La LOE y los seudos revolucionarios

Con excesiva emoción fue promulgada en el teatro Teresa Carreño la Ley Orgánica de Educación. Con alegría y ambiente de fiesta el Presidente de la República dio con su firma el sí a la Ley debatida días antes en la Asamblea Nacional. Tal euforia, mantenida por horas en este recinto por estudiantes, obreros, empleados y profesores venidos de todo el país, se debía al alto contenido democrático de participación y sensibilidad humana recogida en la Ley. Con la promulgación de la LOE se estaban corrigiendo históricas injusticias y asegurando el futuro desarrollo de la sociedad venezolana.

Entre los tantos entuertos, por no decir errores, contenidos en las leyes precedentes que significaban un desproporcionado desequilibrio dentro del mundo académico-universitario era la ignorancia, no consideración, subestimación, subvaloración de un importante sector de nuestro sistema universitario como son los obreros y empleados. Ellos son parte inequívoca del sistema universitario, pues sería imposible el funcionamiento de la compleja estructura universitaria sin su existencia. La universidad abarca fundamentalmente tres funciones: investigación, docencia y extensión, las cuales son impensables cumplir a cabalidad sin la participación coordinada de docentes, estudiantes, empleados y obreros.

En este sentido, no podemos compartir lo publicado en este medio por el Prof. Luis Fuenmayor Toro, quien publica también hoy un artículo similar en Últimas Noticias y donde señala: “Se trata de los obreros y empleados al servicio de la institución, pero en ningún caso parte integrante de la misma ni con las atribuciones de sus integrantes”. Varias preguntas se generan a partir de tan asombrosa afirmación. Primero, ¿Son o no son los obreros y los empleados parte integrante, por ejemplo, de las universidades para las cuales laboran?. Esta afirmación, viniendo de una importante figura activa dentro del sistema universitario nacional, deja una suerte de sabor amargo entre los que integran estos sectores de la comunidad universitaria. Un obrero y un empleado, que ingresa como trabajador de planta, debe ser obviamente considerado como parte integrante de la institución. No deben caber dudas al respecto. A menos que deseemos falsear la realidad. Segundo, ¿Cómo un profesor sí califica, por ejemplo, para ser parte de la institución?. No queda este aspecto bien claro en esos comentarios, pues tan indispensable es un obrero como un profesor para que una universidad funcione. Sólo hagamos el ejercicio mental de imaginarnos un semestre normal de clases sin la presencia de obreros.

Afirma también este profesor universitario, refiriéndose a los obreros y a los empleados, que “esta situación no significa que haya en esas organizaciones ciudadanos de primera y de segunda…”. Esto es totalmente falso. En el caso de las universidades, basta sólo preguntar a los obreros y empleados cómo son percibidos por el personal docente. En efecto, su no participación, por ejemplo, en la escogencia de la autoridades universitarias y su ausencia de los organismos de decisión, llámense consejos de facultades o consejos universitarios, hace de ellos un sector con una alta fragilidad de poder, en comparación al resto de los otros sectores universitarios, es decir, estudiantes y profesores, quienes sí tienen participación en las elecciones y en estos organismos, siendo considerados los obreros y empleados, en consecuencia, por muchos docentes y estudiantes, como seres de segunda. Esta debilidad permite que muchísimos docentes vejen, maltraten, griten, irrespeten a empleados y obreros.

Continúa exponiendo su oposición a la participación democrática de los obreros y empleados dentro del sistema universitario al considerar que “este es el mismo caso de los trabajadores y obreros universitarios, quienes no son parte de la comunidad académica y en consecuencia no deben votar en la escogencia de las autoridades universitarias”. Esta es, junto con otras posturas que hemos vistos de este profesor, la más anti LOE. Tal vez los obreros y empleados no sean parte de la comunidad académica, y eso es cuestionable como veremos más adelante, pero sí son parte de la comunidad universitaria. El rector de una universidad no es electo para dirigir la política de la comunidad académica, es electo para dirigir la política de la comunidad universitaria en general. Los obreros y empleados, así como estudiantes y profesores, son parte de la comunidad universitaria. En consecuencia, sí deben votar en la escogencia de las autoridades universitarias.

Remata su desprecio hacia estos sectores laborales indicando que “incorporarlos como votantes causará un grave perjuicio a la calidad de las universidades”. ¿Cómo, de qué manera?. Esta expresión es muy similar a la expresada por un profesor de la ULA quien dijo, al tener conocimiento que el Gobierno estaba promocionando el voto de obreros y empleados en las universidades, que ahora votarían hasta “los perros”. Por otro lado, esta es muestra fehaciente de que obreros y empleados sí son considerados por muchos profesores como seres de segunda, pues según él con su participación en los procesos electorales ellos van a dañar la calidad de la universidad. Veamos. La primera cosa es saber cómo este profesor determina la calidad de una universidad. Pero cualquiera sea su método, lógicamente no puede soslayar la participación de los obreros y empleados en la construcción de esa calidad. Lo segundo es que el planteamiento es tan escueto, que hace cuesta arriba cualquier análisis. Lo más sencillo, sería decir entonces que eso es falso de toda falsedad, a menos que él demuestre lo contrario.

Importante es, eso sí, anotar que en nuestra universidades encontramos obreros y empleados profesionalizados, que incluso además de sus labores diarias hacen investigación y docencia, que contribuyen en laboratorios, que publican, que asisten a congresos científicos, que tienen méritos académicos y científicos a veces no alcanzados por profesores, como el PPI. De esto tenemos ejemplos varios en la ULA y se lo podemos demostrar si así lo demanda. Incluso se menciona el caso de un bedel que fue rector en esta casa de estudio. No podemos dejar de señalar que las posturas de este profesor, son asumidas y muy bien utilizadas por la oposición universitaria. De hecho sus escritos, sobre esta misma materia y diciendo lo mismo, fueron repartidos en el Consejo Universitario de la ULA por consejeros opositores, durante el referendo.

*Prof. Titular. Representante MPPES ULA

hr_gomez_60@hotmail.com


Esta nota ha sido leída aproximadamente 2163 veces.



Heriberto Gómez*

Profesor Titular, ULA

 heribertogomez60@gmail.com      @ulandino

Visite el perfil de Heriberto Gómez para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes: