Invertir la renta petrolera en la industralización eco-socialista del siglo XXI (III)

PROBLEMAS ECONÓMICOS POLÍTICOS DE LA REDISTRIBUCIÓN DEL SOCIALISMO RENTISTA:

RETOS DEL NEORENTISMO SOCIALISTA

Recomienda Adán Chávez, "Obviamente, tendremos que aprender a superar la cultura del despilfarro, tendremos que ser más eficientes y acostumbrarnos a ahorrar; debemos terminar de superar la mentalidad de la "Venezuela Saudita" y del "Ta´Barato", para convertirnos en un pueblo creativo, inventivo, entusiasta y emprendedor, que seguirá transformando el modelo consumista heredado de la IV República y verá la "crisis" como lo que es: una oportunidad para iniciar la superación de una vez por todas del rentísmo petrolero. Como dijo una vez nuestro Comandante Eterno, el 25 de octubre de 2010, regresando de una histórica gira que lo llevó a Europa, Asia, África, en una cruzada por fortalecer la OPEP: ´informaremos con detalle acerca de los 69 acuerdos que hemos hecho con estos hermanos países, de viviendas, viviendas para el pueblo, comercio para nuestros productos para romper el modelo perverso que nos impusieron, el modelo de la mono producción petrolera. La dependencia petrolera tenemos que romperla´. Y lo lograremos, (…) que nadie lo dude" (31).

Así pues vemos que seguimos con "la debilidad", la mono producción petrolera y dependencia petrolera en estos 15 años de revolución socialista, ahora llamado el neorentismo socialista. Para A, Giussepe: El petróleo ya no da para seguir satisfaciendo al tradicional "Estado rentista", "Capitalismo rentístico", "Economía rentística", "Economía parasitaria" venezolana, o como quiera llamarla cualquier estudioso del tema (32). ¿Qué hacer? si nos ceñimos a la verdad en todas estas fases prefiguradas de la revolución bolivariana si nos ajustamos al esquema de la realidad, la constante de la crisis fluctuante de los precios del petróleo, no es sino la crisis del modelo rentístico petrolero, primero en su vertiente privada, que engrosó las arcas del capital privado, (el modelo rentístico empresarial que la IV República sustentó) y el segundo, el otro modelo redistribuidor de la renta del estado petrolero, dependiente del ingreso petrolero para continuar realizando los programas sociales, soslayando, el aspecto económico, la revolución productiva, la industrialización socialista.

¿Quién asumirá la industrialización para ir independizándonos de los productos importados, de bienes y equipos, de la salida de divisas del país o de fuga de capital?, ¿cómo lograremos la soberanía nacional, el desarrollo endógeno, para romper definitivamente con el modelo rentista petrolero, y que la revolución bolivariana ha reproducido en sus partes, con la venta de dólares al capital nacional (y foráneo) obligando a replicar las crisis, el desarrollo dependiente de los mercados internacionales?. Hay que decir que el modelo de inclusión social contiene la redistribución más democrática y participativa del ingreso petrolero logrado por la revolución bolivariana hasta ahora mediante las Misiones Socialistas y los Programas Sociales y que ahora desde el año 2012 se siente amenazada por el imperialismo, Las corporaciones petroleras mundiales y la burguesía importadora-financiera parasitaria para frenar y retrogradar. No hay duda esa tarea del desarrollo es del gobierno, del Estado venezolano.

Podemos decir que hasta ahora la revolución chavista para avanzar hacia el socialismo bolivariano del siglo XXI solo ha logrado, "….garantizar la irreversibilidad del socialismo. Algo que, insistentemente consideraba, (Chávez, la nota es mía) …. Basado en la socialización del capital según Giordani (la renta petrolera, la nota es mía), que se presenta como el uso de todos los recursos financieros y económicos disponibles para la promoción y desarrollo de inversiones sociales,…" (33) pero ahora esa irreversibilidad o esa garantía del desarrollo social está en riesgo, en peligro por la agresión externa e interna.

Del lado del mercado externo, Miguel Jaime explica "….que lo que sucede en el mercado petrolero es una estrategia para afectar a Rusia, Irán y Venezuela, países que tienen un alto grado de dependencia de su petróleo y son adversarios de las políticas estadounidenses. Contra el liderazgo de la petrodiplomacia venezolana el mundo industrializado trabaja día a día para destruir a la OPEP, esto ha quedado en manos de Estados Unidos y la OTAN (organización militar de occidente)", desde 1990, después del supuesto fin de la guerra fría, la OPEP lucha contra todos los nuevos arrebatos originados por los países industrializados, todos alrededor de los intereses del petróleo. Bajo esta fórmula, Jaime señala que los primeros en caer dentro de este grupo energético fueron Irak (1990), más recientemente Libia (2013), sin dejar de lado las sanciones "de las famosas listas de terroristas" contra Argelia, Nigeria —quinto proveedor de crudo hacia EE.UU.— y, recientemente, emprenderla contra Venezuela y Ecuador, pues la firme idea es debilitar las políticas petroleras de ambos estados. El resultado fue una baja de los precios del crudo por debajo de los 40 dólares por barril, en el caso de Venezuela. Pero aseguró que esto ha repercutido también en muchos proyectos de lutitas en Estados Unidos" (34).

Así que la renta petrolera, el ingreso petrolero, el mecanismo de redistribución de la riqueza basada en la renta petrolera se ha agotado una vez más, no nos queda sino el camino de la industrialización socialista, para sostener el desarrollo social alcanzado, lo que venimos insistiendo, sabiendo que el desarrollo industrial es impostergable, es tan serio que no lo podemos dejarlo al azar, al arbitrio del mercado, especialmente "….financiar al "empresariado nacional" y la "pequeña y mediana industria" que verdaderamente desean trabajar por el país. Sin embargo, la guerra económica y las condiciones históricas de nuestro país han demostrado que es imposible promover una industrialización independiente, dirigida por "empresarios" ladillados de tener elevadísimas tasas de ganancia, conscientes de que deben invertir a largo plazo para generarle divisas al país y no defraudar el fisco para enriquecerse fácilmente de acuerdo con Willian Serafino (35).

Por el contrario; Hernán Torres cree en las fuerzas del mercado, las restricciones que impone este a la sociedad y el Estado, "….de que es posible reducir la brecha entre ricos y pobres pero teniendo presente que es necesario mantener una economía diversificada en crecimiento con una inflación controlada y con una estrecha relación con los empresarios o mejor dicho, Que es posible mantener la inflación controlada sin necesidad de controles de precios, que es posible mantener estable la paridad de la moneda sin necesidad de establecer un control de cambios. Que es necesario mantener cierto equilibrio fiscal sin caer en grandes déficits, que se puede ir mejorando el ingreso real de los trabajadores pero atado a una mayor producción y productividad". (36). La pregunta que nos hacemos ¿Ese empresario nacionalista existe en Venezuela, capaz de industrializar atado a la producción basado en la productividad del rabajo?.

A todas luces por los vientos que sopla con la guerra económica no existe ese empresario, el mercado controla los mecanismos de producción y distribución, Ese "empresario", esa "industria mediana y pequeña", no existe en Venezuela ni existirá, porque la cultura económica capitalista, diseñada para acumular a partir del robo (inflacionario, la nota es mía) y la explotación (del trabajo, la nota es mía) es demoledoramente superior a cualquier apetencia ingenua de país estadísticamente exitoso" (37). Ahora bien supongamos que "…es posible industrializar a Venezuela en miras de autoabastecer hasta la más mínima demanda de consumo (…) del venezolano (38) Claro que no puede ser una industrialización capitalista como proyecto histórico en la que ha sostenido los modelos de desarrollo de América Latina a lo largo del siglo XX y en lo que va del siglo XXI, donde solo ha reproducido la desigual social del capitalismo mundial, la dependencia científico-técnica y financiera, además de un desarrollo exógeno, que debilita la soberanía nacional y la independencia, vulnerable de la ecología y el medio ambiente, un desarrollo tanto del sector I (producción de medios de producción) de la economía como del sector II (producción de bienes de consumo).

Una industrialización no contaminante, sin las respectivas forma del proyecto histórico de la industrialización capitalista, homicida del medio ambiente, tanto en las formas de producción, acumulación y consumo, que no reproduzca la burocracia parasitaria, sino la participación masiva del pueblo en el proyecto alternativo de desarrollo, otra industrialización es posible, la industrialización ecosocialista sin las máquinas que produzca enfermedades y muerte, considerando los siguientes dilemas-interrogantes: "¿Para reducir la inflación y aumentar el PIB a costa de miles de personas diabéticas y con cáncer, jodidas hasta la médula por trabajar en una fábrica? ¿Para asumirnos como un país exitoso a costa de miles y miles de hectáreas rociadas con veneno y cientos de ríos contaminados? ¿Para tener los anaqueles full de productos envasados mientras la industria consume nuestra vida e inunda nuestro cerebro de aspiraciones infinitas? Termina interrogándose Willian Serafino (39)

El modelo de desarrollo ecosocialista, tiene que tomar en cuenta muy por el contrario a la tesis de Hernán Torres, la propuesta del control del mercado, de que es "posible mantener la inflación controlada sin necesidad de controles de precios, que es posible mantener estable la paridad de la moneda sin necesidad de establecer un control de cambios. Que es necesario mantener cierto equilibrio fiscal sin caer en grandes déficits, que se puede ir mejorando el ingreso real de los trabajadores pero atado a una mayor producción y productividad" (40).

Esto quiere decir que el nuevo desarrollo ecosocialista (no estatista), debe incorporar a la población a la producción social, que puede ir mejorando los ingresos y la capacidad de compra con el empoderamiento de los resultados del trabajo libre socialmente cooperativizado, que se puede aumentar la producción socialmente, elevando la productividad cuando sepa el trabajador libre que el producto del trabajo le pertenece, que tiene n participación en el rendimiento de la empresa, que solo produciendo para la sociedad, se execra la ganancia, se vende para el valor de uso social del mercado, no para especular, solo así, podría el Estado descargar responsabilidades económicas, delegar tareas sociales para el ecodesarrollo socialista.

Fuentes:

 

31.- Adán Chávez, "Petróleo y socialismo", 3-11-2014.

32.-A. Giussepe, Ob. Cit.

33.-A. Chávez. Ob. Cit.

34.-Miguel Jaime, "Los precios del petróleo se mantendrán bajos durante este año", Aporrea, 19-01-2015.

35.-Willian Serafino, ob. Cit.

36.-Hernán L. Torres N., Ob. Cit.

37.-Willian Serafino, Ob. Cit.

38.-Idem.

39.-Idem.

40.-Hernán L. Torres, N. Ob. Cit.



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Alexander Kórdan Acosta R.

Economista. Magíster en Gerencia de Servicios Administrativos. Doctor en Ciencias Estratégicas para el Desarrollo. Profesor de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Instructor de Cooperativismo Comunitario.

 kordankovki@gmail.com

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