¡Qué tristeza tan macha! Qué lástima nos da esta demostración de abulia y pernicia extrema en que la adicción televisiva ha llevado a un sector importante de nuestra población privada; hasta el punto de no saber quiénes son más privados, si los que nacieron en los lujos y el confort de una vida cómoda, sin sobre saltos provenientes de la rancia oligarquía, de nuevos riquismos, o aquellos muchachos que vienen de nuestras queridas barriadas empobrecidas por la IV República.
Hay una pobreza de espíritu tan grande en esos muchachitos disociados, pero tan grande, que mueve a la conmiseración. Están años luz de ser una dirigencia estudiantil. Y cómo no lo pueden ser 5 millones de años, la señorita Condolezza se ha ofrecido muy amablemente para actuar en otra de sus operas bufas como la súper dirigente estudiantil en la Venezuela que no se arrodillará más a las pretensiones hegemónicas de los EEUU.
Vengan para que vean esta tochada vomitiva: muchachos pobres estudiando en la estafa de la educación privada venezolana, y el colmo de los colmos, esas muchachitas y muchachitos defendiendo a sus verdugos sociales. Dan ganas de llorara a moco tendido viendo como esos jóvenes envejecidos por la alienación capitalista, defienden la empresa privada, única responsable de su pobreza. Qué frustración nos da ver cómo esos muchachitos enarbolan al revés nuestra bandera. Esa bandera que cómo aquel escudo que contenía toda la historia helenística, y que Homero describe en la Iliada, contiene la luminosa y gloriosa historia de nuestra nacionalidad. Claro, se nos olvidaba que Condolezza es su máxima dirigente. Qué dolor tan grande ver a unos compatriotas perdidos en una manipulación perversa en contra de sí mismos. ¿Podemos llamar estudiantes a aquellos que no defienden el derecho al estudio, la necesidad del debate de las ideas en los procesos investigativos para producir Ciencia y la necesidad insoslayable de ejercer la irrenunciable condición política de todo venezolano en la construcción del mejor destino para su Patria?
Si no fuese tan lastimoso este escenario, podríamos decir que nos conviene esta posibilidad, ella tal vez nos permita poder desnudar el peligro que significa entregarle a la empresa privada algo tan delicado como la educación de una parte importante de nuestro Pueblo. Esto nos recuerda que esto constituye un peligro muy grande para nuestra soberanía. Esta contingencia nos comprueba que la empresa privada, educa para el sostenimiento de sus intereses que siempre están ligadas a las trasnacionales del Imperio, y en ningún caso educa para la formación patriótica y humanística del venezolano de estos tiempos de socialización de la felicidad y la defensa de nuestra soberanía.
Condolezza es la dirigente perfecta de esta descomposición casi total de lo que significa estudiar para transformarse y transformarse en función de los sagrados intereses de esta nuestra querida nacionalidad. Condolezza sufre del síndrome de la orquesta, está en todas partes derrochando una genialidad que no parece de este mundo. Condolezza es la antípoda de Remedios la bella. Ella no se baña desnuda como aquella muchachita linda de Macondo a la luz de una nube de mariposas amarillas. Ella la Condolezza se baña con unos calzones de estaño, y sudada como sale del baño, se da en opinar sobre Venezuela, y sobre el caso de RCTV, y de la necesidad que tiene Inzulsa de ir a Venezuela a regañar a los venezolanos por haber elegido a Chávez 10 veces consecutivas. Condolezza, es independientemente de sus muchos cargos en la administración del Imperio, la flamante dirigente estudiantil de la educación empresarial privada venezolana.
¿Qué vaina no?
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