Sin duda alguna que el 14 de abril de 2013 los venezolanos convulsionamos y eso mostró por un lado la LEALTAD SUPREMA de la cual estamos hechos y por otro lado y lamentablemente tenemos que reconocerlo surgió la TRAICIÓN HISTORICA de la cual también está hecha nuestra estructura humana.
Por más de 500 años ha existido esta lucha interna, pues por nuestro torrente sanguíneo corre sangre heroica, patriota, valiente y digna pero también corre la cobarde, anti patria, traidora e ignominiosa, sí señor, si hacemos un breve análisis lo demostraremos.
Guacaipuro por ejemplo fue un Gran Cacique que se enfrento a un IMPERIO sin saber si esto como tal existía, sin importarle su tamaño, sin saber si sus armas eran poderosas o no, se enfrentó y venció al IMPERIO ESPAÑOL con su valor e ingenio, con su destreza, astucia e inteligencia, ¿que lo hizo enfrentar aquella amenaza? sin duda el peligro que corría su soberanía, su patria, su cultura mas allá de su vida misma, este gran guerrero esta en nuestros genes, él es parte de nuestra humanidad y él surge en nosotros cuando enfrentamos la adversidad o lo imposible de vencer, es ese espíritu indomable que nos hace victoriosos y es lo que nos permite salir airoso de esas luchas titánicas que se nos pueden presentar y que nos deben hacer decir, he vencido por el Guacaipuro que llevo por dentro.
Pero también existen aquellos que participaron en la Batalla de Maracapana, más de 18 mil indígenas que lucharon contra ellos mismos, conducidos por tan solo 300 soldados españoles que sin duda los deben haber convencidos con una sarta de mentiras, que cinco siglos después aun nos deja palidecidos pues increíblemente su debilidad de conciencia los hizo virar sus armas contra sí. Así como estos guerreros vencidos y confundidos también están aquellos que vendieron a Guacaipuro, que fueron igualmente manipulados, engañados hasta sucumbir ante la oferta engañosa, y esa fragilidad del deber ser está latente en nuestro día a día, en nuestro latir de corazones, recordemos siempre que cuando caemos de rodillas ante nuestros enemigos y dejamos a un lado la lucha digna, se hace presente la Maldición de Maracapana, surge de nuevo el que vendió a Guacaipuro.
Pero hace 200 años florece una nueva demostración de grandeza con Simón Bolívar a la cabeza, que grandes fueron Sucre, Miranda, Josefa Camejo entre tantos, que valentía, que entrega, que orgullo es sentir que esta valiente sangre recorre nuestro cuerpo, es invalorable el legado humano que nos dejaron todos estos dignos seres. Bolívar traspaso las fronteras para llevar libertad, tiro su riqueza y comodidades por salvar a su patria y lo logró y nos liberó del yugo español, es por eso que cuando nosotros nos empeñamos en romper cadenas, en unir pueblos y liberar al oprimido, allí esta Simón, allí esta Miranda, cuando el ingenio nos permite hacer sueños realidad, allí esta Robinson, allí esta Sucre, cuando acabamos con las desigualdades sin duda que allí están las Josefas y tantos otros y otras.
Eso somos, así nos comportamos, cuando la patria es primero, allí está el espíritu Bolivariano haciéndonos palpitar de soberanía.
Sí, pero también existe un José Antonio Páez, que aunque nadie pueda negarle su inmenso aporte en la independencia, tampoco podemos soslayar su traidora conducta. Este hombre declinó ante el privilegio del poder, la avaricia y se convirtió en uno de los principales verdugos venezolanos del Gran Simón, y de toda su obra, fue corrupto, fue egoísta y fue desleal y además lo hizo con el mismo arrojo con que luchó en las batallas independentistas y eso también corre por nuestras venas.
Por eso que cuando le damos la espalda a la causa digna, allí aparecerá el león de payara, allí está el que mato a Sucre, allí estará el que descamiso a Bolívar y lo dejo sin patria, cuando nosotros acumulamos poder para luego enfilarlo contra los interés soberanos, allí aparecerá la conducta burguesa de los hacendados, de los explotadores de esclavos, cuando ultrajamos al campesinado allí aparece esta sangre mediocre que por momentos acabo con los sueños de Bolívar.
Cuando caemos ante los halagos y las comodidades y olvidamos nuestros objetivos patrióticos, allí aparecerá la INGRATITUD como estandarte, recordándonos lo que sucedió hace 200 años con aquellos hombres y mujeres que lo dieron todo por el país y por la patria grande, merecedores sin duda de otro destino pero la ambición desmedida de las oligarquías de entonces utilizando como instrumento una vez más a gente de pueblo, corrompidos, desclasados y degenerados bajo el manto de la vil TRAICION, pulverizaron los grandes logros o hazañas de la lucha independentista para rendirse ante los intereses de la burguesía criolla, quienes como uno solo; Traidor y Burgués, se esforzaron por desaparecer el legado del Genio de América y sus próceres.
Estos genes nos hacen presa fácil de la adulancia, nos hacen susceptible a la traición, a la falta de reconocimientos de buenas acciones, pero también de las matrices de opiniones, de la carga mediática, recordemos que también se usó con Bolívar, a quien se le llamo tirano y monarca como muchas otras descalificaciones que lo dejaron finalmente solo y desterrado.
Cuando no valoremos lo que somos, nos vendamos a intereses subalternos, y sin pudor alguno traicionemos a la patria, allí aparecerán quienes motivaron al Libertador a expresar su ultima proclama; “Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores que me han conducido a las puertas del sepulcro”.
Hace mas de 150 años vuelve a brotar la grandiosidad de la que estamos revestidos, y con la consigna de Tierras y Hombres Libre, un hombre levanta su voz y vuelve a cabalgar en la batalla por la igualdad, por la justicia y la dignificación del hombre y la mujer venezolana(a). Zamora asume aquel liderazgo que marca una historia al tocar los intereses de los godos al declararles la guerra y exigir las tierras para el pueblo en la Guerra Federal, esta oligarquía ya acostumbrada a explotar y a ultrajar pueblos encontró en El General del Pueblo Soberano como se le conocía, un enemigo de temer, estratega, audaz, que fue venciendo paulatinamente en la Vela de Coro, El Palito, en San Felipe, en Santa Inés, mostrando ya sus excepcionales cualidades como conductor de tropas y convirtiéndose en un libertador del campesinado. Esta sangre también corre por nuestras venas, y en la ocasión de luchar por la reivindicación del hombre del campo, allí aparecerá Zamora, cuando seamos incansable y astutos allí estará él, cuando seamos valientes y justos Ezequiel Zamora estará cabalgando.
Sin embargo este hombre fue vilmente asesinado y recibe un balazo en la cabeza que le causó la muerte. La causa queda en el misterio. Algunos dicen que la bala salió de su propio campo, incluso hay quienes dicen que obedeciendo órdenes de Falcón y Guzmán Blanco. Pero sin duda que aquí estuvo presente una vez más el enigma de la traición, que nos persigue, esta muerte cambió el rumbo positivo que llevaba la guerra para los federalistas y produjo la pérdida, del que para muchos fue el más importante líder popular del siglo 19 venezolano.
Esto ha sido una constante, siempre cuando hay un hombre o una mujer que lucha por la causa de la mayoría, surge de las entrañas el enemigo que detiene en seco el progreso. Cuando nuestra conducta genere dudas y no sea coherente lo que decimos con lo que hacemos, está haciéndose presente la mano que le arrebató la vida a Zamora, cuando sea explotado un campesino o sea asesinado allí aparecerá la cobarde conducta, la desleal acción que siempre pondrá por encima los intereses de pocos sobre la mayoría.
Al amanecer del siglo 21, aparece quien para muchos es el Libertador de esta época, el Bolívar reencarnado, el Zamora de estos tiempos, el Guacaipuro con su grito temible, el hombre que sintetiza a todos los grandes hombres y mujeres de los últimos 500 años. Hugo Chávez, el hombre de pueblo, que tomo las banderas ya no izadas y las volvió a flamear, logrando devolver la dignidad a su tierra, rescatar la integridad latinoamericana, hacer sentir la identidad nacional y soberana, y devolverle la patria a su pueblo amado.
Todo fue hecho con gran ingenio, con dedicación, con constancia, con cariño, con esmero, con astucia, con firmeza y valentía que cuando hagamos que germine la semilla en tierra fértil, allí estará el legado del Máximo Líder, cuando devolvamos la felicidad a los corazones, allí está el arañero, cuando alcancemos la cumbre, allí estará Chávez, cuando le demos calor al que muere de frio, levantemos al caído, apoyemos al desvalido, consintamos al olvidado, allí estarán los genes del Gran Hugo y lo más importante que Chávez nos deja en nuestra humanidad, es la conciencia, si sabemos con certeza para donde vamos y que hacemos, cual es nuestro rol en esta nuestra patria sin duda habremos recibido la herencia del Comandante Supremo. Dichoso el hombre o la mujer que por sus venas corra la sangre de Hugo Chávez.
Pero lamentablemente también corre por nuestras venas, los que asesinaron a aquellos hombres y mujeres el 11 de abril, los que dejaron en la orfandad alimenticia y de servicios a los venezolanos por el solo hecho de detener la revolución, los que siempre desearon la muerte de Chávez.
Cuando veamos a una persona que ha mejorado su calidad de vida enormemente, celebrando la muerte de Chávez, decimos allí está otra vez el veneno de la traición, o cuando notemos que alguien de pueblo que recibe todos los beneficios de los distintos programas sociales de inclusión del Gobierno Socialista, y dice la revolución no me ha dada nada, allí sentimos la ponzoña de la ingratitud de nuevo, cuando alguien ha mejorado su estatus en la sociedad y diga basta ya de todo esto, cuando alguien diga la empresa privada es mejor y nos da más beneficios, o crea todo lo que dice la televisión opositora y no se tome la delicadeza de buscar la verdad, o cuando a alguien le sea indiferente su país y no participe en su construcción, estaremos en presencia de los que mataron a Guacaipuro, los que descamisaron a Bolívar, los que asesinaron a Zamora y los que sin duda desaparecieron físicamente a Hugo Chávez y de los que ahora quieren borrar su memoria.
De eso estamos hechos, por nuestro lado izquierdo corre la sangre de Guacaipuro, Bolívar, Zamora, Chávez y por el lado derecho fluye toda la sangre de aquellos que les traicionaron, vejaron, y asesinaron, y eso fue lo que sucedió el 14 de Abril, fue el choque de nuestras herencias humanas, fue la disputa interna entre ser LEAL o TRAIDOR, fue el combate cuerpo a cuerpo de ir hasta el final erguido o el detenerse para arrodillarse, fue la pelea entre creer una mentira o buscar la verdad, entre involucrarse o aislarse. El nivel de conciencia aun nos hace mayoría, pero fue una lucha definitiva entre el bien y el mal que existe en nuestro cuerpo.
El antídoto para poder liberarnos de la cobardía, del apátrida, de la deslealtad, de la deshonestidad es, elevando el nivel de conciencia de lo contrario habremos arado en el mar.
Debemos recordar que es más fácil ser derecha, es más fácil mentir, robar, aislarse, ser irresponsable incluso matar pero que complicado es dar vida y construirle su destino, y además decir la verdad, ser honesto, ser leal y valiente requiere de valores y principios que deben ser cultivados pues de lo contrario se hacen cuesta arriba.
Nuestra patria esta inoculada de la herencia digna de estos hombres y mujeres que en 500 años nos hacen sentir orgullosos de ser su descendencia pero también de la rastrera y mediocre de todos de quienes les enfrentaron por eso sigamos nuestra huella para extirpar de nuestro cuerpo de una vez por todas esa malignidad biológica.
Por tanto luchemos como lo hizo el Gran Cacique, y no habrá adversidad que nos detenga y si hay que enfrentar a un nuevo imperio para rescatar al pueblo de su letargo, lo haremos, o como lo hizo Bolívar que liberó pueblos, nos toca a nosotros ahora liberar almas de esa pena que nos perturba, es imperioso llegar a mas pueblo y debemos batallar entonces como Zamora en Santa Inés pero hay que traerlos, vamos a impregnarnos de Chávez y rescatemos a los oprimidos por el odio y la maldad…no es posible que existan tantos contagiados por el germen de la traición, es inaceptable, vamos por ellos pues eso nos garantiza la patria eterna, vamos pues a una nueva cruzada quizás la más importante en la historia patria; La Batalla de los Genes…ya que en esta Guerra Interna en tu humanidad, el Amor debe vencer al Odio, la Verdad a la Mentira y la Lealtad a la Traición pero esta vez para siempre, a desaprender y aprender de nuevo para generar CONCIENCIA, solo así podremos decir incluso con una fuerza ancestral…Independencia y Patria Socialista…Vivimos, Viviremos y Venceremos.
En modo de reflexión… ¿en qué posición te encuentras tú en esta Guerra Ancestral?
Corriente Radical Socialista y Revolucionaria “Hugo Chávez”