La gran victoria fundamental
es la gran participación del pueblo en el proceso democrático,
ambos bandos acudieron a las urnas a expresar su opinión, dando un
ejemplo al mundo en donde es difícil encontrar ese índice de participación
para una elecciones que no incluían la presidencia. La democracia,
como camino de transformación escogido por unos y por otros fue la
victoria de todos. Ante el mundo se limpió la imagen de una Venezuela
dictatorial y se elimina para siempre la idea de que se pueda pensar
en fraudes ante un sistema de elección sistematizada que es quizá
la más moderna y segura de todo el planeta. Difícilmente podrán oxigenar
más las ideas golpistas aquellos pitiyanquis desquiciados que son amamantados
por el pentágono, ahora se ven obligados a volver al ruedo democrático
en la discusión democrática del poder legislativo, esa misma Asamblea
de la que ellos mismos se excluyeron y en la que hoy cantan victoria
por haber tomado los escaños que seguramente siempre le hubieran correspondidos
de no haberse retirado. Ese autogol nos brindó la posibilidad de crear
una buena cantidad de leyes que no podrán remover a pesar de volver
al hemiciclo, esa ventaja se mantuvo y tan solo podrán llenar de ruido
e inoperancia un poder tan necesario.
Escrutando resultados debemos
aplicar de inmediato las tres famosas R que `proclama nuestro comandante:
¿por qué no recuperamos votos en Zulia, en Anzoátegui y en Táchira?
Es la hora de revisar con lupa lo que han hecho nuestros alcaldes y
gobernadores, es hora de castigar con fuerza ejemplar la corrupción
y la infiltración de mafias en nuestras filas, es hora de luchar a
fondo contra el aburguesamiento de nuestros dirigentes al asumir puestos
de mando y es hora, sobre todo, de asignarle a la contraloría social,
un verdadero poder para luchar en contra de la burocracia y la
corrupción.
No puedo menos que recordar aquella frase de que a toda revolución le hace falta su dosis de contrarrevolución, creo que de Stalin, no estoy seguro, pero que se hace patente en la Venezuela que amaneció este 27N, esa sensación que muchos respiramos desde anoche, esa falta de aliento y de triunfo incompleto, se deberá tensar ante la nueva realidad, la oposición se enfilará con más fuerza contra nosotros, por lo tanto es un deber asumir con más fiereza el compromiso de completar la revolución, de limpiar nuestro partido, de denunciar a quienes casen en falta, a quien roba, a quien se olvida del compromiso asumido para caer en las tentaciones del mismo imperio que combatimos.
Estamos a dos años de las próximas elecciones, hay un tiempo justo para el trabajo no electoral sino revolucionario, el partido debe de aprender a ser una fuerza antes que una maquinaria que funciona solo para ganar elecciones, debe ser la voz y el instrumento del pueblo para vigilar y potenciar el proceso revolucionario, un verdadero partido revolucionario del pueblo, estoy seguro de que nuestro comandante no se quedará tranquilo. Lo estoy oyendo al fondo en una rueda de prensa a los medios internacionales, mientras escribo, le está diciendo al mundo lo que todos sabemos, mantuvimos las victorias, les responde que si fuera verdad que triunfó la oposición que se atrevan a pedir el referéndum revocatorio a su mandato. Sabe que no lo harán pues volveríamos a vencer como vencimos hoy.
Pero que de hoy en adelante, cada combatiente sienta la urgencia de marchar a paso forzado, para que logremos avanzar hasta las dos terceras partes del pueblo al lado de la revolución, ese compromiso es para mi la mejor de las enseñanzas que tenemos que aprender de esta jornada, Venezuela ganó ante el mundo y los revolucionarios ganaremos en compromiso de lucha para cortarles el paso a los apátridas que vuelven para oponerse con todas sus fuerzas, el compromiso es de ir al pueblo y darle más poder del que hasta hoy tienen, más conciencia de clase de la que hoy poseen, más decisión de lucha en contra de los grandes y pequeños traidores corruptos que son en gran medida los culpables de que el resultado de esta elección en la que vencimos, no lo hallamos hecho con la profundización que esperaban nuestros corazones.
La marcha revolucionaria continua,
camaradas, pequeños reveces no podrán menos que invocar nuestras más
profunda decisión de compromiso, la verdadera transformación del estado
burgués y capitalista y la puesta en escena de la nueva sociedad socialista
es la próxima victoria.
Aquí
no se rinde nadie, aquí no se cansa nadie, camaradas.
Venceremos!!!