Sería interminable un intento por relacionar las centenas de
miles de mentiras, medias verdades y ocultamiento de realidades que se pueden
advertir sin mayores esfuerzos, dentro del lapso indicado, en las páginas y
programas de esos medios de comunicación, los cuales tienen la obligación ética
de informar con veracidad, equidad y transparencia, tanto por cuanto ello se
asienta en principios elementales que determinan un comportamiento racional,
como porque así lo prescriben las normas de conducta profesional del gremio de
periodistas y las de los propios medios y, por añadidura, aquellas contenidas en
las disposiciones legales que, para el caso de los radioeléctricos, establece el
Estado cuando otorga las respectivas concesiones a objeto de que puedan operar
en determinadas frecuencias.
Son reiteradas,
además, las denuncias que día a día se leen y se escuchan en periódicos, radios
y televisoras alternativos que por centenares han nacido al calor de este
proceso democrático de participación ciudadana, de un pueblo cansado y muy
molesto por tanta inmundicia que se le transmite a través de ese inmenso poder
mediático, el cual lo observamos cohesionado y articulado como siempre lo ha
estado, además digitalizado y financiando de manera abierta, como lo sabemos
(Usaid, Ned, etc.), hacia el objetivo de destruir esta esperanza de
transformación que lidera el Comandante Hugo Chávez Frías, uno de los muy pocos
gobernantes en la historia de Venezuela que no traicionó sus posturas y promesas
electorales, sino que les ha dado concreción clara y precisa
a su oferta de producirle al país un vuelco de ciento ochenta grados, de manera
de hacer posible la construcción de una democracia participativa y protagónica,
en donde los principios de igualdad, libertad, justicia y solidaridad, dejen de
ser una quimera y se transformen en pilares indestructibles de la patria
soberana que soñaron nuestros libertadores.
Cuatro ejemplos únicamente
que hemos tomado al azar son más que suficientes para evidenciar la
desmoralización y el envilecimiento de ese poder mediático en su empeño por
asumir la conducción de un plan golpista que acabe con Chávez y con todo lo que
su liderazgo significa para un pueblo que no está dispuesto a volver al pasado y
mucho menos entregar la soberanía de su patria a potencia extranjera alguna: 1)
El silencio informativo del los días 11, 12 y 13 de abril/02 es, quizás, el
mayor esfuerzo que en esos días desplegó el poder de los medios para coadyuvar a
darle piso sólido al gobierno espurio de Carmona Estanga, pues mientras que éste
se juramentaba como dictadorzuelo, al Presidente lo ruleteaban dentro del mayor
secreto para asesinarlo, los Alcaldes de Primero Justicia se convirtieron en
cancerberos del nuevo régimen, la policía metropolitana arremetió con la mayor
furia y salvajismo en contra del pueblo, los diarios no circularon y la TV
comercial se dedicó únicamente a transmitir comiquitas; 2) Una periodista de El
Nacional acusa de gran corrupto a un hijo del Presidente de PDVSA, Alí Rodríguez
Araque y resulta que ese hijo había fallecido trece años antes, sin que llegara
a la edad adulta; 3) El mismo diario publica en otra edición, con amplio
despliegue en primera página, que el prestigioso periodista Ignacio Ramonet,
Director del diario francés "Le Monde Diplomatic", se deslindaba del gobierno
bolivariano y lo acusaba de barbaridades y resulta que esa noticia había sido
inventada por un estudiante mexicano como parte de un trabajo de investigación
que le había requerido la universidad donde estudiaba periodismo y para no
extendernos más sobre una serie interminable de falsedades, recordemos el caso
del cubano Juan Alvaro Rosabal, desertor que utilizaron los medios todos para
que le dijera al país que 1.500 integrantes de los servicios de inteligencia
cubanos estaban infiltrados en nuestra fuerza armada, de lo cual se arrepintió
pocas semanas después. Qué bajeza mayúscula...! Pero allí están igualitos como
si no hubiera ocurrido nada, abusando de la libertad de expresión a más no poder
y al mismo tiempo, vociferando ante el mundo todo que Venezuela padece una
férrea dictadura...
Sirva este preámbulo
para llevarle a los lectores de este excelente y cada día más necesario diario
digital, fragmentos de la tesis que, bajo el título que precede estas líneas,
presentó en 1.976 en Puerto Ordaz, en el marco de un Congreso Nacional de
Psiquiatría (1), quien fue uno de los especialistas más reputados en el área de
la medicina psiquiátrica de los tres últimos decenios del siglo XX venezolano,
el Dr. Rui de Carvalho, hombre de inmensa bondad, revolucionario indoblegable,
abonado como pocos de una vasta cultura y que, como bien lo afirmó el
inolvidable Kotepa Delgado en una de sus columnas semanales "Escribe que algo
queda", él era (aún vivía), "el psiquiatra de oro que nos regaló
Portugal". Carvalho falleció en Caracas el 1 de agosto de 1.996 (2).
Los fragmentos que hemos tomado de esa Ponencia conforman una apropiada
síntesis de la tesis que Carvalho sustentaba acerca del poder de los medios y
sus efectos en la salud mental del hombre, así como el concepto de la libertad
en un mundo que cada día nos plantea más y mayores retos en esa búsqueda
indetenible del hombre por alcanzar estadios de mayor felicidad en un mundo de
iguales. Mao Tse Tung sostuvo y esa cita la tomamos de la misma Ponencia: "La
historia de la humanidad es un movimiento permanente del reino de la necesidad
al reino de la libertad. Este proceso no tiene fin. En una sociedad donde
existen clases la lucha de clases es interminable..."
Veamos el
importante documento que nos legó Carvalho y que hoy se mantiene inalterable no
solamente para la Venezuela que estamos conduciendo hacia mejores derroteros,
sino para todos los pueblos de esta América mestiza que ya no están dispuestos a
seguir siendo expoliados y atropellados por nadie:
La libertad, la salud
mental y los medios de comunicación de masas
Para
nosotros, para el marxismo, la libertad se encuentra dialécticamente ligada a la
necesidad. El filósofo Spinoza consideraba que la libertad era la toma de
conciencia de una necesidad. Hegel desarrolla en su obra el tema de la unidad
dialéctica entre la libertad y la necesidad.
La historia del hombre es
una terrible y extraordinaria lucha entre la ignorancia y el conocimiento, entre
el irracionalismo y el racionalismo, entre el pensamiento mágico y el
pensamiento lógico, entre la incultura y la cultura, entre el pensamiento
científico y el pensamiento anticientífico, entre el idealismo y el
materialismo. A medida que el hombre toma conciencia de la realidad objetiva y
descubre sus leyes, encuentra automáticamente nuevas y esenciales necesidades y
se vuelve cada vez más libre en la misma medida en que puede satisfacer estas
auténticas necesidades.
La historia de la humanidad demuestra en forma
evidente que la libertad no puede separarse de la necesidad. El idealismo, el
pensamiento metafísico siempre han estado empeñados en hacer esta separación
como si todo pasara sin que existiera una profunda e innegable relación
dialéctica entre el hombre y el medio que lo circunda. Como si la conciencia
individual y la conciencia de clase no tuvieran lo más mínimo que ver con la
dialéctica entre el sistema nervioso y el medio ambiente. Como si el acto de
libertad del hombre fuera algo inmutable, estático y además absolutamente
idéntico para todos los hombres, independientemente de la clase social y del
momento histórico. El poder económico, la cultura, la ideología, no tendrían
tampoco nada que ver con la capacidad de ser más o menos libre. La evolución del
hombre en el proceso histórico no contribuiría a la posibilidad de niveles
diferentes de libertad individual y social.
A esta forma de hablar de
libertad, propia de la metafísica, reaccionaria y anticientífica, nosotros
queremos oponer el concepto de una libertad que es variable, dialéctica y cada
vez más y más perfecta en la medida que se va ubicando en niveles cada vez
elevados de la espiral dialéctica.
El paisaje y el horizonte se amplían
en la medida en que el hombre sube la montaña. Esta es una verdad. Pero otra
verdad es que no todos los hombres pueden subir la montaña. La gran mayoría vive
en la jungla y ni siquiera conoce el sol y menos todavía la Vía Láctea. El
proletariado, el campesino, el marginado con su hambre de proteínas, de
conocimientos, de cultura, alienados por un trabajo que los explota..., viviendo
miserablemente... se encuentran limitados en su libertad...
A nosotros,
como psiquiatras, que ante todo nos sentimos profundamente identificados con el
marxismo y la defensa de los intereses de los pueblos del Tercer Mundo, nos
gusta intervenir mediante esta ponencia para denunciar en qué forma los medios
de comunicación de masas contribuyen hoy en forma tan alarmante a enajenar al
hombre, domesticarlo, quitarle la posibilidad de ser libre y enfermarle su
mente.
La llamada "cultura de los medios de comunicación de masas" es
una superestructura del moderno capitalismo. La clase dominante, con la
tecnología a su servicio, al servicio de la llamada sociedad de consumo, dirige
así sus esfuerzos en forma organizada con la intención precisa de domesticar,
hipnotizar y deshumanizar a las clases que explota económicamente.
La
psicología, la psiquiataría, la sociología y en general la ciencia burguesa se
encuentran al servicio del capitalismo y, concretamente en este campo, al
servicio de las grandes empresas y monopolios dedicados a la comunicación
masiva...Los técnicos publicitarios amparados por la psicología social
reaccionaria, por el psicoanálisis y la sociología burguesa, llevan a la praxis
una "filosofía del consumo", como le llama Jules Henry en su libro..."La cultura
contra el hombre"...
Se crean falsas necesidades y se induce al hombre a
no ahorrar... sino a involucrarse en deudas, hipotecar sus años futuros y así
alejarse tanto de la posibilidad de ser verdaderamente libre como de las
responsabilidades políticas determinadas por una conciencia de clase que es...
negada por la propaganda de la clase dominante... La ciudad moderna con el
periódico, la radio, la televisión... incomunica al hombre, le quita toda
posibilidad de diálogo. La mentira... repetida mil veces, el sexo… la
violencia... la propiedad privada, son los valores que intentan imponerse.
El espíritu crítico, la cultura, el amor, la solidaridad, la conciencia
de clase, la lucidez sobre las verdaderas necesidades y la posibilidad de luchar
por un hombre más humano y más libre y una sociedad más justa, tienden a
desaparecer...
Para nosotros es absolutamente cierto, no nos queda la
menor duda, de que los medios de comunicación que difunden una mistificada
"Cultura de Masas" tienen como misión principal moldear un hombre según los
intereses de la burguesía...la TV, la prensa, etc., son las armas de que se
sirve el imperialismo para penetrar culturalmente e idiológicamente en las masas
de todos los continentes, para hacer un trabajo de colonización cultural de todo
el globo...A nosotros nos interesa clarificar... que, en contra de la tendencia
reformista y oportunista que preconiza la utopía de "influenciar" esta
"Industria de la Cultura" desde dentro para mejorar la forma de llevar a las
masas una cultura burguesa menos mediocre y menos anestesiante, sólo queda una
respuesta: a) Desmitificar con el marxismo-leninismo toda podredumbre que es
esta super-industria burguesa; b) Seguir construyendo una verdadera cultura
revolucionaria y buscar hacer la revolución para que, ya en el campo ideológico
y una vez conquistado el poder, se puedan liberar las masas de la esclavitud
mental.
Para nosotros es evidente la necesidad de la revolución cultural
como único medio válido para poder liberar al hombre y destruir en el campo
ideológico todas las manifestaciones de una burguesía agónica.
La
ciencia y la tecnología estarán en manos de hombres honestos. En manos de la
revolución. Servirán para liberar al hombre y crear una enorme posibilidad de
desalienación. Esta será una lucha implacable y larga pero el tiempo está con
nosotros.
(1) Esta Ponencia
está incluida en el libro de Rui de Carvalho, "Las gaviotas no toman Coca-Cola",
Ediciones del Fondo Editorial Carlos Aponte, Caracas, enero de 1.987.
(2) Carvalho debió salir exiliado de su patria, Portugal, en abril de
1.960 y desde entonces se radicó en nuestro país, al cual le prestó invalorables
servicios como especialista de primera línea en el área de la psiquiatría y como
docente en la Escuela Vargas de la UCV.
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