Cuando un ciudadano ha logrado el privilegio de haber sido revestido de cualquier forma de mandato, por voluntad de sus conciudadanos electores o por designación debe saber que lo ha sido, para servir honesta y fiel mente y de ninguna manera para hacer todo lo contrario. Es decir, el funcionariado por elección o por designación, no debe ni puede valerse de esa condición para realizar actos que vayan en su beneficio particular o grupal, por que de ser así, estaría cayendo en actos contrarios a la ética que todo ser humano revestido de autoridad debe mantener.
Ello lo debemos aprender de la rectitud que nos legó el sabio libertador Simón Bolívar, quien en su apasionante vida pública, nunca mezcló su posición de líder de una causa tan digna como es la libertad de los pueblos, con los negocios particulares; su claridad meridiana de lo que significaba tener bajo su mando el poder de las nacientes república no le hicieron perder su compostura de acompañar la palabra con los hechos; por eso siempre rechazó y recomendó que su gobierno y quienes les acompañaban se metieran en negocios particulares, mientras ejercieran funciones de gobierno. Así se lo hizo saber en varias oportunidades al propio Francisco de Paula Santander, cuando le respondió lo siguiente:-“He visto la carta de usted. En que me propone sea yo el protector de la compañía que se va establecer para la comunicación de los dos mares por el Istmo; después de haber meditado mucho cuanto usted me dice, me ha parecido inconveniente no solo no tomar parte en el asunto, sino que me adelanto a aconsejarle que no intervenga usted, y yo, que hemos estado y estamos a la cabeza del gobierno, nos mezclemos en proyectos puramente especulativos, y nuestros enemigos, particularmente los de usted; que están más inmediatos, darían una mala interpretación a lo que no encierra más que el bien y la prosperidad del país. Ésta es mi opinión con respecto a lo que usted debe hacer, y, por mi parte, estoy bien resuelto a no mezclarme en este negocio, ni en ninguno otro que tenga un carácter comercial”
En verdad es inaceptable que cualquiera sea la posición de gerencia o mandato que tengan quienes ejercen funciones públicas, se vayan a valer de éllo, para favorecerse y capitalizar sus peculios personales o de grupos establecidos; ya que los pueblos cuando eligen y por lo tanto dan la facultad para designar niveles de funcionariados, no está dando patente de Corzo, para que desde allí se realicen actos que riñen con la moral que debe mantener toda aquella persona a la que el pueblo le ha dado la confianza de administrar y cuidar la hacienda pública, que no sólo esta referida a la nación, sino a los estados y municipios de la República.
Por eso es inconcebible que funcionarios de la administración pública, de la noche a la mañana exhiban riquezas o modos de vida que no se compadecen con los ingresos que perciben por el trabajo que ejercen; ya que como rezar el dicho:-“no se ve la mano que saca, pero sí la que gasta”. Situación inaceptable o cuadro terrible que históricamente le ha hecho mucho daño a la actividad política en todos sus niveles, razón tiene Bolívar, cuando señala:-“La hacienda pública, no es de quien os gobierna. Todos los depositarios de vuestros intereses deben demostrar el uso que han hecho de ellos”.
Aquellas personas que estén pensando hacer de la política y muy particularmente de la gerencia gubernamental su actividad comercial, les recomiendo que más bien debieran quedarse en la actividad privada donde seguramente serán exitosos, y así no dañarán su reputación y la de los suyos.
De Bolívar se debe aprender, que siendo de cuna rica, no uso el poder político para enriquecerse, y por el contrario sabemos que murió sin riqueza material alguna, lo cual no le quitó la grandeza y gloria que le acobija en la historia universal para y por siempre.
(*) Delegado del Congreso del PSUV.
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