Bien por el ministro Ramírez, que demuestra su calidad como dirigente comprometido y revolucionario, haciendo honor a la divisa “Ahora PDVSA es del pueblo”, dejando claro a algunos gerentes, que la industria petrolera está ahora al servicio del pueblo y la revolución, respaldando las políticas sociales que el presidente Chávez ha puesto en marcha para acabar con la desigualdad y la pobreza, por la justicia social.
El camarada Ramírez en su alocución, reivindicó lo que el presidente Chávez, desde que el paro petrolero fue derrotado, ha venido reiterando, que nunca más la industria petrolera volverá a estar en manos de los golpistas lacayos al servicio de élites vende patrias, entregadas al imperialismo.
Les recordó que en Venezuela hay una revolución en una lucha incesante y eterna contra los que se lucraron vergonzosamente con las riquezas de todos los venezolanos, sumiéndolos en la miseria y la injusticia. Nunca más esos parásitos, ellos si lo son, volverán a manejar nuestra industria.
Les recordó también a los nuevos gerentes que no podían olvidarse de lo que sucedió en Venezuela durante el paro petrolero y las consecuencias que para el pueblo representó, y que ellos que fueron nombrados para dirigir la nueva PDVSA, no debían bajar la guardia con actitudes contemplativas y contrarrevolucionarias, comentándole a los trabajadores cosas como, que el presidente exageraba con los ataques al Imperio. Es inaceptable, como inaceptable es que un gerente haya permitido que el avión de Rosales tomara tierra en Menegrande, como preparativo a una visita suya.
Esta intervención del ministro es oportuna porque la contrarrevolución se está moviendo tratando de presentar a una PDVSA dividida de cara a las elecciones por lo que es necesario fijar posiciones, como han hecho también sus trabajadores.
Es el momento de, mediante campaña publicitaria, salirle al paso a la oposición, que ya está haciendo uso de sus laboratorios mediáticos para atacar a PDVSA y al gobierno, recordar al pueblo quienes lo dejaron sin gas, sin gasolina, sin transporte, sin alimentos, sin navidad etc., en aquel nefasto diciembre de 2002.
Que sepan que la revolución está ojo avizor contra los movimientos divisionistas y desestabilizadores, que se bajen de esa nube los que trataron de hundir el país apoyando el paro, porque nunca volverán. Fueron despedidos por traidores y golpistas, adoradores de la meritocracia y explotadores para su propio beneficio de la riqueza de todos los venezolanos. ¡Bien ministro!
