Mas vale una libertad peligrosa que una esclavitud tranquila
Simón Bolívar
Hoy la esclavitud toma variadas formas, no sólo la esclavitud africana porque hoy la esclavitud nos acecha a todos: por un lado, los países desarrollados mantienen a los países subdesarrollados bajo un régimen de servilismo y explotación, donde las cadenas y los látigos se han camuflado en los requerimientos del Fondo Monetario Internacional, el cual exige cada día más las reservas y recursos naturales como pago de intereses de una deuda externa agiotista y oportunista a la cual entregamos nuestra autonomía y nuestra propia supervivencia como pueblos; para muestra un boto: “Gente del mismo clan de donde proviene Henrique Capriles Radonski, entregaron las reservas de oro de nuestra patria y gracias a nuestro Presidente Chávez ya están de vueltas en nuestro país. Por otro lado, subsiste la venta y tráfico ilegal de personas, tráfico donde las principales -aunque no exclusivas- víctimas son los niños, los pobres, las mujeres, los desvalidos, los inmigrantes que trabajan por unos sueldos míseros, los jóvenes con esas hipotecas de por vida y las minorías étnicas o raciales. Sus actividades más frecuentes son: el trabajo forzoso en la agricultura y en la industria (en industrias famosas y no tan famosas), la prostitución, la pornografía, el tráfico de drogas, el robo, el trabajo doméstico, la mendicidad obligatoria, la venta callejera, etc., etc. -Pronto la misión seguridad, comenzará gradualmente a dar buenos resultados en colectivo.-
Otra forma de esclavitud es la que se lleva a cabo en trabajos tildados de "legales", pero donde se explota al empleado bajo diferentes formas: salarios míseros, deudas, falta de pago, extensas horas de trabajo, posturas corporales perjudiciales para la salud, grandes esfuerzos físicos y/o mentales, manipulación de productos tóxicos, ambientes insalubres, tratos inhumanos, ausencia de descansos, trabas o simple prohibición del abandono del empleo, etc., etc.
La libertad es el más grandioso valor propio a los hombres, es aquel que le confiere dignidad y lo define como ser. La libertad es el derecho a escoger nuestro destino, el derecho a decidir cómo queremos vivir nuestras vidas teniendo como único limitante la libertad de los demás. Es indudable que la humanidad ha avanzado hacia una mayor libertad humana que ha generado un mayor nivel de prosperidad, conocimiento y desarrollo en los pueblos.
Pero la pregunta es, ¿vivimos hoy en libertad verdadera? La respuesta es no. Ambas teorías, el capitalismo y el comunismo, han intentado monopolizar el significado de libertad, queriendo entrever por todos los medios posibles que sus máximas aseguran la libertad. Pero ninguna de las dos ideologías crea pueblos libres y autónomos. Ambas propugnan una sistemática explotación de la sociedad, manipulando los sistemas de valores para el beneficio de una clase dominante. Ambas centralizan el poder económico, político y social, dándole a unos pocos la libertad de decidir e incidir sobre las libertades de las grandes mayorías.
En el capitalismo, la libertad a escoger, decidir, y tener cierto estilo de vida está sujeto a tus ingresos, mientras más capital tienes, mayor libertad tienes. Mientras más capital tienes, mayor acceso a la justicia, educación, salud y toma de decisiones tienes. Pues bajo el capitalismo, hasta la libertad es un valor con precio. La gran mayoría de seres humanos son reducidos a simples bienes intercambiables que deben ofrecer su trabajo al mejor postor, sin ninguna libertad o control democrático dentro de su ámbito laboral, un ambiente con gran semejanza a los regímenes totalitarios. ¿La libertad a escoger quién será tu amo es libertad? ¿Le debe dar el esclavo gracias al amo por alimentarlo? ¿La libertad a escoger qué vas a comprar es libertad? ¿Acaso la libertad se ha prostituido de tal manera que sólo se aplica a lo comercial? ¿Una sociedad democrática con instituciones totalitarias?
El comunismo marxista leninista sujeta la libertad del pueblo entero a los vaivenes del poder central, la libertad de todo hombre y mujer se convierte en patrimonio de unos cuantos que supuestamente conocen lo que es mejor para todos. Ellos deciden qué nivel de libertad tendrás; tu voz, voto y voluntad pierden todo significado, ya que tu derecho a ser libre es cedido a cambio de un reducido nivel de manutención y estabilidad laboral.
La libertad es democracia, ya que aunque nosotros somos dueños de nuestros propios destinos, una decisión que incide en la vida de los demás obliga la participación e inclusión de ellos en la toma de esa decisión. La democracia participativa nos garantiza el derecho de todos a vivir en libertad con libre ejercicio de nuestra voluntad individual y colectiva sin imposición alguna. Un pueblo no es libre si sus instituciones económicas, políticas, sociales y espirituales no están fundadas en la libertad democrática. No se dejen engañar por las afirmaciones de que las únicas dos opciones son el capitalismo y comunismo, cerrando así la vía al progreso real. Otra alternativa es posible, y es la alternativa de un pueblo libre y soberano unido democráticamente. Debemos seguir avanzando, porque a luz de toda la injusticia, desigualdad y explotación que vemos hoy en día, debemos tener fe en que un mundo mejor es posible, y ese mundo, es un mundo de libertad. Hasta la próxima,
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