En el capitalismo el asalariado vende su fuerza de trabajo al propietario de la tierra, de las fábricas, de los instrumentos de trabajo. El obrero emplea una parte de la remuneración de su jornada de trabajo, es decir, su salario, en cubrir el costo de su sustento y el de su familia, la otra parte de la jornada trabaja gratis, creando para el capitalista la plusvalía, génesis de las ganancias, fuentes de la riqueza de la clase capitalista. En síntesis la plusvalía es la parte del valor añadido a la mercancía por el trabajador asalariado, que es apropiado por el capital y que no es remunerado.
En su tiempo Marx (1850) consideró que solo la producción material y los trabajadores ocupados en ella generan plusvalía, para la época la producción fundamental de los países más adelantados era la de bienes materiales, en ese sentido homologó la riqueza de la sociedad a la abundancia de tales bienes materiales y solo concibió la plusvalía objetivada en estos bienes que después eran transformados en dinero.
En la actualidad la producción capitalistas de servicios se extiende cada vez más y resulta obvio que no solo la producción material genera plusvalía, sino que hay generación de plusvalía en la producción de servicios y que los beneficios que el capital obtiene de estas actividades no provienen del reparto de la plusvalía generada solo y exclusivamente de la producción material sino que son el resultado del trabajo no pagado a los trabajadores de esas empresa. Es así como desde el punto de vista de la producción de servicios, esta ha sido organizada en términos capitalistas, ejemplo de ello los encontramos en los procesos de urbanismos y aglomeración de personas en la ciudades modernas concretamente en las áreas de las telecomunicaciones, hotelería, transporte, salud, educación, seguridad entre otras.
Llama la atención que el discurso y práctica de combate al capitalismo de los más conspicuos dirigentes del proceso revolucionario del socialismo del siglo XXI adolece de manera casi absoluta de la noción de plusvalía, o dicho de otra manera la plusvalía para ellos y ellas no existe, cuestión que nos retrotrae al subtitulo de este articulo ¿Es posible trascender el capitalismo sin abolir su génesis?