El padre Luis Ugalde sobre Marx y el Estado

Sin duda alguna y dándole al César lo que es del César, el padre Luis Ugalde no sólo es un gran conocedor de la doctrina religiosa que profesa sino, igualmente, un estudioso del marxismo aunque con éste no congenie y más bien lo combata en cada oportunidad que lo cite. Ojalá muchos proletarios estudiaran e interpretaran el marxismo con la objetividad con que lo hace el padre Luis Ugalde, pero no para combatirlo sino para pregonarlo.

 En estos días, el padre Luis Ugalde escribió y publicó un artículo en El Nacional titulado “Elogio de la política”, que leí con mucha atención y donde nos dice verdades irrefutables del marxismo que debemos defender, aunque, con mucho respeto, el mismo padre Luis Ugalde no esté de acuerdo con ellas.

 El padre Luis Ugalde nos dice que para “… Marx el Estado siempre es una dictadura, es decir, imposición de los intereses de unos para anular a los otros”. Pues, el padre Luis Ugalde no está equivocado y nos dice la esencia del pensamiento de Marx sobre el Estado incluso en un tiempo en que unos cuantos pregoneros del marxismo jamás citan la idea de Marx de que el Estado es siempre una dictadura de clase y tratan de envolver todo el pensamiento marxista sobre el Estado en  el exclusivo término “democracia”. Ningún Estado (como dictadura política) niega la democracia política, por lo menos, para la clase social a la cual le defiende sus principios y sus fundamentales intereses económicos. El nazismo, por ejemplo, jamás negó democracia a la oligarquía financiera alemana, porque de hacerlo ésta hubiera conspirado y la caída del dictador hubiese sido más temprana.

 El Estado, como dictadura del proletariado para Marx, significaba o significa dictadura sobre la burguesía y sus organizaciones políticas burguesas y democracia para la clase obrera, los demás sectores populares y organizaciones políticas que no conspiren para derrocar la revolución proletaria por la vía de la violencia social. Y hasta el sol de hoy, eso sigue teniendo vigencia si en verdad se pretende construir el socialismo en toda la faz de la Tierra. Sin embargo, contrariando en parte al padre Luis Ugalde, la concepción del Estado (como dictadura política) no fue profesada y practicada, por ejemplo, por Lenin en el mismo sentido que lo hicieron Stalin y Mao. Para Lenin, un elemento de organización esencial del Estado o de la dictadura del proletariado, se aplicaba por medio de los sóviets, los cuales fueron disminuidos y hasta eliminados por Stalin para crearle muchísimo más poder político a los organismos superiores del Partido Comunista y del Estado. Eso, con Lenin no caminaba. Por algo, sin que rigurosamente fuese así, Lenin llegó a decir que el socialismo era la electrificación (como fuente del desarrollo industrial) más los sóviets (como organización política el pueblo).

 En verdad, debe reconocerse, en su artículo el padre Luis Ugalde dicta una cátedra de política que debemos tomar muy en consideración, aunque en algunas líneas no compartamos su creencia. Nos dice: “En la política, si es democrática, participa la pluralidad de la sociedad…”. Se pudiera decir que en un sentido general es así, pero la democracia tiene su cara concreta y ésta tiene que ver con la clase social que detenta el poder económico y a través de éste domina el poder político. Más adelante agrega el padre Luis Ugalde: “… La política es el arte de combinar intereses diversos y contrapuestos…”, y eso es verdad en la medida en que no se produzcan las condiciones objetivas y subjetivas para que una clase social decida asaltar el poder político y arrebatárselo a la que lo tiene y lo disfruta. ¿Acaso no fue así cuando la burguesía derrotó a los feudales). La sociedad no puede vivir en un eterno conflicto tensionado y por eso existen hasta largos períodos que no son ni de verdadera `paz ni de verdadera guerra. Luego acota el padre Luis Ugalde: “… Los políticos dignos se dedican al bien común, al difícil arte de hacer que lo público redunde en beneficio de lo privado y lo privado se empeñe en la construcción del bien común…”. Para buen entendedor, pocas palabras y eso es, lo reconozca o no el padre Luis Ugalde, la esencia del comunismo.

 Posteriormente, el padre Luis Ugalde nos señala: “… La bota militar, la burguesía, el partido comunista o fascista, la monarquía absolutista, la teocracia clerical, o cualquier otra yerba usurpadora forman el horror dictatorial…”. El padre Luis Ugalde, tal vez sin querer, reconoce que todas las formas de gobierno son dictaduras y eso también lo reconocía el camarada Marx como todo marxista. El meollo que no nos aclara el padre Luis Ugalde es: ¿a quienes sirve tal o cual dictadura, aunque a todas las interpreta como usurpadoras? En verdad, todo marxista debe reconocerlo, toda dictadura –sin excluir a la proletaria o socialista- constituye en sí misma un recorte riguroso a la libertad. De allí que una dictadura del proletariado tenga el deber de abrirle al pueblo el terreno propicio para su desarrollo cultural y artístico precisamente en la medida que deje de ser dictadura. Eso no lo hace ninguna otra dictadura de clase. Por eso, el camarada Lenin decía que “… mientras el proletariado necesite todavía el Estado no lo necesitará en interés de la libertad, sino para someter a sus adversarios, y tan pronto como pueda hablarse de la libertad, el Estado como tal dejará de existir...”. 

 En mi rústica y sencilla manera de interpretar la política el problema estriba en que el padre Luis Ugalde separa la democracia de la dictadura y, hasta ahora, la una no puede vivir sin la otra. Es cierto que una democracia representativa no es igual a una participativa pero ambas tienen que ver obligatoriamente con dictadura de clase social a través de partidos políticos o de castas de cualquier género. La democracia tiene que ver con la política y ésta, aunque nos empecinemos en no reconocerlo, es la lucha de los intereses y de las fuerzas, no la de los argumentos, al decir del camarada Trotsky. La burguesía no puede hacerse eco de los fundamentales intereses económicos del proletariado ni matarse en la esfera de la lucha de clases demoliendo todos los espacios de la pequeña burguesía para beneficiar a la clase obrera. Y esa verdad igual tiene validez para el proletariado. En fin y creo que el Padre Luis Ugalde lo sabe muy bien: no significa lo mismo democracia para la burguesía que democracia para los obreros como tampoco el concepto de dictadura.

 No cuestionemos ni critiquemos la preocupación del padre Luis Ugalde por la democracia e, incluso, por la dictadura. Más bien, prestémosle atención. En su artículo “Elogio de la política” muestra su inquietud cuando siente amenazada la democracia incluso en Estados Unidos y en Europa donde cada día es mayor la concentración de poderes en manos de la oligarquía financiera y se ensancha el gigantesco horno de la miseria social para los muchos. En lo particular, voy un poco más allá del padre Luis Ugalde, porque las crisis actuales del capitalismo, la agravada y tensionada contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción capitalistas, los síntomas de muchas rebeliones populares desesperadas por encontrar mejoría a sus múltiples situaciones de miseria, el deterioro cada vez más agudo de las condiciones socioeconómicas de los sectores medios de la sociedad, entre otros elementos objetivos, están conduciendo –mucho ojo con esto- al establecimiento del nazismo en las naciones de capitalismo altamente desarrollado. Y eso, significa una guerra intercontinental. El proletariado de los países imperialistas tiene la primera facultad para evitarlo si se decide a arrancarle el poder a la oligarquía financiera y sus acólitos políticos.

Por supuesto, también respetable y está en su derecho, el padre Luis Ugalde fija su posición política de manera muy clara para el venidero proceso electoral del 7 de octubre del presente año. El esta cuadrado con la Oposición o Mesa de la Unidad (MUD). Trabajará por ella, tratará de ganarle simpatizantes y asegurar su participación el 7 de octubre votando por el candidato Capriles Radonsky como nosotros lo haremos por el camarada Chávez. Si embargo, independiente de ello, el padre Luis Ugalde, debemos reconocerlo, nos dicta clase de marxismo mucho mejor que los ortodoxos que se empecinan en sostener que el objetivo final no es nada y que el movimiento lo es todo. Por ello es saludable terminar con una cita sobre el camarada Trotsky y que cada quien saque su conclusión. Nos dice: “… la concepción marxista de la necesidad histórica no tiene nada que ver con el fatalismo. El socialismo no se va a realizar <<por sí mismo>>, sino que será el resultado de la lucha de fuerzas vivas, clases y partidos. La ventaja crucial del proletariado en esta lucha reside en que él representa el progreso, mientras que la burguesía encarna la reacción y la decadencia”.



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Freddy Yépez


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