Bandera Rota, Un Nuevo Infierno y Primero Golpista los tres chiflados de la contrarrevolución

Es inevitable tener que escribir para describir la realidad que vivimos en Venezuela y desmentir a los traidores medios privados de difusión masiva porque en verdad que no comunican sino odio y sólo difunden: la mentira, miedo, terror, angustia, dolor, pesimismo, y antivalores. Conjugado el plan de los medios privados con las actividades sistematizadas en la metodología de la “acción no violenta”, métodos de “persuasión y protesta” legitimados por Gene Sharp, para los que siguen línea de Stalin y Goicochea en el medio estudiantil de derecha recalcitrante; los escuálidos pretenden desestabilizar al gobierno bolivariano. Hoy para nadie es un secreto la fusión CIA-estudiantes oligarcas. Y para ningún venezolano que no está disociado es un secreto que así como en Abril del 2002 salieron los papás, en el 2007 salen sus hijos a querer imponer un régimen dictatorial en suelo bolivariano, con la siniestra mentira del psicótico, que señala de loco a su victimario.

Estos “muchachos” de la oligarquía esquizofrénica disfrazados de apolíticos primero, y luego políticos por la libertad, de lo que sea pero libertad, no se cansan de manifestar usando la violencia más cruda y descarnada, de escupitajos y patadas, insultos y humillaciones a hombres y mujeres estudiantes oficialistas y policías cuidando las marchas.

Los partidos políticos que generan esta desbandada de estudiantes de la burguesía reclamando derechos que ellos mismos violan en sus propias casas, no llega sino a los medios que capitalizan imágenes como plusvalía mediática dentro del capitalismo de las multinacionales de la comunicación.

Están heridos porque el efecto del fin de la consesión a 1BC ha traído como consecuencia reclamos en muchas partes del mundo de igual índole. Están furiosos porque el recetario de Sharp no ha cuajado en el suelo bolivariano, simplemente porque el grupo de paramilitares de civil que manifiestan con la bandera al revés, pitando y caceroleando, sólo tiene eco en Miami, en el resto del país están mas muertos que el pacto de punto fijo.

Esta generación de vendepatrias prefiere servir de preservativo del Pentágono para callar la crisis mundial que vive Medio Oriente a punto de estallar en lo que podría resultar la III Guerra Mundial, servir de idiotas útiles para los intereses de la Casa Blanca, cortina de humo, a fin de no llamar mucho la atención del Vietnam que tienen en Irak y de la persistente caída del dólar, señales todas del funesto desenlace del salvaje neoliberalismo como sistema mundial.

Los disociados hijos de papi están protegidos por Bandera Rota, cipayos del imperialismo con discurso dizque revolucionario, Un Nuevo Infierno, partido de la oposición que reúne a traidores de la talla de Petkoff mezclado con Rosales, o sea la más podrida fusión de lo peor con lo más detestable; y Primero Golpista, partido que suma a los eternos conspiradores, terroristas yuppies, resentidos de la teta de la pdvsa puntofijista, alienados y alineados al partido de la ultraderecha del burro Aznar en España.

Todos apostaron a los “benjamines” de la contrarrevolución. Querían hervir las calles con gritos de protesta, discursos públicos, cartas de oposición o de apoyo, peticiones masivas, lemas, caricaturas, símbolos, banderas, colores, vestidos, sonidos, signos: puño de otpor, acoso y mofa de funcionarios de seguridad, vigilias, marchas, tomas de espacios públicos, abandono de espacios como el de la Asamblea Nacional, dar la espalda, como lo hizo Condi Rice, desobeder y enseñar la desobediencia masivamente, estimular la resistencia obsesivamente, todo siguiendo las pautas del filósofo Sharp adoctrinando a los hijos de papi y mami, los herederos de la oligarquía puntofijista. Invertir los símbolos patrios como señal de subvertir el orden establecido por las mayorías.

Es el resultado de la minoría que apuesta al caos para volver al poder. La respuesta de la mayoría convertida en Estado revolucionario socialista y bolivariano es el contraataque en todos los frentes y donde quiera que el imperialismo se encuentre. Sabemos muy bien del desprecio por el color y la raza que no sea blanca, anglosajona y protestante, sabemos del odio a nuestra cultura diversa y múltiple, no nos engañamos con las falsa plegarias de “libertad, fraternidad e igualdad” de los Iliminatti criollos, porque sabemos muy bien la trama que tejen en los oscuros pasillos de la embajada gringa. Ni siquiera gastamos saliva en amenazas ni en advertencias, nos basta con guardar las fuerzas y la energía para el oportuno momento en que la necesitaremos para dar el golpe mortal al enemigo.

Ellos sienten que la cachifa ahora gana igual que el hijo médico sin clínica privada, que el mucamo está a punto de ser abogado socialista, que el chofer recibirá un crédito como consejero comunal, crédito socialista, sienten que los esclavos de su corte oligarca se organizan y conforman al poder popular y se liberan de la hegemonía capitalista en sus propias narices. Están mucho más cerca de Colombia o Miami que de su propia casa en Las Mercedes de la capital. Sienten más a pecho las 54 estrellas del imperio que las 8 de la tricolor nacional. Eternos traidores, lacayos y cipayos, vendepatrias y entreguistas, los herederos de la oligarquía cada día sufren más el desarraigo y la debilidad que otorgan una mentalidad disociada y un corazón sin identidad nacional.

Los tres chiflados de la contrarrevolución guían los pasos de los jóvenes disociados falangistas del neoliberalismo satánico. Todo el mundo sabe que a los tres chiflados les manda el tirano de turno en Washington, y a este lo domina un lobby judío fundamentalista que sólo quiere imponer un gobierno mundial imperialista. La gran farsa democrática gringa ya no engaña ni a sus propios votantes. Ni halcones ni palomas pueden ya sostener un mundo virtual plagado de mentiras cuyo fin es más confusión. Los oscuros buscan más oscuridad, los sedientos de sangre, mas muertos para el altar del dios insaciable, el dios mercado, el gran capital.

Venezuela brilla con luz propia al levantar la bandera de la soberanía, la verdadera independencia y la justicia social entregándole más poder al pueblo, fortaleciendo al poder popular, desenmascarando a los traidores escondidos en gobiernos, instituciones mundiales, o en partidos políticos conspirando. El sol bolivariano en el cenit de la revolución calienta e ilumina los pasos de los combatientes por la verdadera libertad, aquella que implica la libertad de todos.


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Mario Forti

Astrólogo, filósofo, músico, tatankisi, escritor, poeta, critico, ddhh, tarotista, taoista, lector, meditación, yoga, sanación, terapias shamánicas integradoras

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