Si algún elemento nuevo de la LOE es positivo y tiene bases firmes es el que se refiere a la admisión universitaria. Desde 2001, por lo menos, se tiene clara conciencia de que las injusticias en el ingreso universitario en menoscabo de los aspirantes de niveles socioeconómicos bajos, de los provenientes de planteles oficiales y de los procedentes de regiones atrasadas y alejadas del país, eran producidas por la aplicación de los mecanismos de ingreso aplicados por las universidades, los cuales, desde la década de los noventa, relegaron la selección efectuada por la prueba de aptitud académica (PAA) y tomaron el control del proceso de escogencia de los aspirantes. Para 1998, las universidades escogían el 87,5 % de los aspirantes, mientras la PAA sólo seleccionaba el 12,5 % de los mismos.
Un importante número de investigaciones científicas soportaban esta tesis (Revista de Pedagogía, XXI(62): 273-291, 2000; Revista de Pedagogía, XXII(64): 219-241, 2001; Revista Venezolana de Gerencia, 7(17): 36-48, 2002), lo que abrió una discusión sobre la materia en el Consejo Nacional de Universidades, discusión que ya se había dado tan temprano como en 1994, cuando el Núcleo de Secretarios de las universidades nacionales, por unanimidad, había solicitado que por la vía de la PAA debería de seleccionarse por lo menos un 30 por ciento del total de los aspirantes. Los secretarios se habían percatado de la aparición de efectos indeseables con la selección efectuada por las pruebas internas universitarias. A partir de 1999, se comenzó a incrementar la proporción de aspirantes asignados por la PAA, sin duda el mecanismo más justo y académico de selección.
La explicación anterior viene a colación porque oí al ministro Navarro declarar, en relación con la materia, y decir que constituía una injusticia que los hijos de los profesores de la UCV ingresen sin realizar los exámenes de admisión, que son obligatorios para el hijo de cualquier venezolano que no fuera profesor ucevista. Recurrió el Ministro al ejemplo más fácil de entender por la colectividad, pero se le “olvidó” que también ingresan en la misma forma los hijos de empleados y obreros ucevistas, lo cual hizo sentir su respuesta como manipuladora de las emociones de la gente. Este tipo de privilegios perversos se eliminaría con el proceso de selección en manos del Ejecutivo. Al ex ministro Aristóbulo le escuché el mismo comentario con igual omisión, en su programa “Dando y dando”. ¿Qué se persigue con esta media verdad? ¿Será que se piensa que estimula más rechazo el caso de los hijos de los profesores y por ello se oculta lo de los empleados y obreros?
Por otra parte, ese privilegio no existe en la Universidad Simón Bolívar, lo cual merecería la pena de ser destacado. Pregunto: ¿Se eliminará también el ingreso automático a las escuelas y academias militares de los hijos de los oficiales de la Fuerza Armada Nacional?