El comandante Chávez antes de morir, previendo lo que pasaría pidió elegir como candidato a Nicolás Maduro y al socialismo como su legado más importante, darle continuidad al proyecto socialista. Para muchos "maduristas" nerviosos (oportunistas de alma) les conviene reducir la petición de Chávez a un traspaso de poder personalista, al estilo adeco copeyano, "otro hombre otro estilo", otra oportunidad, una nueva, para maniobras en provecho propio. Y ésta llegó con Maduro, se olvidó el Plan de la Patria (se lo falsificó) y se avocaron a preparar el terreno para los negocios.
Muchos no pueden creer esto porque de hecho no son socialistas, los socialistas seguimos el camino de los ideales socialistas, no sospechamos de todos, no vemos en todo el mundo a un tramposo aprovechador de oportunidades, en todo un fracaso social; creemos en la gente en principio. Los que no creen en el hombre lo hacen porque no confían en ellos mismos, no se colocarían a sí mismo en un puesto donde haya mucho dinero por desconfianza; juzgan por su propia condición de ladrones; es más fácil que cambiar uno y cambiar la sociedad.
Pero los hechos, "el tiempo", habla por los prejuicios y los chismes. Hasta ahora se ha impuesto el prejuicio y el chisme dentro de los más apasionados jueces en contra a Rafael Ramírez pero el ex ministro cuenta con una vida pública, conocimiento y pruebas, de lo que adolecen sus detractores más entusiastas.
Quisimos subrayar dentro del largo texto de Ramírez de los Domingos, dos asuntos tratados ahí que nos parece necesario que los lectores los consideren para sus reflexiones. Dar continuidad al socialismo.
"Desde el inicio de este gobierno, el Presidente fue rodeado por un grupo extraño, además de su entorno íntimo, un grupo empresarial y político, que siempre estuvo allí, agazapado y que fueron actuando de manera persistente, convenciendo al Presidente que "él" debía tener su propio liderazgo, perfil, que "él" era el líder, el nuevo "jefe". Obviaron estos personajes que Nicolás Maduro llegó allí, por el Chavismo, porque Chávez lo pidió el 8 de diciembre, por una posibilidad de continuidad del gobierno de Chávez, de su política, de su Legado, para evitar el asalto de la derecha que se sentía victoriosa después del fallecimiento del Comandante.
Pero, el Comandante en su última alocución del 8 de diciembre, nunca dijo que cambiara a su gobierno, sus políticas, se trataba de poder asumir una nueva elección, si él no estuviese en condiciones de ejercer la Presidencia. Pero él no pensaba morir, siempre pensó estar allí, entre nosotros, creo que así lo entendimos todos, nadie pensó en el escenario de su desaparición física. Es en ese contexto que hay que entender el mensaje del 8 de diciembre.
No lo entendió así el nuevo Presidente, ni su papel, ni su responsabilidad. No entendió que no se trataba de sustituir a Chávez, sino de continuarlo. El pueblo nunca quiso cambiar a Chávez, lo perdimos en batalla. El nuevo Presidente se ha debido imponer él mismo la mayor rigurosidad y disciplina, para enfrentar y derrotar la tentación del poder, la ambición de los nuevos grupos, que tratarían de crear círculos de poder, de influencia, para hacer otro gobierno."
Y esta otra denuncia que a nosotros nos parece significativa y que contradice profundamente el discurso patriotero e independentista (soberanista) de Maduro. Denuncia Ramírez (y esto ha sucedido recientemente) que
"El gobierno, de manera secreta, ha tratado de establecer algún tipo de pacto con el imperio, pero éste quiere la entrega de todo. Emisarios especiales y ministros, han ido al norte a ofrecer acuerdos, se ofrecen oportunidades petroleras, contribuciones a la toma de posesión del Presidente, han hecho de todo. En Nueva York era conocido que dos ministros fueron a hablar con la Exxon Mobil a ofrecer arreglos, volver a la Faja Petrolífera, incluso explotar de conjunto las áreas limítrofes del país usurpadas por ellos de facto. Ni siquiera los recibió el presidente de la empresa. Las transnacionales lo quieren todo."
El "conjunto de las contradicciones" hacen "el todo" de la verdad que trata de disimular el gobierno. No podemos ver el bosque con una caja de comida o un pernil frente a las narices; si a esto le sumamos todos los prejuicios y resentimientos que cargamos contra alguien que no conocemos, tenemos como resultado más resentimientos y más prejuicios, y una sensibilidad especial por las patrañas y las calumnias. La mirada volcada sobre sí mismo, vanidad y mezquindad.
Para entender lo que pasa hay que relacionar hechos: cambio de ministros y salida de Ramírez de Venezuela; falsificación del Plan de la Patria; decretos leyes de la ZEE y del Plan de la Patria; reversión de los decretos de Chávez relativos a Gold Reserve y las empresas de servicios petroleros en el Lago; Las concesiones en el AMO; la empresa petrolera militar Camimpeg; la toma de PDVSA y el Ministerio de Petróleo por funcionarios de la Alcaldía de Caracas y del MINCI; ascenso vertiginoso de Delcy Rodríguez en cargos de poder; las "mesas de diálogos secretos" con empresarios y partidos de derecha. (más estos otros secretos), la liberación de precios, y las políticas de cambio, para conservar el dólar oficial barato facilitando el robo y la corrupción, el precio de la gasolina, el cual ha facilitado el contrabando hasta ahora: la conservación de la corrupción en democracia: burocracia gubernamental y empresarios ladrones.
Por último, hay que pensar el porqué del desmontaje del Estado burgués, pero no con la intención de desarrollar la democracia socialista ni mucho menos, sino de instaurar un esperpento de Asamblea Nacional Constituyente para gobernar ad infinitum manipulando, por encima de la Constitución y en contra de la Constitución de 1999, y aprobar las leyes entreguistas como la llamada "Ley Terminator", de la cual nadie habla, mientras hayan elecciones, "diplomacia de paz", "sanciones imperiales" y cacería de "terroristas": o sea, distracciones sensacionales.
28/01/2018
