Los anhelos históricos de la humanidad por construir una sociedad más justa solo pueden lograrse cuando desaparezca la explotación del hombre por el hombre, cuando el régimen político no esté asentado sobre formas económicas de expoliación del trabajo ajeno; es decir, solo cuando una revolución socialista derroque la dictadura de la burguesía y abra paso a la verdadera democracia.
La construcción de un Estado inspirado en esos ideales fue lo que se inició en Rusia el 07 de noviembre de 1917 (según el actual calendario) cuando el partido de los Bolcheviques, que ya había empezado a usar el nombre de Comunista, guiado por Vladimir Ilich Lenin derroca el gobierno de la burguesía terrateniente que mantenía vínculos muy fuertes con el zarismo (la realeza) que él mismo había “derrocado”, era la primera vez que los trabajadores y trabajadoras tomaban el poder político para la construcción de un Estado de avanzada, tanto así que en pocos años lograron superar el llamado “problema de las nacionalidades” para fundar la llamada Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y unificar bajo un mismo Estado, leyes, bandera y sueños pueblos enfrentados por mucho tiempo.
No era la primera vez que se intentaba una revolución proletaria, mucho antes en Paris la efímera pero heroica experiencia de la Comuna, seguida muy de cerca y apoyada por Marx y Engels, había demostrado la posibilidad de derrocar a los gobiernos de la opresión; aquella experiencia fallida fue en buena medida inspiración para que ese gran marxista, me refiero a Lenin, guiara al proletariado ruso a la toma del poder y constituir el más grande Estado proletario el cual logró rápidamente, bajo la orientación del marxismo-leninismo, superar taras sociales y económicas para convertirse no solo en una de las mayores economías del mundo y en potencia científica, técnica y militar sino en el Estado de mayor apoyo logístico y material a todos los procesos de liberación que en el mundo se libraron durante su existencia.
Más allá de lo que los apologistas del capital y de las sociedades burguesas puedan decir a través de sus medios con mentiras y tergiversaciones la Revolución Bolchevique abrió espacio a la construcción de un mundo diferente y más justo, los errores políticos y de otro tipo cometidos por el PCUS y las administraciones muy posteriores a Lenin y a los líderes de la revolución llevaron a la desaparición de esta experiencia luminosa más de 70 años después de la proeza de aquel octubre (en el antiguo calendario) y perdió el mundo un faro enorme de apoyo a las luchas por la liberación nacional y social.
No puede haber revolucionario y revolucionaria que no estudie y se apropié de la rica experiencia de esta revolución que inició la era que aún transitamos: la transición del capitalismo al socialismo.
Primera semana de campaña
Sí algo se ha podido palpar en esta primera semana de campaña por las gobernaciones en todos los foros digitales, en la conversa de calle y en la prensa, es la necesidad de que el poder constituido entienda que no le queda de otra sino abrir paso al poder constituyente es decir al Poder Popular, el pueblo venezolano está cada día más dispuesto a hacer realidad lo de democracia participativa y protagónica contenida en nuestra Constitución Bolivariana; entonces, los candidatos que no entiendan y se comprometan con eso son los candidatos a derrotar.
Es parte del debate que con altura estamos dando en el estado Bolívar, dónde el Movimiento Popular y Revolucionario está consciente de la necesidad de un cambio para bien, no de un cambio que implique retroceso; es decir, de un cambio que sea expresión de profundización del proceso bolivariano. ¡El Gallo está anunciando un amanecer luminoso para Guayana!.
Militante del PCV
@edgarmelendez79