Es una guerra de resistencia, bien lo dicen las voces del pueblo, ese mismo pueblo que marcha y camina de casa en casa en épocas electorales, en fechas históricas y populares donde la presencia del pueblo es fundamental para respaldar la imagen de nuestra revolución.

Predicar un socialismo ficticio para sentirnos superiores ante aquellos que no manejan la información por falta de interés o simplemente porque no les interesa no es parte de la ética socialista con la que se dificultan las palabras de aquel viejo manifiesto comunista donde el comandante Chávez profundiza sus ideas, un poco confuso pero la actividad laboral no debe ir desligado del campo político, dado a que estaríamos caminando en rumbo contrario al socialismo del siglo XXI.

Si hay algo que nuestra revolución ha reconocido en 12 años de duras batallas, es la experiencia y el conocimiento popular que muchas veces a superado al académico mediocre que por titulo se sienta a diestra de Dios padre y señala al pueblo y su cultura por la antigua competencia de oportunidades.

Hoy día es distinto, la revolución bolivariana garantiza, la máxima felicidad como uno de sus principios fundamentales, garantiza la alimentación como derecho, deber y misión de cada cuadro que se haga llamar parte de este proceso, garantiza la educación, la salud, y un futuro que a pesar de las dificultades de 40 años de explotación que traemos arrastrando, hoy día sus victimas, el pueblo, lo estamos reivindicando.

Sentarse a debatir sobre las nuevas políticas publicas es un tema álgido, descifrar la verdadera linea estratégica a seguir, apegarnos a un partido único como respaldo de un líder de una revolución, no es ir al sitio, aplaudir y volver a casa sin nada en la cabeza, conozco a muchos que son lo que describo, conozco a muchos que trabajan por quince y ultimo y creen que eso es ser revolucionario.

Compañeros, la resistencia a representado para los viejos militantes, una linea estratégica de enseñanza constante para todos los nuevos que defendemos nuestra revolución, para todos los nuevos militantes de los grupos que existen dentro de nuestra revolución, solemos ser despedidos, por ser parte solo de un equipo, solemos caer mal por ser solo del equipo de Chávez y no de los cientos de grupos que dividen nuestros cuadros y la revolución, a mi en particular me duele que la revolución garantice una libertad de expresión mediática, que garantice el buen vivir de quien quiera hablar mal de la revolución, que garantice una sana huelga de hambre donde les damos lo que quieren para supuesta mente fortalecernos, pero cuando lo hace uno de los nuestros, cuando un compañero de nuestras filas tiene formación y visión revolucionaria que exprese libremente una defensa constante de nuestro estilo de vida que es la revolución, es señalado, es castigado, y la revolución deja de existir hacia el, sin preguntarle, si para él, dejo de existir la revolución.

Cuanta practica revolucionaria hace falta compañeros, cuanta sensibilidad y solidaridad hace falta para fortalecer nuestras bases, la revolución debe garantizar la unión del proletariado sobre toda las cosas, la suma de cuadros y la formación ideológica e intelectual en la practica laboral, es triste permanecer callados para salir victoriosos y obtener la permanencia en un empleo que genera el estilo de vida que tanto defendemos, es cruel predicar algo que aun no entendemos en nombre de los que quizás no saben nada y de esa manera, indirectamente, convertir el modelo socialista en la plusvalía más cercana hecha en socialismo.

Compañeros, hace falta tacto, hace falta que aprendamos uno del otro y multiplicar esa cadena para nuestra permanencia en el tiempo, la batalla es de ideas como dice el comandante y no contra nosotros mismos.


“Ser joven y no ser revolucionarios es una contradicción hasta biológica.”

Salvador Allende


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