De acuerdo a "Favenpa.org", el parque automotor Venezolano fluctúo entre 1999 y 2008, entre un máximo de 10.6 millones de vehículos, a un mínimo de 5.4 millones. Un trabajo posterior de "Cedice.org" sugiere que para 2018 la masa vehicular total del país proseguía su descenso hacia 4.1 millones. Del total de dicha población vehicular, aproximadamente 3/4 de la misma corresponde a vehículos particulares y de estos, el 93% son motores activados por gasolina. Siguiendo esa misma progresión, la proyección para 2020 ubicaría la cantidad total de vehículos en el país en el entorno de los 3.8 millones, de los cuales cerca del 55% estaría verdaderamente operativo. Es decir, en Venezuela el volumen de vehículos particulares operativos alimentados a gasolina actualmente podría estar entre 1.470.000 y 1.500.000.
CONTRABANDO Vs. NEGOCIO:
Refiriéndonos netamente a vehículos particulares impulsados a gasolina, tomando la distribución por estado prevaleciente para 2008 y proyectando dicho escenario para 2020, se tiene que cerca del 80% de la masa vehicular se localiza en 7 entidades; a saber: Distrito Capital, Miranda, Zulia, Carabobo, Aragua, Lara y Táchira. Al tomar como referencia los estados de los dos primeros cordones fronterizos además de Nueva Esparta, (incluye Zulia, Táchira, Bolívar, Mérida, Falcón, Trujillo, Barinas, Apure, DA y Amazonas), el numero de vehículos distribuidos en dichos estados en comparación con la masa total nación suma 305.087, representando el 26.3% del total
Asignando un volumen arbitrario-promedio-diario de consumo por vehiculo de 10 litros por día bajo condiciones pre-pandemia, el volumen diario de consumo total nación de gasolina rondaría los 93.000 BPD con la masa vehicular vigente @ 2020, comparado contra unos 101.000 BPD durante 2018, 135.000 BPD en 2008 y 260.000 BPD en el entorno de 1999. Es decir, el consumo interno de gasolina vehicular ha ido consistentemente cediendo, a medida que se ha ido también deteriorando el parque automotor domestico. El diferencial entre el pico histórico de consumo de 1999 y el nivel actual 2020, debería en consecuencia constituir un excedente de disponibilidad de 167.000 BPD de gasolina. Pero no ha sido así y por el contrario, se ha agudizado la situación de escasez plena que actualmente se vive en ese país.
Las causas son bien conocidas y están conformadas por la combinación del persistente contrabando de extracción, de la destrucción de los activos de producción de PDVSA iniciada en 2007, del deterioro de la infraestructura de procesamiento y refinación agravada con el accidente de Amuay de 2012 y del creciente efecto de las sanciones iniciadas a partir de 2015.
El cuadro siguiente presenta la distribución de estaciones de servicio, el porcentaje del total de vehículos representados por área y el número de despachos de gasolina para la primera semana de Diciembre’2017. Estas cifras constituyen una muestra puntual; aleatoria y habría que examinar su consistencia en el tiempo:
En cuanto a la relación de distribución de masa vehicular, con el número de estaciones de servicio existente, no encontramos ninguna señal extraña, ni discrepancias entre las cifras reportadas, ya que al superponerlas entre si se observa total correspondencia entre ellas. Sin embargo al examinar en detalle los despachos se percibe que en dos de las 6 regiones; específicamente Occidente y Guayana, el número de despachos real excede el promedio para dicho periodo, indicando un elevado sobre-consumo en dichas regiones incluso superior al de áreas de mayor densidad como Metro y Centro. Los estados de Occidente y Guayana poseen una densidad vehicular operativa menor en comparación con Metro y Centro de alrededor del 20% y 4% respectivamente.
Créalo o no, el contrabando de extracción hacia los países vecinos y particularmente Colombia y Guayana, constituyen un grueso eslabón en la cadena del problema de escasez de gasolina que hoy sufre Venezuela.
De acuerdo a un trabajo de investigación publicado en el diario El País durante 2017, el [https://www.elpais.com.co/especiales/venezuela-crimen-sin-frontera/en-el-corazon-del-contrabando] volumen de gasolina representado en contrabando de extracción solo hacia colombia era de cerca de 70.000 BPD. Dicha cifra representaba un desangre diario para Venezuela cercano a los $10.000.000 al precio internacional de entonces. Es decir, según el diario El País se fugaba gasolina por la frontera occidental de Venezuela en un volumen diario equivalente a cerca del 70% del consumo nacional 2017.
Como pudo ser ello posible sin que haya sido notado por las autoridades nacionales?
DETENER EL CONTRABANDO ES ACABAR CON LA ESCASEZ:
En trabajo anterior [https://www.aporrea.org/energia/a289297.html] expresamos que aquellas propuestas sustentadas en la importación, no son soluciones sino simples paliativos que no añaden valor de mediano y largo plazo. Expresamos que toda propuesta que profundice las importaciones es por ende; transitoria, no sostenible e inviable; bien política, bien financiera, bien estratégicamente. En contraposición propusimos una alternativa sustentable, viable y factible, tanto financiera como operacionalmente basada en el uso del gas natural iniciando por las dos franjas de estados fronterizos.
Como puede verse en la figura anterior y basados en cifras proyectadas 2008/2018, el 80% de la masa vehicular concentrada en esos estados fronterizos representa unos 305.000 vehículos particulares a gasolina, que consumen cerca de 19.200 BPD de gasolina; es decir un 21% del consumo total nacional, que bien podrían atender la escasez puertas adentro o bien podrían ser liberados a precio internacional una vez hecho disponible el gas vehicular.
Tomando en cuenta dicha masa vehicular en la señalada franja de estados fronterizos, se requerirían alrededor de $400 millones para convertir a gas el 80% de los vehículos operativos particulares a gasolina allí contenidos. Dicho costo de conversión es equivalente a unos 55 días de contrabando de extracción ó 42 días de importación de gasolina. Con dicha acción el país ahorraría al año, aparte del costo de los 70.000 BPD de contrabando de extracción, el costo equivalente a unos 21.000 BPD en importación; algo así como unos $2.700 millones.
Es conocido que la infraestructura de almacenamiento y venta al detal del gas vehicular, esta disponible en todos los estados, más no sabríamos decir si en todas las ciudades. Habría que satisfacer la revisión de integridad mecánica, hidráulica y operativa de los mismos, así como el apego la normativa de SHA, además de inventariar los puntos de distribución, realmente operativos y faltantes. El transporte del gas hacia los centros de distribución y consumo puede ser compartido entre gasoductos existentes y camiones presurizados especialmente diseñados para tal efecto.
En cuanto a la disponibilidad y transporte del gas, Venezuela aun en las condiciones actuales produce suficiente gas para atender dicha demanda. La producción actual de gas natural asociado y no asociado de Venezuela ronda los 3.400 a 3.800 millones de pie cúbicos día (MMPCD), además de un volumen estimado entre 1.500 y 2.000 MMPCD de gas de baja, recuperable, que aunque necesario es desperdiciado, injustificadamente venteado, quemado o simplemente arrojado a la atmosfera.
Para dar una idea del consumo típico en gas vehicular, en todo los Estados Unidos el consumo de gas natural vehicular promedio en 2019 fue de unos 4.300 MMPC por mes; es decir unos 140 MMPC por día, con una flota vehicular [https://www.eia.gov/dnav/ng/hist/n3025us2m.htm] impulsada con gas natural estimada en 180.000 vehículos, con lo cual el consumo típico por vehiculo impulsado a gas natural, se ubica en un valor cercano a 800 pie cúbicos por día (PCD). Con ello por delante, la flota automotor de los dos primeros cordones de estados fronterizos de 305.000 vehículos, apenas representaría una necesidad total de tan solo 240 MMPCD que bien pudiera ser suplida desde los distintos activos de producción y procesamiento de nuestro país.
Al costo de producción que PDVSA le reconoce a sus activos de producción de cerca de 0.92 $/MPC, ese gas consumido representaría en esencia un costo para la industria del orden de $220.000 por día, comparado contra el costo que le representa al estado adquirir dicha gasolina en el mercado internacional en un valor cercano a $2.000.000 por día, representando un ahorro relativo en exceso a los $600 millones anuales. Cualquier país ante la posibilidad cierta de tener tal opción a la mano, habría ejecutado dicho proyecto hace décadas. Pero en Venezuela por el contrario a nadie parece importarle. Qué ha detenido a los gobiernos?