Sucede que no aprendemos, que tenemos que tener el agua al cuello y falta de oxigeno para saber que estamos en aprietos, sucede que ayudamos en la decepción de nuestros cuadros, sucede que la revolución y el patrono busca el equilibrio o la decisión justa, dentro de su criterio y no dentro del verdadero problema que muchas veces embarga a nuestros compañeros, que a su ves son militantes y Camaradas, siempre y cuando esto no afecte el trabajo ni los intereses de nuestros camaradas y cuadros que hoy ejercen cargos de responsabilidad.
Es impresionante la cantidad de gente opositora con historia y presente intacto en su ideología que hoy son los que más se benefician de la revolución, es preocupante ver y escuchar en calles, pasillo y comunidades, las mismas quejas que durante años vienen lastimando el sentimiento y compromiso con nuestro naciente proceso, el patrono no hace nada, el dirigente se hace cómplice y los autocráticos pasamos a hacer parte del montón de los que supuestamente no saben nada y en su máximo nivel son llamados Antirrevolucionarios.
Hace falta, esa gente valiosa que moría por guardar lealtad, hace falta el verdadero compromiso revolucionario más allá de un 15 y un ultimo, hace falta ser verdaderamente justos y cumplir con la mayor suma de felicidad posible en cada uno de nuestros cuadros, hace falta que el patrono se preocupe por su gente y se pregunte!
¿ si dentro de sus experiencias y batallas, son los principios y valores los que hacen nuestra revolución humana?
Y es que a la humanidad la confundimos con el concepto de felicidad y esta a su ves, con pequeños momentos,
“la felicidad son momentos” pero la humanidad no puede ser momentánea, nuestra revolución tampoco puede ser momentánea y nuestros cuadros deben ser como el Ché, Bolívar, Martí, Fidel, Lenin Marx, hegel, nuestros cuadros deben quedar para la historia y ser respetados por su capacidad moral, intelectual y espiritual.
La mayor deuda que tiene nuestra revolución, definitivamente es con el obrero revolucionario que a pesar de una ley revolucionaria, a pesar de tantas cosas que la burocracia se come, ese hombre y esa mujer luchadora continúan allí. El maltrato del patrono, los no se cuantos caciques que lo siguen, el asistente y el asistente del asistente que también da ordenes, los escoltas de los escoltas que también dan ordenes, los supuestos revolucionarios que critican a empresas de explotación obrera y emplean la misma actitud y lo más importante, la falta de reconocimiento al personal que se parte el lomo por alguien que no conoce y que jamás volteara su vista hacia los problemas de los demás, entonces como podemos hablar de la transformación del hombre y la mujer nueva, como podemos hablar de socialismo y de humanidad, si nos burlamos de las lineas estratégicas de este proyecto bolivariano y las usamos contra los cuadros que ya tienen bastante rato viendo a los escuálidos limpiarse con nuestros logros y marcando su voto en la tarjeta contrarrevolucionaria.
Camaradas, el que crea que esta engañando al proletariado, el que cree que engaña al Comandante Chávez, el que subestima la capacidad intelectual de su gente, esta condenado a ser un pobre hombre toda su vida.
La revolución y el socialismo se gana peleando, peleando y peleando.
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