta física del Pedagógico de Barquisimeto y también a sus autoridades.
El ejemplo más palpable de producción intelectual fue Blaise Pascal (1623-1662), en palabras de Zambrano:
"En dicha labor se entrecruzan los intereses del Pascal geómetra, del filósofo, del teólogo, del apologista, del religioso y del místico, múltiples facetas que revelan a un pensador y a una doctrina profundamente comprometidos con el estado de constante conflictividad al cual la modernidad incipiente sometió a la razón (…) son presentadas la filosofía y la relación que el pensador francés mantuvo con los filósofos, en especial con Agustín de Hipona, una de sus fuentes teóricas más relevantes" (http://revistaparadigma.online>article>download).