No es el desaliento lo que hará avanzar la Revolución

Impactante el resultado de las recientes elecciones: 50.66 Nicolás Maduro, 49, el fascista burgués. A algunos nos dejó como ante una situación de inminente peligro, a otros culpando al pueblo “desagradecido” o al “abúlico”, algunos a quienes ostentan cuotas de poder en el Gobierno Nacional, otros más a la guerra sucia de la oposición y sería interminable enumerar las razones de la razón de las cifras finales. Todas ellas muy válidas. Sin embargo, un análisis pragmático no puede ser simplista. Son muchas aristas que deben considerarse.

Centraré mi reflexión en la que considero más evidente: la emocionalidad. Ésta razón tan humana explicaría el impacto sufrido más que ningún otro factor. Emocionalidad por la reciente muerte de nuestro Eterno Presidente que con su fuerza, clarividencia y pasión nos llevó a las mieles de las mejores victorias; por la sensación de desamparo que muchos ni siquiera nos atrevíamos a confesarnos ni a nosotros mismos; por la orfandad e inseguridad para transitar el camino de cambios que se impone continuar y que no estamos seguros que “alguien pueda guiarnos” como lo hacía Nuestro Chávez; ni siquiera Nicolás, por mucho que El Líder lo haya designado. Nos repetíamos que si Nuestro Comandante había tomado esa decisión, era porque era la mejor, la más acertada, pero implorábamos que no se hubiera equivocado. Además, no se alcanzó a digerir tamaño cambio, a pesar de los sinceros y grandes esfuerzos de Nicolás. Con la convicción de lo certero de las decisiones de Chávez, salimos a votar este 14 de abril más de siete millones de combatientes por una patria mejor, por un mundo más justo y de bienestar social. Así que no nos flagelemos, Chávez inició el camino del logro de sus sueños, apenas con un puñado de hombres y ciertamente al lado de ellos otro tanto de valiosas mujeres. Y miren todo lo que logró para nosotros y para nuestra Patria Grande.

Aceptemos que no solo unos pocos deben tomar el morral de combatientes de Nuestro
Eterno Líder, asumamos el nuestro cada uno de nosotros con compromiso, con honestidad y vayamos a fortalecer el “poder popular”. “Solo el PUEBLO salva al PUEBLO”. Ya no lo tenemos físicamente al “Caminante” que hizo camino al andar, pero tenemos el privilegio de haber andado un buen trecho con él y ya bastante que nos lo dijo: El capitalismo es nuestro mayor enemigo. Pongámonos los pantalones largos de revolucionarios, leamos, investiguemos y analicemos cuánto de capitalistas hay en nuestras concepciones y vivencias cotidianas. Solo así en el reconocimiento de la verdadera debilidad capitalista, podremos encontrar el verdadero origen de nuestros males, fracasos e inseguridades. Y nada mejor para cerrar estas humildes consideraciones que el canto AlÍ Primera: “No basta con rezar, hacen falta muchas cosas para conseguir…” y agrego yo: CONSOLIDAR LA PATRIA.

Que estos resultados sean el acicate de una Revolución que debe instaurarse en el hacer y el vivir de cada uno de nosotros. Se lo debemos al Coloso de América.

¡CHÁVEZ VIVE, LA LUCHA SIGUE!


blancaelida@hotmail.com


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