Insiste uno en querer creer, pese a que hay indicadores como para que no lo haga, que ese movimiento estudiantil “espontáneo”, aparecido de repente, con la sana intención de “defender las libertades”, es como ellos dicen y mucha gente puja para que así se vea; es decir, no tiene ataduras ni compromisos con la vieja clase política ni es una carta escondida. Es más, también se siente uno tentado a creerles que andan sólo en defensa de los derechos civiles y la autonomía universitaria, que dicen ver amenazados, aunque uno no entienda por qué. Pero si llama la atención, el poco interés que ponen en los problemas que les afectan como estudiantes.
Además, sus discursos y actuaciones nada convincentes son. Y digo esto por muchas cosas; como que sus consignas y lenguaje se parecen bastante a los de los grupos políticos opositores, medios de comunicación que hacen de gestores políticos y hasta de alguna que otra cofradía.
Pero nuestras dudas afloran con lo que hemos leído apenas ayer, en el diario “El tiempo” de Puerto La Cruz. Un grupo de universitarios de UDO, Universidad Santa Maria, Gran Mariscal de Ayacucho e institutos o colegios universitarios - como se nota del sector público y privado- han declarado que continuarán en la calle luchando por “la libertad de expresión y la no violación de los derechos humanos”.(1) Y uno de ellos en particular, puso énfasis en que defenderán la autonomía universitaria porque “ésta no se viola ni se vende”.(2)
Es decir, repiten los mismos estribillos de quienes aseguran que detrás de ellos no andan. Y de paso, como ya antes se ha comentado, han entablado una lucha contra los fantasmas que se les aparecen por los delirios que genera la impotencia.
Pero lo curioso del caso, es que aquí, como en Caracas, también se unen los estudiantes de las universidades privadas, que cotos cerrados son, a luchar por defender una autonomía que en el sector público nunca ha estado amenazada, pero no la piden para ellos.
¿Por qué, para ser coherentes, no protestan y luchan para que la USM, UGMA y los colegios privados, adopten el sistema autonómico? Porque no hacerlo, revela rasgo de hipocresía y reconocimiento que andan en asuntos que dicen que no andan. Lo menos que uno puede pensar sobre el movimiento estudiantil es que es una vaina “enrollà”.
Pero hay algo muy curioso y hasta alarmante; casualmente en el mismo diario y para más señas, en la misma página, se informa que “universitarios preparan sus bolsillos ante nueva alza en costo de semestre”. (3)
En esta nota, el periodista informa la preocupación que embarga a muchos estudiantes por los aumentos que se avecinan. Una joven, que “debe trabajar en una cafetería para costearse residencia y comida”(4), asegura que para ella ese aumento sería un golpe muy duro.
Otro denuncia que “a nosotros nos cobran carnet estudiantil, un seguro médico que funciona a medias, intereses de mora y mantenimiento del sistema”. (5)
Por último, unos estudiantes solicitan al gobierno que regule las matrículas de las universidades privadas.” (6)
Pero estos muchachos que se quejan por los aumentos de matrículas que ven venir, no están entre quienes organizan las protestas por los derechos civiles y la autonomía universitaria, ni a éstos aquellos les preocupan; no les interesan para nada. Y uno así lo afirma, porque en sus declaraciones nunca el asunto mencionan. Y eso es obvio. Algo que es esencialmente del interés estudiantil y sobre todo de quienes menos tienen, no preocupa ni llama la atención a quienes dicen, juran y perjuran, que no andan en política.
(1-2-3-4-5-6) Diario “El Tiempo”. Puerto La Cruz. Pag. 5. 13-07-07
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