L. S. Vigotski [1]
La psicología científica ha establecido como su tesis básica el hecho que el tipo humano moderno es un producto de dos líneas evolutivas. Por un lado, este tipo moderno de ser humano se desarrolló en un largo proceso de evolución biológica a partir del cual surgió la especie biológica homo sapiens, con todas sus características inherentes desde el punto de vista de la estructura del cuerpo, las funciones de varios órganos y ciertos tipos de reflejos y actividad instintiva, los cuales se han hecho hereditariamente fijos y pasan de generación en generación.
Pero, junto al comienzo de la vida humana social e histórica y los cambios fundamentales en las condiciones a las cuales ésta ha tenido que adaptarse, el verdadero carácter del curso subsecuente de la evolución humana también cambió radicalmente. En la medida en que uno es capaz de juzgar sobre la base del material real disponible, el cual ha sido obtenido principalmente comparando tipos biológicos de pueblos primitivos, en la etapas más primitivas de su desarrollo cultural, con representantes de las razas más avanzadas culturalmente [2]; en la medida que esta cuestión puede ser resuelta por la teoría psicológica contemporánea, hay fuertes razones para suponer que el tipo biológico humano ha cambiado extraordinariamente poco durante el curso del desarrollo histórico del hombre. Esto no significa, claro está, que la evolución biológica se ha detenido y que la especie "hombre" es una cantidad estable, constante, inmodificable, sino más bien que las leyes básicas y el factor esencial que dirigen el proceso de la evolución biológica se han retirado al fondo y se han desvanecido completamente o se han convertido en una parte reducida o sub-dominante de las nuevas y más complejas leyes que gobiernan el desarrollo humano social.
Realmente, la lucha por la existencia y la selección natural, las dos fuerzas impulsoras de la evolución biológica dentro del mundo animal, perdieron su importancia decisiva tan pronto como pasamos al desarrollo histórico del hombre. Nuevas leyes, que regulan el curso de la historia humana que incluye el proceso entero del desarrollo mental y material de la sociedad humana, ahora toman su lugar.
Como un individuo sólo existe como un ser social, como miembro de algún grupo social dentro de cuyo contexto sigue el camino de su desarrollo histórico, la composición de su personalidad y la estructura de su conducta resulta ser una cantidad que es dependiente de la evolución social y cuyos principales aspectos están determinados por esta última. Ya en las sociedades primitivas, las cuales están apenas dando los primeros pasos a lo largo del camino de su desarrollo histórico, la entera constitución psicológica de los individuos puede verse que depende directamente del desarrollo de la tecnología, del grado de desarrollo de las fuerzas de producción y de la estructura del grupo social al cual el individuo pertenece. La investigación en el campo de la psicología étnica (o etno-psicología) ha proporcionado prueba incuestionable de que ambos factores, cuya interdependencia intrínseca ha sido establecida por la teoría del materialismo histórico, son los factores decisivos de toda psicología del hombre primitivo.
En ninguna otra parte, según Plekhanov [3], esta dependencia de la conciencia sobre la forma de vida se manifiesta a sí misma en una manera más obvia y directa como se muestra en la vida del hombre primitivo. Esto se debe al hecho que los factores que median entre el progreso tecnológico y psicológico son bien escasos y primitivos y ésta es la razón por la que esta dependencia puede ser observada casi sin elaboración. Sin embargo, una relación mucho más complicada entre estos dos factores puede observarse en una sociedad altamente desarrollada, la cual ha adquirido una compleja estructura de clase. Aquí, la influencia de la base sobre la superestructura psicológica del hombre resulta no ser directa, sino mediada por un gran número de complejos factores material y espiritual. Pero aún aquí, la ley básica del desarrollo humano histórico, la cual proclama que los seres humanos son creados por la sociedad en la cual viven y que ésta representa el factor determinante en la formación de sus personalidades, permanece válida.
De la misma manera como la vida de una sociedad no representa un todo simple y uniforme, y la sociedad está dividida en clases diferentes, así, durante cualquier período histórico dado, la composición de las personalidades humanas no se puede decir que representen algo homogéneo y uniforme, y la psicología tiene que considerar el hecho básico que la tesis general que acaba de ser formulada arriba, sólo puede tener una conclusión directa, confirmar el carácter de clase, la naturaleza de clase y las distinciones de clase las cuales son responsables de la formación de los tipos humanos. Las diversas contradicciones internas las cuales se encuentran en diferentes sistemas sociales tienen su expresión tanto en el tipo de personalidad como en la estructura de la psicología humana en ese período histórico.
En sus descripciones clásicas del período temprano del capitalismo, Marx insiste frecuentemente en el tema de la corrupción de la personalidad humana, la cual es producida por el crecimiento de la sociedad industrial capitalista. En uno de los extremos de la sociedad, la división entre el trabajo intelectual y físico, la separación entre el campo y la ciudad, la explotación indiscriminada del trabajo infantil y femenino, la pobreza y la imposibilidad de un desarrollo libre y completo de todo el potencial humano; y en el otro extremo, la ociosidad y el lujo; esto no sólo resulta en el simple tipo humano que es diferenciado y fragmentado en varios tipos separados de clases sociales que estarían en claro contraste uno al otro, sino también en la corrupción y distorsión de la personalidad humana y su sujeción a un desarrollo unilateral, inapropiado dentro de todas estas diferentes variantes del tipo humano.
"Al dividirse el trabajo", dice Engels, "se divide también el hombre" [4]. Según Ryazanov, "toda forma de producción material especifica alguna división social del trabajo, y ésta es responsable de la división espiritual del trabajo. Comenzando ya con la corrupción de la sociedad primitiva, podemos observar la selección de un número de funciones espirituales y organizacionales de especies y subespecies especiales dentro del esquema de la división social del trabajo" [5]. Engels agrega:
“(...) Ya la primera gran división del trabajo, la que separó el campo de la ciudad, condenó a la población rural a milenios de embrutecimiento y a los habitantes de las ciudades a vivir esclavizados cada cual entre las garras de su oficio. Ella destruyó las bases del desarrollo espiritual de los primeros y del desarrollo físico de los segundos. Del mismo modo que el campesino se apropia del suelo y el habitante de la ciudad de su oficio, el suelo y el oficio se apropian del campesino y del artesano respectivamente. Al dividirse el trabajo, se divide también el hombre. Todas las otras capacidades físicas y espirituales del individuo se sacrifican al desarrollo de una única actividad. Y esta mutilación del hombre crece en las mismas proporciones en que se desarrolla la división del trabajo, que alcanza su máximo apogeo en la manufactura.
La manufactura desarticula el oficio en toda una serie de operaciones parciales específicas, asignando a cada una de estas operaciones a un obrero como profesión para toda la vida, y encadenando a este obrero de por vida a determinada función parcial y a determinada herramienta. (…). Y no son sólo los obreros, sino también las clases directamente o indirectamente explotadoras de los obreros las que se ven, merced a la división del trabajo, esclavizadas por los instrumentos de su actividad; así el burgués, espiritualmente vacío, por su propio capital y su propia codicia de ganancia, el jurista, por sus fosilizados conceptos jurídicos, que lo gobiernan como una potencia independiente, y las “clases cultas” en general, por un sinnúmero de prejuicios y de necios localismos, por su propia miopía física y mental, por la mutilación de su educación cortada a la medida de su especialidad y por su encadenamiento de por vida a esta especialidad, aunque ella sea la pura vagancia.” (pp. 282-283)[6]
Esto es lo que Engels escribió en el "Anti-Düring". Tenemos que proceder a partir del supuesto básico de que la producción intelectual es determinada por la forma de la producción material.
“Así, por ejemplo, una forma de producción espiritual diferente del tipo que prevaleció durante la Edad Media encaja con el capitalismo. Cada forma definida históricamente de producción material tiene su forma de producción espiritual correspondiente, y esto, a su vez, significa que la psicología humana, la cual es el instrumento directo de esta producción intelectual, asume su forma específica en cierta etapa del desarrollo.” [7]
Esta mutilación de los seres humanos, este desarrollo unilateral y distorsionado de sus diversas capacidades que Engels describe, y que aparecen junto con la división del campo y la ciudad, tiene su crecimiento a una taza enorme debido a la influencia de la división tecnológica del trabajo. Engels escribió:
“Los conocimientos, la inteligencia y la voluntad que desarrollan el campesino o el artesano independientes, aunque no sea más que en pequeña escala al igual que el salvaje, que ejerce todo el arte de la guerra bajo la forma de astucia personal, ahora son necesarios únicamente para el taller en su conjunto. Si las potencias intelectuales de la producción amplían su escala en un lado, ello ocurre porque en otros muchos lados se desvanecen. Lo que pierden los obreros parciales se concentra, enfrentado a ellos, en el capital [47]. Es un producto de la división manufacturera del trabajo el que las potencias intelectuales del proceso material de la producción se les contrapongan como propiedad ajena y poder que los domina. Este proceso de escisión comienza en la cooperación simple, en la que el capitalista, frente a los obreros individuales, representa la unidad y la voluntad del cuerpo social de trabajo. Se desarrolla en la manufactura, la cual mutila al trabajador haciendo de él un obrero parcial. Se consuma en la gran industria, que separa del trabajo a la ciencia, como potencia productiva autónoma, y la compele a servir al capital. [48]” (énfasis en el original) (pp. 440-441) [8]
Como un resultado del avance del capitalismo, el desarrollo de la producción material trajo simultáneamente con él la división progresiva del trabajo y el constantemente creciente desarrollo distorsionado del potencial humano. Si “en el trabajo manufacturero y manual el hombre hace uso de sus herramientas, en la fábrica se convierte en sirviente de las máquinas”. Marx señala que en el primer caso el hombre inicia el movimiento de su herramienta, pero en el segundo es forzado a seguir su movimiento. Los trabajadores son convertidos en "extensiones vivientes de las máquinas" [9], y lo que resulta es una "monotonía terrible del tormento interminable del trabajo", el cual, según Marx [1890/1962, p. 445] es un característica de ese período del desarrollo del capitalismo que está describiendo. El hombres es atado a una función específica, y según Marx [ibid, p. 381], esto lo transforma "de un trabajador en una anormalidad y artificialidad ["treibhausmäsig"] fomenta en él sólo una habilidad especial mientras se suprime toda la riqueza de sus inclinaciones y talentos productivos".
En nuestro tiempo, el trabajo infantil representa un ejemplo particularmente horrible de la desfiguración del desarrollo psicológico humano. En la búsqueda de trabajo barato y debido a la extrema simplificación de las funciones separadas en las cuales los trabajadores tienen que realizar, el reclutamiento a gran escala de niños se hace posible y resulta en un retardado del desarrollo, o en un desarrollo completamente uni-lateral y distorsionado que ocurre a la edad más impresionable cuando la personalidad de la persona está siendo formada. La investigación clásica de Marx está llena de ejemplos de "desnudez intelectual", "degradación física e intelectual", "transformación de seres humanos inmaduros en máquinas para la producción de plusvalía" [ibid., pp. 421-422], y presenta [ibid., p. 514] un cuadro vivo del proceso completo que resulta en una situación donde "el trabajador existe en favor del proceso de producción, y el proceso de producción por el trabajador".
Sin embargo, todos estos factores negativos no nos ofrecen un panorama completo de cómo el proceso de desarrollo humano está influido por el rápido crecimiento de la industria. Todas estas influencias adversas no son inherentes a la industria a gran escala como tal, sino a su organización capitalista, la cual está basada en la explotación de enormes masas de la población y la cual ha resultado en una situación donde, en vez de cada nuevo paso hacia la conquista de la naturaleza por los seres humanos, cada nuevo nivel en el desarrollo de las fuerzas de producción de la sociedad, ha no sólo fallado en elevar la humanidad como un todo y cada personalidad humana individual a un nivel mayor, sino que nos ha conducido a una más profunda degradación de la personalidad humana y de su crecimiento potencial.
Mientras observamos los terribles efectos del proceso de civilización progresiva sobre los seres humanos, filósofos como Rousseau y Tolstoy no podían ver otra solución que el regreso a la naturaleza humana integral y pura. Según Tolstoy, nuestro ideal no está adelante sino detrás de nosotros. En este sentido, desde el punto de vista de este romanticismo reaccionario, los períodos primitivos del desarrollo de la sociedad humana aparecen como el ideal hacia el cual la humanidad debería estar esforzándose. Y realmente, un análisis profundo de las tendencias económica e histórica, las cuales regulan el desarrollo del capitalismo, muestra que este proceso castrante de la naturaleza humana que hemos discutido arriba, es inherente no sólo en el mero hecho del crecimiento de la industria a gran escala, sino en la forma específica capitalista de organización de la sociedad.
La contradicción más fundamental e importante en esta completa estructura social consiste del hecho que en ella, bajo presión sin control, las fuerzas evolucionan y son creadas las precondiciones para su destrucción y reemplazo por un nuevo orden, el cual está basado en la ausencia de la explotación del hombre por el hombre. Más de una vez, Marx demuestra cómo el trabajo por sí mismo o la industria a gran escala por si misma no necesariamente tienen que castrar la naturaleza humana, como un seguidor de Rousseau o Tolstoy asumiría, sino, por el contrario, ésta contiene dentro de sí misma interminables posibilidades para el desarrollo de la personalidad humana.
Marx dice, "como podemos ver en detalle en la obra de Robert Owen, brota el germen de la educación del futuro, que combinará para todos los niños, a partir de cierta edad, el trabajo productivo con la educación y la gimnasia, no sólo como método de acrecentar la producción social, sino como único método para la producción de hombres desarrollados de manera omnifacética." [ibid., pp. 507-508] (p. 590). Así la participación de los niños en la manufactura, la cual bajo el sistema capitalista, particularmente durante el período del crecimiento del capitalismo antes descrito, es la fuente de degradación física e intelectual, contiene el germen del futuro sistema educativo en si mismo y podría bien llegar a ser una forma superior de creación de un nuevo tipo de ser humano. El crecimiento de la industria a gran escala en si mismo hace necesario crear un nuevo tipo de trabajo humano y un nuevo tipo de ser humano quien sería capaz de llevar a cabo estas nuevas formas de trabajo. “La naturaleza de la gran industria, por ende, implica el cambio del trabajo, la fluidez de la función, la movilidad omnifacética del obrero”, dice Marx. “El remplazar al individuo parcial, al mero portador de una función social de detalle, por el individuo totalmente desarrollado, para el cual las diversas funciones sociales son modos alternativos de ponerse en actividad.” [ibid., pp. 511-512] (p. 595)
Así parece que no sólo la combinación del trabajo manufacturero con la educación probaría ser un medio para crear gente plenamente desarrollada, sino que también significará que el tipo de persona quien será requerida parar trabajar en este proceso de manufactura altamente desarrollado, diferirá substancialmente del tipo de persona quien solía ser el producto del trabajo de producción durante el período temprano del desarrollo capitalista. A este respecto el fin del período capitalista presenta una antítesis impresionante a este comienzo. Sí en el comienzo el individuo fue transformado en una fracción, en el ejecutor de una función parcial, en una vida extensión de la máquina, entonces al final de éste, los meros requisitos de la manufactura requieren una persona flexible, desarrollada plenamente, quien sería capaz de cambiar las formas de trabajo, y de organizar el proceso de producción y de controlarlo.
No importa cual de las características individuales que caracterizan el tipo psicológico humano durante el período temprano o el tardío del desarrollo del capitalismo nosotros seleccionemos, en todas partes encontraremos un doble significado y un doble carácter de cada característica crítica. La fuente de degradación de la personalidad en la forma capitalista de manufacturación, también contiene dentro de si misma el potencial para un crecimiento infinito de la personalidad.
A manera de ejemplo, concluimos examinando situaciones de trabajo donde ambos sexos y todas las edades tienen que trabajar juntos. "Es evidente, así mismo, que la composición del personal obrero, la combinación de individuos de uno u otro sexo y de las más diferentes edades”, dice Marx, "bajo las condiciones adecuadas ha de trastrocarse, a la inversa, en fuente de desarrollo humano" [ibid., p. 514] (p. 597)
De esto podemos ver que el crecimiento de la industria a gran escala contiene dentro de si misma un potencial oculto para el desarrollo de la personalidad humana y que es solamente la forma capitalista de organización del proceso industrial que es responsable del hecho que todas estas fuerzas ejercen una influencia unilateral y castrante, la cual retarda el desarrollo personal.
En uno de sus primeros trabajos, Marx dice que si la psicología desea convertirse realmente en una ciencia significativa, ésta tendrá que aprender a leer el libro de la historia de la industria material la cual encarna "los poderes esenciales del hombre", y la cual en si misma es una encarnación de la psicología humana [10]. Como sucede, toda la tragedia interna del capitalismo consiste en el hecho de que en el momento cuando esta psicología objetiva, es decir, orientada a cosas, al hombre, que contenía dentro de si misma potencial infinito para dominar la naturaleza y el desarrollo de su propia naturaleza, estaba creciendo a un ritmo rápido, su vida espiritual real se estaba degradando y pasó por un proceso el cual Engels tan gráficamente representó como la castración del hombre.
Pero la esencia de todo este asunto consiste del hecho que esta doble influencia de factores inherentes a la industria en gran escala sobre el desarrollo personal humano, esta contradicción interna del sistema capitalista, no puede resolverse sin la destrucción del sistema capitalista de organización de la industria. En este sentido, la contradicción parcial que ya hemos mencionado, entre el poder creciente del hombre y su degradación que está creciendo en paralelo, entre su creciente dominio sobre la naturaleza y la libertad por un lado, y su esclavitud y la creciente dependencia de las cosas producidas por él mismo, por el otro lado—deseamos reiterar que esta contradicción representa solamente una parte de una contradicción mucho más general y abarcadora que se encuentra en toda la base del sistema capitalista. Esta contradicción general entre el desarrollo de las fuerzas de producción y el orden social que estaba en correspondencia con el nivel de desarrollo de estas fuerzas de producción, está siendo resuelta por la revolución socialista y por una transición a un nuevo orden social y una nueva forma de organización de las relaciones sociales.
Junto a este proceso, un cambio en la personalidad humana y una modificación del hombre mismo tiene inevitablemente que ocurrir. Esta modificación tiene tres raíces básicas. La primera de éstas consiste en el mero hecho de la destrucción de las formas capitalistas de organización y producción, y de la vida humana social y espiritual las cuales surgirán sobre sus bases. Con el debilitamiento del orden capitalista, todas las fuerzas que oprimen al hombre y las cuales le esclavizan a las máquinas e interfieren con desarrollo libre también caerán, desaparecerán y serán destruidas. Junto a la liberación de millones de seres humanos de la opresión, vendrá la liberación de la personalidad humana de sus cadenas que restringen su desarrollo. Esta es la primera fuente—la liberación del hombre.
La segunda fuente de la cual surge la modificación del hombre reside en el hecho que al mismo tiempo que las viejas cadenas desaparecen, un enorme potencial positivo presente en la industria a gran escala, el siempre creciente poder del hombre sobre la naturaleza, será liberado y se hará operativo. De todas las características discutidas arriba, el ejemplo más resaltante es la forma enteramente nueva de crear un futuro basado en la combinación de trabajo físico e intelectual, que perderá su carácter dual y cambiará el curso de su influencia de manera fundamental. Antes sus acciones estaban en contra de la gente, ahora comienzan a trabajar a su favor. De su papel previo de obstáculos, ahora se transforman en poderosas fuerzas que mueven el desarrollo de la personalidad humana.
Finalmente, la tercera fuente de la cual se inicia la modificación del hombre es un cambio en las verdaderas relaciones sociales entre las personas. Si las relaciones entre la gente sufren un cambio, entonces junto a éstas las ideas, las normas de conducta, los requisitos y los gustos son también obligados a cambiar. Como ha establecido la investigación en psicología, la personalidad humana es formada básicamente bajo la influencia de las relaciones sociales, es decir, el sistema del cual éste es una parte, desde la infancia temprana en adelante. "Mi actitud hacia mi medio ambiente", dice Marx, "es mi conciencia" [11]. Un cambio fundamental de todo sistema de estas relaciones de las cuales el hombre es una parte, también inevitablemente llevará a un cambio en la conciencia, un cambio en toda la conducta del hombre.
La educación debería jugar el papel central en la modificación del hombre en este camino de modificación social de la conciencia de las nuevas generaciones, la forma básica de modificar el tipo humano histórico. Las nuevas generaciones y las nuevas formas de su educación representan la ruta principal que la historia seguirá mientras crea el nuevo tipo humano. En este sentido, el papel de la educación social y politécnica es extraordinariamente importante. Como suele suceder, las ideas básicas en las que se apoya la educación politécnica, consisten de un intento de superar la división entre el trabajo manual e intelectual y reunir el pensamiento y el trabajo que habían sido desgarrados durante el proceso de desarrollo del capitalismo.
Según Marx, la educación politécnica provee familiaridad con los principios científicos generales de todos los procesos de producción y, al mismo tiempo, le enseña a los niños y adolescentes habilidades prácticas, las cuales hacen posible que ellos operen herramientas básicas usadas en todas las industrias. Krupskaja formuló esta idea de la manera siguiente:
"Una escuela politécnica puede distinguirse de una escuela de oficios por el hecho de que ésta se centra en la interpretación de los procesos de trabajo, en el desarrollo de la habilidad para unificar la teoría y la práctica y en la habilidad para comprender la interdependencia de ciertos fenómenos, mientras el centro de la gravedad en una escuela de oficios está dirigido hacia proveer a los estudiantes con habilidades de trabajo". [12]
El colectivismo, la unificación del trabajo físico e intelectual, un cambio en las relaciones entre los sexos, la abolición de la separación entre desarrollo físico e intelectual son los aspectos clave de la modificación del hombre, la cual es el sujeto de nuestra discusión. Y el resultado de alcanzar esto, la gloriosa coronación de este proceso completo de transformación de la naturaleza humana, debería ser la aparición de esta forma superior de libertad humana la cual Marx describe de la manera siguiente: "(...) Solamente dentro de la comunidad tiene todo individuo los medios necesarios para desarrollar sus dotes en todos los sentidos; solamente dentro de la comunidad es posible, por tanto, la libertad personal" [13] (p. 65). Justo como toda sociedad humana, la personalidad humana tiene que dar este salto hacia adelante del reino de la necesidad a la esfera de la libertad, como es descrito por Engels.
Siempre que la modificación del hombre y la creación de un nuevo, nivel superior de personalidad humana y conducta está bajo discusión, es inevitable que las ideas acerca de un nuevo tipo de ser humano sean conectadas con la teoría de Nietzsche del superhombre. Procediendo del supuesto perfectamente cierto que la evolución no se detiene con el hombre y que el tipo moderno de ser humano representa nada más que un puente, una forma transicional llevando a un tipo superior, esta evolución no agota sus posibilidades cuando creó al hombre y que el tipo moderno de personalidad no es el logro más alto y la última palabra en el proceso de desarrollo, Nietzsche concluyó que una nueva criatura puede surgir durante el proceso de evolución, un superhombre, quien tendrá la misma relación con el hombre contemporáneo, como el hombre contemporáneo tiene con el mono.
Sin embargo, Nietzsche imaginó que el desarrollo de su tipo superior de hombre estaba sujeto a la misma ley de evolución biológica, la lucha por la vida y la selección basada en la supervivencia del más apto, la cual prevalece en el mundo animal. Es por esta razón que el ideal del poder, la auto afirmación de la personalidad humana en toda su completitud de su poder instintivo y ambición, severo individualismo y hombres y mujeres sobresalientes, formaron, según Nietzsche, el camino a la creación de un superhombre.
Esta teoría es errónea, porque ignora el hecho de que la ley de la evolución histórica del hombre difiere fundamentalmente de las leyes de la evolución biológica y, que la diferencia básica entre estos dos procesos consiste del hecho de que un ser humano evoluciona y se desarrolla como un ser social e histórico. Sólo una elevación de toda la humanidad a un nivel más alto en la vida social, la liberación de toda la humanidad, puede llevar a la formación de un nuevo tipo de hombre.
Sin embargo, este cambio en la conducta humana, este cambio de la personalidad humana, tiene que llevar inevitablemente a promover la evolución del hombre y a la modificación del tipo biológico del hombre. Haber dominado el proceso que determina su propia naturaleza, el hombre que está luchando con la vieja edad y enfermedad, indudablemente se elevará a un nivel superior y transformará la verdadera organización biológica del ser humano. Pero esta es la fuente de la mayor paradoja histórica del desarrollo humano, que esta transformación biológica del tipo humano la cual es principalmente alcanzada por medio de la ciencia, la educación social y la racionalización de toda la manera de vivir, no representa un prerrequisito sino que en su lugar es un resultado de la liberación social del hombre.
En este sentido Engels, quien examinó el proceso de evolución del mono al hombre, dice que es el trabajo el que creó al hombre [14]. Partiendo de esto, uno puede decir que las nuevas formas de trabajo crearán al nuevo hombre y que este nuevo hombre se asemejará al viejo tipo de hombre, "el viejo Adán", en el nombre solamente, de la misma manera como, según la gran declaración de Spinoza, un perro, el animal que ladra, se asemeja a la constelación estelar Perro [15].
Notas:
1. Traducción al español por Julio Mosquera de Vygostky, L. S. (1994). Vygotsky reader, compilado por René van der Veer y Jaan Valsiner, Blackwell, 1994. Vygotsky, I. (1930). Socialisticheskaja peredelka cheloveka. Varnitso, la revista de la Asociación de Trabajadores de la Ciencia y Técnicas para el Desarrollo de la Edificación Sociallista en la Unión Soviética. Disponible en: http://www.marxists.org/archive/vygotsky/works/1930/socialism.htm
2. Esta manera de expresarse Vygotsky es inaceptable hoy en día, en particular el uso del término “raza”.
3. Probablemente se refiere a Plejanov, G. V. (1922). Ocherki po istorii materializma. Moscú.
4. Se refiere a la p. 272 de Engels, F. (1894/1978). Hern Eugen Duhring's Umwalzung der Wissenschaft [Anti-Duhring]. Berlin: Dietz Verlag.
5. No está claro a qué libro se refiere Vygotsky.
6. Se refiere las pp. 271-272 de Engels (1894/1978). Ver también p. 381 y p. 445 de Marx, K. (1890/1962) Das Kapital [Capital] (4ta edición). Berlín: Dietzz Verlag.
7. Pasajes similares puede encontrarse en todos los trabajos de Marx y Engels, pero no hemos podido localizar el pasaje exacto.
8. Un error misterioso. El texto atribuido a Engels puede encontrarse en la p. 382 de Marx, K. (1890/1962) Das Kapital [Capital] (4ta edición). Berlín: Dietzz Verlag.
9. Traducción propia de la cita del original en inglés.
10. “Puede observarse que la historia de la industria, y la industria tal como existe objetivamente, es un libro abierto de las facultades humanas y una psicología humana que pueda captarse sensiblemente. (...) Ninguna psicología para la cual este libro, es decir, la parte más sensiblemente presente y accesible de la historia, permanezca cerrado, puede convertirse en una ciencia real con un contenido genuino. (...)” (pp. 143-144). Ver pp. 302-303 de Marx Engels Collected Works. Vol. 3. Economic and ohilosophical Manuscripts. Nueva York: Interntional Publishers (1975).
11. Se refiere a la p. 30 de Marx, K. y Engels, F. (1846/1978). Die deutsche ideologie [La ideología alemana]. Berlín: Dietz Verlag. (Nota al pie de página en la p. 26)
12. La esposa de Lenin, N. K. Krupskaja, dedicó mucha atención a la educación. En su libro Vospitanie molodezhi v Leninskom dukhe [Educación de la juventud en el espíritu de Lenin] ella discute experimentos internacionales contemporáneos con escuelas laborales (Arbeitschule) a la luz del ideal de Marx de la educación politécnica. Ver Krupskja, N. K. (1925/1989). Vospitanie molodezhi v Leninskom dukhe. Moscu: Pedagogika. No hemos podido establecer la fuente exacta de la cita actual.
13. Ver p. 74 de Marx y Engels (1846/1978).
14. Ver pp. 444-455 de Engels, F. (1925/1978). Dialektik der Nature [Dialéctica de la naturaleza]. Berlín: Dietz Verlag.
15. La cita favorita de Vygotsky de La Ética de Spinoza. Ver p. 61 de Spinoza, B. 1677/1955, Sobre el mejoramiento del entendimiento. La ética. Correspondencia. Nueva York: Dover. “El viejo Adán” puede ser una referencia explícita al uso de Marx (1890/1962, p. 118) de esta expresión.
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