Actualmente en Venezuela diariamente se quema y tira a la atmosfera un volumen de gas de baja presión cercano a 1,600 MMPCD, mayoritariamente debido al desinfle (destrucción) de yacimientos maduros. Si en el país se hubiera mantenido el mismo nivel de desarrollo y consumo de la primera década de 2000, el déficit de gas sería muy similar a la producción misma, estimada en el entorno de 3,300 MMPCD. La diferencia es que entre 2003-2016 la producción de gas nación promedió unos 7,200 MMPCD.
Durante la militarización, la politización y las sanciones sobre PDVSA luego de 11’2017, se dejó de producir el 54% del gas. Es por ello que día tras día, la escasez de dicho fluido se hace sentir en hogares, comercio e industria, a pesar de que el nivel de industrialización es hoy prácticamente imperceptible en una Venezuela severamente diezmada.
Un crimen contra nuestra nación
Durante la semana pasada [Eni y Repsol detrás de un proyecto de captura de metano (bancaynegocios.com)] surgió la noticia, sobre algunas conversaciones que adelanta Venezuela y PDVSA, para activar un proyecto de $1,500 millones cuya intención aparente es la "captura de emisiones de gas metano de pozos inactivos".
Un titular engañoso dado que en realidad van detrás del desinfle del gas asociado a la producción de petróleo. Según la nota de prensa el objetivo sería exportar dicho gas hacia Europa vía Trinidad en forma de LNG (liquefied natural gas) con el apoyo de Eni, Repsol y Maurell & Prom.
Lo que se plantea detrás del engañoso titular es un verdadero crimen contra nuestra nación. El proyecto es una versión distinta al proyecto original de envío de gas hacia Trinidad desde el campo Dragon hasta Hibiscus, planteado desde tiempos de Del Pino, Quevedo, Martínez y Tareck/Asdrúbal. Desde 2013 dicha isla ha venido enfrentando un déficit creciente de gas necesario para cubrir la alimentación de su planta de licuefacción Atlantic LNG en al menos uno de los 4-trenes que posee y donde no solo Shell es socia, sino que, además, parte del LNG es enviado a clientes de Repsol en la costa este de EEUU.
El objetivo del proyecto inicial era arrancar con un suministro de 150 MMPCD para luego estabilizar en alrededor de 500 MMPCD más allá de 2020. Hoy Trinidad enfrenta un deterioro aún más severo de su producción gasífera que ha impactado su capacidad de exportación de LNG.
Sin embargo, esta nueva propuesta que casualmente surge en medio de la última visita de la vicepresidente D. Rodríguez a Europa tiene una connotación muy distinta. El planteamiento actual del gobierno Venezolano y PDVSA, de tomar el gas de pozos inactivos para enviarlos como LNG a Europa vía Trinidad, tiene una connotación muy distinta que involucra el potencial de originar un inmenso daño patrimonial a nuestra nación, no solo a través de la destrucción de nuestros yacimientos, sino a través de la pérdida de valor de nuestros recursos.
Se estima que PDVSA posee unos 4,000 a 4,500 pozos activos en la actualidad, con unos 14,500 pozos inactivos. El total de pozos abandonados a lo largo de la historia petrolera y gasífera del país es realmente desconocido, sin embargo, la cifra podría superar los 50,000 pozos perforados, desde que en 1914 se completara el pozo Zumaque-1. Es decir, un total de pozos abandonados que pudiera estar más allá de los 30,000. La fuga de gases ocurre mayoritariamente en estos pozos abandonados donde la cementación ha perdido integridad, mientras que los pozos inactivos pueden ser sometidos a reparación/reacondicionamiento para ser luego producidos. Unos de los mayores emisores de metano a la atmosfera son precisamente Estados Unidos, Canadá y Europa [U.S. and Canada underestimating climate risk from abandoned oil and gas wells -study | Reuters] a través de precisamente los pozos abandonados.
Según la noticia publicada en los medios, se plantea recolectar el gas de pozos productores de petróleo que se encuentran en estado inactivo. Es decir, pozos pertenecientes a yacimientos que aun poseen reservas remanentes de crudo, que esperan aun por ser desarrolladas y producidas. Pozos que pueden ser reparados/reacondicionados y que aún poseen la capacidad para producir de forma rentable y añadir mucho mayor valor a la nación.
La propuesta de las transnacionales en pocas palabras es, que PDVSA les entregue nuestros yacimientos para destruirlos y quedarse con nuestro gas para enviarlo a Trinidad, cubrir el déficit de Atlantic LNG y enviar el resto a precio de gallina flaca prácticamente regalado a Europa, dejando atrás; en nuestros campos y yacimientos, ingentes volúmenes de crudo de mucho mayor valor sin producir.
El crimen contra nuestro patrimonio originado por dicha descabellada propuesta seria de grandes dimensiones, al extraer un gas que junto a otros mecanismos sirve de energía vital para que dichos yacimientos puedan producir el petróleo que aun contienen. Son pozos inactivos; no abandonados. Son yacimientos de mucho valor que aún esperan por ser explotados para producir petróleo, ese petróleo que se quedaría atrás sin poder ser producido al extraerle la energía (gas asociado) que aun poseen, o que, en el mejor de los casos, requerirían; luego de serle extraído ese gas (desinfle), de una inversión muy superior al valor mismo del gas extraído, para poder ponerlos de nuevo a producir por recuperación secundaria. Mientras en los países donde la industria es operada responsablemente con criterio de excelencia, es práctica común en yacimientos maduros de petróleo, inyectar fluido para elevar su nivel energético y facilitar la producción del crudo remanente, en la PDVSA irresponsable de hoy, proponen extraer el gas asociado dejándolos sin la energía necesaria para producir un petróleo de mucho mayor valor. Ellos apuntan hacia los yacimientos de crudo liviano, mediano y condensado, de mucho mayor contenido unitario de gas.
Es un acto criminal de desinfle prematuro lo que proponen las transnacionales, PDVSA, el ministerio de petróleo y el gobierno mismo; que antes, cuando había separación entre la industria y el Menpet, estaba expresamente prohibido.
La revolcada financiera que los potenciales socios transnacionales "ensamblan" en contra de Venezuela y PDVSA es de grandes dimensiones. Dado que la transacción del gas se efectúa en Venezuela, muy probablemente el precio del gas tendrá como referencia el Henry Hub Golfo de México [HHGOM]. Pretenden exportar un gas que apenas se cotiza en $2.6 por cada mil pies cúbicos (MPC), para dejar de producir y vender un barril de crudo cuyo valor ronda $80.
Un barril equivalente se determina por su poder calorífico en U$ por cada MMBTU; sin embargo, se puede aproximar a efectos prácticos hacia un valor de 5.8 MPC por cada barril equivalente (BOE) de petróleo. Las transnacionales, el gobierno y la misma PDVSA proponen dejar de producir y vender un barril de petróleo a $80, para vender un barril equivalente de gas a las transnacionales españolas y Trinidad por $15.6, además de destruir nuestros yacimientos y dejar perder las reservas de crudo que aun contienen. Una perdida incalculable para la nación. La PDVSA del novato militar de 3-½ años de experiencia estaría vendiendo nuestro petróleo aproximadamente a 20% del valor real; 1/5 de su valor. Esta aberración hay que detenerla ya.
Tanto el gobierno actual y PDVSA, como los gobiernos europeos interesados en nuestro gas, se intentan esconder detrás del cambio climático al decir medias verdades. Expresan que "El metano es un gas de efecto invernadero, unas 80 veces más potente que el CO₂ en un periodo de 20 años". Ciertamente el metano posee un mayor potencial de almacenamiento-retención de calor (mayor global warming potential; GWP) que el CO2. Sin embargo, lo que no dicen es que se difunde (dispersa) más rápidamente al ser liberado a la atmosfera.
Mientras el CO2 puede durar en la atmosfera hasta miles de años transfiriendo calor al sistema-bioma, el metano se dispersa en cuestión de una década (entre 10 a 12 años). Pero no solo eso, sino que del total de emisiones de gases invernadero mundial, el CO2 representa más del 77%, mientras el metano un 15%. Es un doble discurso lleno de contradicciones e irregularidades técnicas y financieras. Mientras los europeos intentan justificar la esencia del cambio climático, ponen sus manos sobre el gas natural como fuente de energía primaria, para producir de vuelta mayor volumen de CO2 desde sus industrias, procesos, hogares, estructuras, y termoeléctricas.
¿Uno se pregunta como ciudadano, si estas cosas suceden por ignorancia o por complicidad?
¿Uno duda sobre cuál es el interés real del gobierno, de los políticos y militares que gozan por ahora del poder; duda si será saquear la nación, destruir el futuro de nuestras familias y entregar el país a pedazos para garantizar su subsistencia, o procurar el bienestar de Venezuela y los Venezolanos?
El proyecto de captura de metano de pozos productores de petróleo en estado inactivo es una aberración financiera, técnica y estratégica, una catástrofe nacional en potencia que debe ser detenida de inmediato. Hay que ponerle un alto al desmembramiento y la destrucción de Venezuela.