Innegablemente la corrupción es un germen que destruye individuos, familias, sociedades, instituciones, corporaciones y países enteros. Nuestro país no ha escapado de ello; por el contrario, la corrupción ha venido acelerando su paso.
Lo más desafortunado es que, opuesto a lo que se espera de una sociedad alineada con el mejor interés nacional, en donde todos deberían estar en la obligación de unirse para erradicarlo indistintamente del tinto político e individualidad, en Venezuela es usual que muchos aun ante la presencia de un hecho consumado, público y notorio, por el contrario, lo defienden como un asunto personal o de interés grupal o partidista.
Es decir, para algunos la corrupción es buena, aceptable, o puede dejarse pasar, siempre y cuando provenga de un grupo o individualidad afín y con el cual se sientan identificado. Al parecer, no es la patria o el interés de la nación lo que para ellos prevalece, sino lo personal, lo partidista y lo político.
En el caso específico de PDVSA la presencia de la corrupción no es distinta. No pretendemos decir que es un mal reciente; claro que no. Poco tiempo después de la nacionalización/estatización la corrupción afloró con el caso de los Petro espías, el robo de cargamentos de crudo desde Bajo Grande, el uso desmedido de los dineros de la industria para provecho personal, abuso del dinero del fondo de ahorro en Maraven y múltiples otros casos de robo de los bienes de la nación y así lo hemos señalado en su momento [PDVSA: Entre la Mitocracia y la Destrucción - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org)].
Pero sin duda fue a partir de 1994-95 con la entrada de L. Giusti cuando la corrupción se visibilizó más abiertamente. Algunos aludirán que antes a diferencia de ahora no existían las redes sociales y por ende había cierta cortina mediática que impedía que el país se enterara. Pero nosotros conocemos el "monstro" desde adentro y desde apenas se nacionaliza la industria.
Múltiples casos de corrupción arropan al hoy venido a menos y cabecilla del golpe terrorista de 2002; L. Giusti, luego de su salida de PDVSA:
Nadie nos va a venir a echar cuentos, ni a llamarnos escuálido. Fuimos uno de los llamados en Diciembre’2002 por el difunto N. Martínez, para defender la industria luego del sabotaje terrorista de 2002. Estando en México para entonces percibiendo un jugoso salario en divisas, no dudamos en atender el llamado del deber patrio. Pero ello no nos impide desconocer que a partir de 2007-08 esa gesta cambió su origen y su naturaleza para convertirse en un creciente asalto a los bienes de todos. Dejamos la industria.
Mientras en los tiempos de la mitocracia la corrupción era un hecho poco usual, a partir de 2007-08 con R. Ramírez, luego con E. Del Pino, la corrupción comenzó a tomar cuerpo tornándose en depravación [ PDVSA: Las mentiras de Ramírez - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org) ]. Hoy muchos están presos, mientras que otros son millonarios y andan libres. El país y el pobre son los que terminan pagando las consecuencias.
Gustavo Coronel un ávido analista quien formó parte de la primera directiva de PDVSA y conocedor a profundidad de la industria petrolera ha precisado múltiples casos de corrupción en tiempos de Ramírez y Del Pino y más adelante [ Expediente completo: Las irregularidades y delitos desde el Aban Pearl al barco fantasma de PDVSA - Diario16plus ].
Irrebatiblemente luego de 2017 con la llegada de M. Quevedo, el descontrol y la anarquía se apoderaron de la industria petrolera. La pérdida de cerca de alrededor de 1,100,000 BPD de producción y el alza indiscriminada en las importaciones de cerca del 300% [ Quevedo; Dos Años de Severa Destrucción de PDVSA - Por: Einstein Millán Arcia @EinsteinMillan (aporrea.org) ] no aparecen por casualidad.
Múltiples denuncias de la pluma de Maibort Petit; entre otros, aparecieron sobre la gestión del general [ Maibort Petit on X: "#PDVSA, piratería y corrupción: Cuando Manuel Quevedo era el presidente de #PDVSA "cuadró unos negocios" con la empresa Akrom, propietaria de 19 cargueros. A través de #TIPCO se pagaban los barcos sin especificar los datos en las facturas. #TIPCO recibía el dinero de #PDVSA. https://t.co/jpUJUAbLnh" / X (twitter.com) ], que aún no han sido respondidas [ Maibort Petit on X: "#21Feb #corrupción Trabajadores petroleros acusan a Manuel Quevedo y Fernando De Quintal de robo descomunal en #PDVSA https://t.co/bb3aw2ki1x https://t.co/7ifIIBBv7I" / X (twitter.com) ].
Hoy nada ha mejorado; por el contrario, las cosas han empeorado. Hay que reconocer que la corrupción ha hecho metástasis en la estructura intrínseca de la nuestra industria petrolera, hasta el punto de haberse convertido prácticamente en algo usual y defendido incluso desde adentro mismo de PDVSA. Algo inimaginable.
La presencia de la corrupción en PDVSA se ha visto fortalecida por leyes inconsultas, inconvenientes y riesgosas como la "Ley Antibloqueo". La misma ley que permitió al hoy caído en desgracia; el otrora prócer del madurismo, el sirio libanes tareck aissami, quien aparece señalado junto a un nutrido grupo de adentro y de afuera de la industria como responsable directo del desfalco de al menos y que se sepa de $23,000 millones [ Detuvieron a Tareck El Aissami, Samark López y Simón Zerpa por el caso de corrupción en Pdvsa (caraotadigital.net) ].
Y no se trata de que la tinta y la letra de la ley antibloqueo sea mala o buena. Lo peligroso de dicha ley es la discrecionalidad que otorga, particularmente cuando quien la utiliza desconoce su función y no tiene caudal de conocimiento en la materia y además cuando las instituciones no "bailan al son de esa misma tinta y de esa misma letra". Caso del negocio petrolero; caso de PDVSA, son un gran ejemplo de una ley fallida y mal entendida en su uso y aplicación.
El domingo en Venezuela aparece otra noticia sobre la misma saga purulenta de corrupción que ha invadido PDVSA en donde son detenidos [ Detienen a cuatro exviceministros venezolanos por presuntos vínculos con la organización criminal de El Aissami (semana.com) ] cuatro individuos; tres de ellos exdirectivos que ocuparon cargos de vicepresidentes: Oswaldo Pérez Cuevas en finanzas, Juan Santana en gas y Erick Jacinto Pérez en exploración y producción. Algunas de estas personas luego pasaron al Menpet como viceministros. El cuarto individuo Xavier Leon Anchustegui, quien provenía del ministerio de finanzas.
Ciertamente la corrupción no proviene de todos los empleados de PDVSA. Allí hay gente honesta, trabajadora, deseosa de servir; que genuinamente le duelen la industria y el país. Imposible desconocerlo. Esa es la porción valiosa de nuestra industria petrolera que hay que conservar; que debe permanecer.
Pero a juzgar por los numerosos detenidos en el más reciente caso del "criptogate", la corrupción que estamos evidenciando proviene de una nutrida porción de los que manejan el poder, de los de arriba, de los que tienen nivel de autoridad y decisión.
La "clase trabajadora" como la denominan esos que si tienen el poder en la mano constituye el grueso de la fuerza hombre de PDVSA. Ellos no manejan el poder, no poseen nivel de aprobación y por ende no tienen acceso directo a la asignación de contratos, a aprovechamiento indebido, ni al dinero mal habido.
Siendo así, lo más triste es que esa galopante corrupción es desconocida y esquivada desde adentro mismo por algunos desde esa misma "clase trabajadora", cuando son ellos los llamados a permanecer vigilantes para proteger los bienes de todos. No son bienes de un partido político, ni del gobierno; son los bienes de la nación, los bienes de la generación actual y por venir los que están llamados a proteger.
Por Venezuela les pedimos que seamos más patriotas, más éticos, más probos y nacionalistas. Seamos menos partidistas, menos fanáticos y proselitistas. La subsistencia de la patria lo exige.