Un Grupo estamos promoviendo la organización de eventos de reflexión sobre el curso de nuestro proceso revolucionario. Y resalto lo de nuestro, porque si no mostramos sentido de pertenencia, no será sustentable.
Es necesario dejar muy claro que no dudo de que la dirección correcta es el socialismo, y que el Presidente Maduro está trabajando muy duro en esa dirección, con el mayor entusiasmo y honestidad. No dudo para nada en el legado de Chávez, a quien amo como un segundo Libertador. También es necesario dejar muy claro que en los 15 años de revolución se ha avanzado muchísimo en lo político y lo social, y estoy seguro que el mundo progresista tiene la mirada en nosotros. No olvidemos que estamos en una cruenta transición (yo la llamo el “zaguán”), y el viejo capitalismo lanza desesperados zarpazos violentos de agonía (larga agonía, larguísima agonía, alguien dijo que ‘el capitalismo tiene los siglos contados’) y el naciente socialismo aún no reúne la fuerza para imponerse, empezando por nuestra consciencia, aún capitalista. Lo bueno y lo malo es responsabilidad colectiva. 15 años es poco tiempo para un cambio social y cultural, más aún, sólo desde 2006 se empezó en Venezuela con cambios hacia el socialismo, después de haber cimentado aspectos ideológicos, políticos y sociales fundamentales.
Ahora, en este momento en Venezuela se percibe un grado de descontento y preocupación entre algunos revolucionarios sinceros, producto de algunas fallas en el proceso (corrupción en algunos casos, desidia en algunos funcionarios, ineficiencia, algunas desviaciones, la constitución de grupo de poder, la “nomenklatura”, etc., aunque en líneas generales el proceso avanza en buena dirección), pero también debido a muchas desinformaciones producidas en laboratorios de la derecha que actúan de innumerables formas y han calado en la población, y el desánimo que ocasiona la escasez para aquellos que no comprenden completamente su origen.
Es necesario trabajar para dotar a los militantes de un mayor grado de consciencia revolucionaria. Una forma es a través de jornadas de reflexión, tratando por ejemplo el conocimiento de la línea histórica del proceso, sus logros, sus trabas y un análisis crítico. Jornadas en las que debería haber un flujo de información en ambas direcciones, es decir, en las que aspiraríamos a recibir información honesta, sin ocultamiento. Jornadas en las que también podamos drenar nuestras preocupaciones.
Quiero aportar un granito de arena.
No nos sentimos representados por algunas personas de la dirigencia del proceso, por la dirección política. Creo que es un sentir generalizado la desconfianza hacia bastantes ‘dirigentes’, sobre todo a nivel local y regional, una ‘nueva élite’ que se ha formado, que “acata pero no cumple”. Los dirigentes honestos sufren enfrentando no solo a la oposición, sino lo más difícil, a esta ‘nomenklatura’
La derecha la llama la “boliburguesía”, término que rechazo, porque la corrupción no es inherente al bolivarianismo, ni al socialismo. Todo lo contrario, la ética es fundamental en el socialismo. Es el capitalismo el responsable fundamental de la corrupción, no hemos (todos) logrado superar al capital, seguimos actuando (todos) de acuerdo a su (anti)ética. Pero la derecha tiene razón en cuanto al fenómeno.
Cuando Biardeau plantea que “pareciera que la “transición al socialismo” se ha burocratizado… que se ha consolidado una ‘nomenklatura’ bolivariana, bajo la dirección del PSUV”, tiene razón. Esa ‘nomenklatura’ es un grupo que se ha posicionado en los cuadros de poder, que decide en función de sus intereses personales y grupales y no del colectivo, hay poca discusión y muchas “líneas” y cuando surge la discusión, se bloquea, se ahoga con lo de “no es el momento”, “eso podría perjudicar al proceso”, etc. y se apela a los procedimientos y a los estatutos, a la amenaza.
Pienso que aplica lo de “la verdad os hará libres”. La única forma de defender al proceso es trabajar por él activamente, y someterse abiertamente a la autocrítica.
Algunos revolucionarios han optado por la denuncia, pero viendo los toros desde la barrera, actuando como ‘comisarios ideológicos’, lo que no ayuda en nada. Se han formado grupos de opinión, que lanzan la suya al ruedo, pero no escuchan la de los demás. Y algunos son más ácidos que la derecha. Yo no comulgo con esa posición. La crítica hay que hacerla desde adentro, públicamente si es necesario, no debemos temerle al debate de las ideas, pero desde adentro. Proponiendo y haciendo, observar los toros desde la barrera es muy cómodo, pero no ayuda.
Entiendo perfectamente que estando en la transición hacia el socialismo (el “zaguán”, como me gusta llamarlo), se presenten contradicciones. Los males del muriente capitalismo, muy vivo en nuestra mente, salen a relucir con toda su fuerza. La debilidad del gestante socialismo no logra imponerse del todo. En transición la crisis es peor que antes y después, eso sucede en todo proceso, pero lo olvidamos y pretendemos exigirle demasiado al momento histórico.
Hay gente del proceso angustiada.
Y hay gente de “oposición” que podría ser socialista, bastantes lo son de corazón, por ‘interés de clase’, pero le huyen a esa descomposición. En su falta de claridad en la consciencia, le adjudican la desviación a la esencia del socialismo, no se dan cuenta de que estamos en transición en la que es inevitable ocurran esas cosas, precisamente por el pecaminoso capitalismo que trata de sobrevivir y se impone en nuestros comportamientos.
Pero si no luchamos contra esas desviaciones, no solo no acercaremos a la mayoría que nos adversa, sino que seguiremos alejando a los nuestros. Y sabemos cuáles son las consecuencias de eso.
Para muestra un botón, como dicen. Voy a dar un ejemplo. En mi municipio (Zamora, Guatire y Araira) el Sistema de Formación Socialista del PSUV, del que soy miembro como militante, no funciona desde hace más de un año. ¿Por qué? Porque a quienes correspondía la responsabilidad de liderizarlo no les pareció importante hacer de él una plataforma para todos. Algunos de ellos aspiraban a ser candidatos a Alcalde o Concejal por el PSUV en las pasadas elecciones (lo que es muy válido), y confundieron ambas funciones (pre candidato y dirigente del sistema). Los demás pre candidatos y sus simpatizantes, pertenecientes a otros ‘grupos de poder’ vieron esto como una amenaza y desconfiaron del Sistema de Formación. Se cayó. Cuando pregunté a uno de los dirigentes que cuándo se reconvocaría, me contestó que ‘cuando bajen las aguas’. Pues parece que no han bajado aún. Yo sostengo que quien tenga aspiraciones personales o grupales no puede ser parte dirigente de una plataforma que está al servicio de toda la militancia. Y mucho menos ser parte de ‘grupos de poder’. Resulta que ahora se hace muy difícil reconvocar al Sistema de Formación, hay mucha desconfianza en la militancia. A menos que se someta a un proceso de sincera autocrítica profunda.
Otro ejemplo. En 2012 – 2013 un grupo de más de cien personas trabajamos en función de un proyecto para transferir la gestión del aseo urbano al Poder Popular. Así lo manda la nueva Ley de Gestión Integral de la Basura, que además exige la separación de la misma y el reciclaje. Involucramos en la discusión a más de 400 personas, se hicieron más de 40 asambleas en comunidades y otras tantas reuniones institucionales. Se produjo una propuesta de Ordenanza de Gestión Integral de la Basura y un modelo de estatutos de Empresa de Producción Social Directa Comunal. Fue un trabajo de más de un año. Se introdujo formalmente la Ordenanza en sesión especial de Cámara Municipal, con la presencia del Presidente de la Comisión de Ambiente de la Asamblea Nacional, Diputado Manuel Briceño. ¿Y qué pasó? Pues la Cámara Municipal, en la que para ese entonces teníamos mayoría absoluta (los 9 concejales, TODOS, eran del PSUV) ni siquiera le dio la primera discusión. Unos decían que porque era hecha por el grupo de fulano, otros sencillamente no dijeron nada. Ahora, de los 9 concejales, tenemos sólo 3, y si seguimos así, pues no tendremos ninguno.
La alcaldesa de Zamora, cuando le planteamos hacer una segunda reunión con ella para exponerle los avances, sencillamente nos dijo, delante de algunos camaradas, que ella no estaba de acuerdo con el proyecto (a lo cual tiene derecho, por supuesto) y que no se sentaría más con nosotros (allí si pecó de sectarismo) porque ella según la ley (me imagino se refería a la del Poder Público Municipal, de 1989) ella tiene la competencia del aseo y no lo transferirá a nadie, pues tenía un proyecto con el Alcalde del Municipio Plaza (Guarenas) y Ecuador. Olvidó allí que hay otras leyes más recientes, de la V República (la de Gestión Integral de la Basura, las del Poder Popular, por ejemplo la de los Concejos Comunales, y la del Sistema Económico Comunal) del naciente Estado Comunal, que exigen transferir los servicios al Poder Popular, contrariando lo establecido en la muriente legislación de la Cuarta República. Si tenía observaciones, su deber era reunirse y plantearlas, incorporarlas al proyecto y mejorarlo. Me pregunto qué pensará la mayoría de la calidad actual del servicio, y si esta propuesta hubiese mejorado la situación.
No faltará quien me acuse ahora de haber brincado la talanquera. Pues soy socialista y chavista, militante del PSUV, apoyo a nuestro Presidente Obrero Nicolás Maduro. Siempre he sido socialista, desde antes de Chávez, y lo seguiré siendo mientras sienta en mi consciencia que es lo mejor para el mundo. No soy quien para hablar de mí, pero que se escrudiñe mi actuación personal, política y social. Acepto críticas, quiero crecer, pero no acepto que personas sin autoridad moral pretendan, como ‘comisarios de la revolución’, taparse los ojos antes la verdad que el pueblo ve.
Estos son simples ejemplos, estoy seguro que muchas personas pueden señalar otros. No se trata de inundar la red en una catarsis. Creo que debemos crear mecanismos para que la autocrítica, y el elogio (porque mucho bueno se ha hecho) sean encausados. De allí la propuesta que he hecho, la cual puedes consultar en Aporrea (http://www.aporrea.org/ideologia/a188222.html). Estoy en eso, buscando apoyo para hacerla realidad. Si te animas, hacemos equipo. Esto hay que hacerlo en todo el país.