Prieto Figueroa no fue un Pedagogo Revolucionario

Hace dos años escribí un artículo en Aporrea sobre las ideas pedagógicas de Prieto Figueroa (http://www.aporrea.org/actualidad/a15961.html). En ese escrito argumentaba que Prieto fue un pedagogo de la burguesía. A raíz de la celebración de un año más del Día del Educador es oportuno retomar el tema. Aún más urgente se hace hablar de las ideas pedagógicas del maestro Prieto si tomamos en cuenta las palabras del Ministro del Poder Popular para la Educación Adán Chávez en el acto conmemorativo de este día el pasado martes.

Primero, Prieto Figueroa fue uno de los promotores de la “escuela nueva” en nuestro país. Como todo mortal con una formación pedagógica básica sabe, este movimiento tuvo origen en los Estados Unidos y fue una de las puntas de lanza de la consolidación ideológica del capitalismo, en particular de una visión burguesa de la educación. Abundan los trabajos donde se estudia este movimiento. Hasta donde he estudiado la obra de Prieto Figueroa, no he encontrado ninguna contribución importante de él a esa propuesta pedagógica. Más bien consigo que usa muy de cerca los trabajos de Lorenzo Filho, pedagogo brasileño. Lo cual me hace dudar de que Prieto haya leído alguna vez las obras de Dewey, Kilpatrick, etc.

Segundo, les invito a estudiar la historia de los países en que Prieto Figueroa estuvo exiliado y prestó servicios, como Cuba y Honduras. En su estadía por Centroamérica, Prieto manifiesta su simpatía por las bananeras estadounidense en materia de educación. En un congreso realizado en Washington, en 1958, Prieto y otros recomiendan que “.. es necesario organizar y coordinar la cooperación de las empresas comerciales e industriales, con la de los obreros, empleados y público en general para lograr el desarrollo de la educación popular en América Latina, …” (p. 175). Y en otro documento, Prieto Figueroa señala que “… Fueron los industriales, los hombres de empresa, los primeros que se percataron del bajo rendimiento de los trabajadores incultos que intervienen en el complicado proceso de la producción moderna, conducida pro métodos técnicos” (p. 194). En general, el maestro Prieto era un defensor de la intervención del capital privado en la educación. Escribe elogios a la empresa privada, en especial, resalta que “Eugenio Mendoza y Cia, en sus numerosas empresas cumple con las disposiciones de las leyes del trabajo y de educación en materia educativa” (p. 121). Al mismo tiempo desconoce el logro de la revolución cubana en materia de educación, afirma en particular que, en Cuba, “… para el año 1953 no existieran trabajadores azucareros que no supieran leer, escribir y contar. La realización de este plan se vio interrumpida por los acontecimientos de políticos que desde 1952 conmueven a Cuba” (p. 145). Se lamenta el maestro Prieto que se interrumpiera el proyecto de alfabetización de la derecha en la isla.

Tercero, connotados pedagogos y políticos de la derecha reconocen a Prieto Figueroa como uno de los suyos. Rómulo Betancourt, el “Padre de la Democracia” en su Venezuela: Política y Petróleo publicada en 1956, describe al maestro Prieto como el “ejecutor más calificado y eficiente de la política educacional de Acción Democrática” (p. 491). Rafael Fernández Heres, pedagogo socialcristiano y ex Ministro de Luis Herrera Campins, caracteriza al Prieto Figueroa como “…, ideólogo fundamental de la educación democrática de la Venezuela contemporánea” (p. 373).

Estamos presenciado una contienda entre la derecha y cierto sector del chavismo por la herencia del llamado pensamiento pedagógico de Prieto Figueroa. El maestro ha servido de eslabón entre esos grupos. En parte explica el acuerdo entre ambos en materia de ingreso a las universidades y otras materias en educación. No nos extrañe que mañana salga un proyecto de ley de consenso entre la derecha y ese grupo del chavismo con Prieto Figueroa como bandera común. Me temo que entre los educadores chavistas revolucionarios se ha estudiado muy poco o muy a la ligera los trabajos publicados por el maestro Prieto. Un revolucionario, un socialista creo que no encontraría muchas cosas interesantes en la obra escrita de Prieto Figueroa, quien podríamos caracterizar como intelectual orgánico de la clase media. El trabajo del maestro Prieto es de mucho valor para una pedagogía de la clase media, pero no así para la pedagogía revolucionaria que la Venezuela de hoy necesita. Espero que algún día arranque la formación política, el motor moral y luces, las tres erres al revés, etc., etc., etc., entre los educadores chavistas y se inicie la construcción de una verdadera pedagogía revolucionaria al servicio de la construcción del socialismo.

Referencias

Prieto F., L. B. (s.f.) La colaboración privada en la educación popular americana. Caracas: Universidad Central de Venezuela.

Betancourt, R. (1956). Venezuela: Política y petróleo.

Fernández Heres, R. (2001). Humanismo democrático y educación en el ideario de Luis Beltrán Prieto Figueroa. Revista de Pedagogía, No. 65, pp. 373-399.


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Julio Mosquera


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