La “desnacionalización”, las vacilaciones del gobierno y sus contradicciones

Quienes por su formación académica conocen del asunto económico- financiero opinan sobre lo que debe hacerse y no para cambiar el rumbo que llevamos, ese que pudiera conducir a lo que alguien llamó un "estado de anomia". Pero también median en el debate quienes parecieran no tener "méritos" académicos y esto está perfectamente justificado. En cosas de la política todo el mundo se cree- y es su derecho – facultado para emitir sus opiniones, aunque ellas, en un momento determinado, nada tengan que ver con el fondo del asunto que se debate y mezcle sus intereses y sentimientos personales con lo inherente al tema en sí. La economía, pese uno en veces crea eso, no compete sólo a los técnicos, pues se trata de algo muy complicado y hasta sofisticado, sus asuntos tocan a todo el mundo, hasta por el bolsillo y el estómago. Y cuando esto sucede, los sentimientos que se despiertan suelen ser hasta más agresivos que cuando estamos en lo que creemos el espacio de la política. Aunque en verdad, uno y otro resulta el mismo.

Lo cierto es que, después de leer a unos y otros, se saca como conclusión que el gobierno pareciera atrapado, como si lo hubiesen llevado hasta allá o él se dejó llevar con fines preestablecidos, para verse obligado a tomar medidas parecidas a las que habitualmente recomienda o "exige" el FMI.

Economistas y todo aquel se cree con pertinencia para proponer soluciones, han insistido en proponer al gobierno tome medidas de orden cambiario, sobre todo y particularmente en lo relativo al control del manejo de las divisas. Jesús Farías, personaje muy vinculado al gobierno, el domingo 8 de julio próximo pasado, aseguró que es "el control de cambio jugó un papel fundamental. Logramos crecer y estabilizar la economía, pero ya no da resultados". Puede acceder a esas declaraciones por el siguiente enlace:

http://talcualdigital.com/index.php/2018/07/09/para-el-constituyente-jesus-faria-el-control-de-cambio-ya-no-da-resultados/

Es más, en esa oportunidad, Farías agregó que: "la idea de eliminar el control cambiario se le ha propuesta en reiteradas oportunidades al Gobierno, por lo que criticó que no se tomen medidas realmente efectivas para sanear la economía y acabar con el mercado negro del dólar."

Con anterioridad, en mayo de este año, Hugo Cabezas, quien fue Ministro de Finanzas durante el gobierno del presidente Chávez y hasta no hace mucho alto dirigente del Psuv, hizo la misma solicitud de Farías, lo de levantar el control cambiario. Este enlace le permite comprobar lo aquí ha afirmado: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-44210514.

La coincidencia habida entre los mencionados, sin hacer alusión alguna a los tantos habitualmente ubicados en la oposición y hasta en la derecha, le lleva a uno a concluir que en el gobierno no hay coherencia sobre el particular. No sirve por supuesto decir que Cabezas "se volvió escuálido", pues Farías sigue ocupando los mismos espacios de antes.

Cabezas incluso llegó a advertir que las recientes medidas, esas que el gobierno llama "Programa de Recuperación Económica", no darían resultado alguno si no se desmontaba el control cambiario. Uno que nada sabe de economía, pero está en medio de los desastres que cunden en este espacio, se siente tentado de asegurar que Cabezas acertó. La inflación o híper inflación siguió su curso, "como si esas medidas no tuvieran nada que ver con ella".

La posición gubernamental al respecto, partidaria de mantener el control cambiario, coherente con lo que se viene sosteniendo desde Chávez, difiere de la expresada por lo menos por Farías. Este, en una oportunidad recordó que la opción del control no es inherente a la izquierda y recordó, como antes, los gobiernos del Puntofijismo apelaron a esa medida para evitar la "fuga de divisas". Por nuestra parte, creemos necesario recordar aquello que se llamó el "viernes negro"; la abrupta devaluación y control cambiario aplicados por Luis Herrera para evitar la fuga de una divisa a muy bajo precio.

Pero las disputas en el gobierno, en lo concerniente al tema económico, no terminan allí, ni tampoco se quedan en lo que uno, inexperto, poco conocedor del tema económico y sin suficiente información, pudiera seguir recogiendo en este trabajo.

Elías Jaua, acaba de publicar un trabajo en Aporrea, titulado "Producir Sí, desnacionalizar NO", en el cual advierte "los últimos días hemos visto el inicio de una campaña parecida en importantes medios impresos y en redes sociales. No hay duda que algunos sectores parecen interesados en abrir el debate sobre la privatización, con el fin de ponerle las manos a los activos que son de todos los venezolanos y venezolanas."

Esta afirmación de Jaua, hecha ahora, y hablando de un asunto como si fuese nuevo o inesperado, le lleva a uno a recordar aquel impase entre el mismo personaje y Eulogio Delpino, recién nombrado éste Presidente de PDVSA, quien habló de contratar lo relativo al mantenimiento en ciertas áreas del lago de Maracaibo con pequeños empresarios. Esa vez, como ahora, Jaua salió en defensa de lo que cree debe mantenerse inalterable. Y esto es, según creo y lo que logro desentrañar de su discurso, se trata de sostener el principio de privatización, tanto como que lo ya está privatizado así se quede, sin entrar en consideraciones de su importancia estratégica, peso y volumen.

Lo que no creo es que esa advertencia del ex ministro de Educación, esté dirigida a factores ajenos al gobierno, pese hable de una "campaña en importante medios y redes sociales", como dar la sensación que es un planteamiento reciente y desde fuera. Las aspiraciones del capital privado de participar en las empresas rentables del Estado, como las del área petrolera, son de vieja data, tanto que están en sus genes. Más bien, Jaua se estaría refiriendo a manifestaciones concretas dentro del gobierno venezolano. En las relaciones de éste con China y Rusia y hasta algunas empresas estadounidenses, sobre todo en lo que tiene que ver con la industria petrolera, hay evidentes manifestaciones que, algo de eso que teme Jaua, pueda darse. Y no nos estamos refiriendo sólo a la posibilidad de vender Citgo, lo que Carlos Mendoza Potellá considera inviable y no conveniente para el país. Más bien estamos pensando en la concesión de mayor participación de empresas de aquellos países en las empresas que operan en la Faja del Orinoco. Según se ha dicho, el empréstito que China está considerando aprobar a favor de Venezuela, sobre el cual se habla de un adelanto perentorio de 5 mil millones de dólares para elevar la producción petrolera, pudiera estar condicionado a una mayor participación accionaria de China en las empresas mixtas, en las que hasta ahora, Venezuela ha conservado la mayoría.

Llama la atención, como mientras Cuba, pareciera estar en un proceso a la inversa, en el cual el capital privado gana espacios para invertir, aunque sea en áreas de poco peso, en Venezuela, factores que se han manifestado muy cercanos al proyecto cubano, por lo menos hasta hace poco, se expresan en contrario a lo que se hace en la isla. Es decir, la posición de Jaua, de no ceder en cuanto a no privatizar lo que ya está estatizado, no parece coincidir con lo que ahora hacen los cubanos. Pero ese no es el problema fundamental, sino que Jaua está advirtiendo al gobierno no privatice, sobre todo porque es éste quien puede hacerlo y no "los sectores interesados en abrir el debate sobre la privatización". A menos, que esos "sectores interesados", los que sugiere Jaua, estén como pudiera ser, por distintas razones, dentro del gobierno.

Entonces, este asunto de la privatización y la posición contraria, la que defiende Jaua, mantener lo estatizado a todo costo, conllevan otra contradicción en materia económica dentro de quienes gobiernan.

En el mismo artículo que estamos comentando Jaua llama a un "Necesario balance del proceso de las llamadas alianzas estratégicas iniciado en el año 2016, donde se transfirió la gestión de un número indeterminado de empresas estatales a sectores privados." Lo que confirma la existencia de esa contradicción o diferencia.

Pero al decir, "No es cierto que dichas empresas estén dirigidas, en la actualidad, por sus trabajadores", está revelando otra diferencia. Pues a su parecer, es lo que uno concluye de esa afirmación, se manifiesta inconforme con ese estado de cosas. De esto, creemos necesario precise si se está pronunciando a favor de la socialización de esas empresas, porque pudiera ser que ponerlas bajo la "dirección de los trabajadores", no signifique lo mismo. La precisión de este asunto pudiera dar lugar a la identificación de otra diferencia o contradicción.

Para terminar y enlazar con el principio, ¿no estará el gobierno ganado para privatizar – eso debe saberlo Jaua – justamente por haberse dejado entrampar y por eso, en buena medida, proceder como si procediese conforme a las exigencias del FMI?



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Eligio Damas

Militante de la izquierda de toda la vida. Nunca ha sido candidato a nada y menos ser llevado a tribunal alguno. Libre para opinar, sin tapaojos ni ataduras. Maestro de escuela de los de abajo.

 damas.eligio@gmail.com      @elidamas

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