La universidad disminuida (II)

Entre 1999 y 2004 propusimos a la Asamblea Nacional los elementos centrales de una nueva legislación universitaria, extraídos del trabajo colectivo de los grupos de la izquierda universitaria ucevista durante unos 20 años.

Nuestras luchas de toda la vida por la excelencia académica podían por fin ser llevadas a la práctica y dar los frutos debidos para el cambio revolucionario del país. Nos animaba la convicción de que sólo una universidad de primera nos garantizaría un país libre y soberano, capaz de satisfacer las necesidades de la población y de elevar considerablemente su nivel de vida. Lamentablemente, los oídos inicialmente permeables se fueron cerrando y las voces pregoneras progresistas, intensas e insistentes en el pasado cuartorrepublicano, se acallaron, condenando a la patria a seguir el mismo equivocado camino.

Yerran de bando a bando quienes, ante mis claras posiciones académicas y la defensa de una universidad de excelencia, me han considerado como formando parte de los grupos universitarios opositores al Presidente, cuya actividad ha sido precisamente la contraria: Reducir la academia hasta hacerla desaparecer, convertir la universidad en una institución que sólo da clases, hacerla prisionera del facilismo en todos sus ámbitos y niveles, una universidad mediocre, con autoridades que difícilmente llegarían a ser docentes en instituciones de cierta calidad; un fantasma de la universidad necesaria y posible. Esos críticos coinciden con la reacción universitaria, que operacionalmente ha disminuido a la universidad, ahora con la ayuda de quienes dicen ser sus enemigos.

Se equivoca Roberto Hernández al decir que me quité la careta y que defiendo una posición feudal; al atraso universitario y nacional nos estuvieron llevando AD y Copei sin poder completar el camino. Pero hoy se sienten felices, al igual que el imperio, pues su obra acaba de ser culminada por la Quinta República con la aprobación de la nueva LOE.

Ahora se unirán a la destrucción directa los sindicaleros universitarios, los incumplidos y reposeros. Como si no bastara con las acciones de los falsos docentes y los falsos estudiantes, ahora a sufrir también con una plaga adicional: los corruptos manipuladores de los otros sectores.

Ex rector UCV
lft3003@yahoo.com


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Luis Fuenmayor Toro

Médico-Cirujano, Ph. D., Ex-rector y Profesor Titular de la UCV, Investigador en Neuroquímica, Neurofisiología, Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología. Luchador político.

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