Todo está en las calles

Escribir para mostrar, es un poco hacer ese reporterismo perdido de pasar por la calle y prestar un poco de atención a esa calle por la que transitamos. Es como ir con un GPS que permite detectar las ocurrencias, los hechos -malos y buenos-, las situaciones que están allí y que, pese a todo no varían mucho. Es apreciar, por ejemplo, que de repente una calle está agrietada y esa grieta sigue recibiendo las aguas de las lluvias y a lo mejor ni nos preocupamos, porque no sabemos el camino de esas aguas que por allí se escurren.
 
¡Mas adelante, es posible que haya un hundimiento, pero no lo avistamos, parece que se piensa en otros intereses!
El suelo es así, porque además de ese detalle del pavimento fracturado, no es muy difícil encontrarse mas adelante con los montones de basura que no solo las aguas arrastran, sino aquellas bolsas cuyos usuarios suelen colocar como guindas en las rejas de sus casas o alrededor de los árboles de mango que hay en la cuadra, y que esperan sea recogida por los usuarios de algún camión de basura que pase ese día por allí.
 
También hay otras bolsas, que hacen mas bolsas a los caminantes, como es el lanzamiento en bolsas de animales sacrificados, por personas que uno no logra entender.
Hasta ahí el asunto, porque esperar que las calles sean barridas es agua de otro cantar o de otro aguacero, que limpia por un lado, pero también se convierte en reserva geográfica de la basura que viene siendo arrastrada desde mas arriba.
Todo eso sin contar que la ciudadanía paga el servicio del Aseo, en los recibos de la electricidad. ¡Que tal!
Y lo de la basura es visible, porque quien crea que no es asì, solo tiene que pasearse por todo lo que es La Pastora y acercarse hasta la plaza que está en el llamado casco colonial, donde sus dos esquinas norteñas, tienen sus montoncitos de basura. ¡No hablo de otras parroquias en este articulo!
 
¡Eso es diario!
Pero en realidad el tema, aunque suene sucio, es más serio de lo que se ve, porque està relacionado con nuestras conciencias. El considerar, que es normal que las calles estén sucias, que es normal que las alcantarillas se rompan cada tres o cuatro meses; que es normal que la gente lance su basura en un contenedor, luego que toda su vida pagò por un servicio; es considerado normal que un sujeto (a) que venga con una bolsa de basura, la suelte en plena acera porque se acerca la camioneta que tomará para ir a su empleo; tampoco fortalece la conciencia aceptar que los motorizados pueden hacer lo que les venga en gana en la ciudad, como lo siguen haciendo pese policías y leyes; tampoco suele ser normal a nuestra conciencia, que los mismos funcionarios motorizados no respeten las luces del semáforo, tecnología que cada vez que recibe un aguacero fuerte, deja de funcionar; tampoco es normal, que los semáforos no contemplen el paso de los peatones. Quizá uno mas que otro lo permita, pero no estoy seguro.
 
Tampoco es normal que el rayado peatonal, precisamente no esté pintado de blanco, como se espera ni que las paradas de buses y camionetas hayan dejado de existir y consistan, exclusivamente, en el levantamiento de mano de los usuarios.
Tampoco es normal -se que a mucha gente le disgusta que se diga- que algunos confundan la plaza Bolìvar y sus alrededores con toda la ciudad, cuando señalan que està muy bonita y no es bueno que se confunda, por que estaríamos dando a entender que dentro de esa belleza, està también Ocarìz y el área que él dice gobernar como Alcalde, que como todos sabemos es una inmundicia diaria.
Ese reporterismo de calle puede decir mucho, mucho mas de lo que podamos creer y es que todo cuanto ocurre, por lo general y en un buen porcentaje, sucede en las calles. El intento de golpe de Carmona no sucedió en las calles – se movía entre sombras-, pero por ellas corrió la defensa de la revolución, que siempre està allí, dispuesta. Los excesos y decesos de los guarimbeiros se vieron en las calles, donde también estuvo la defensa revolucionaria que no cayó en las provocaciones de la obtusa, malintencionada y reaccionaria derecha capitalista venezolana e internacional.
 
Todo, por lo general, està en las calles. Algunos lo aprecian así, otros, por el contrario, lo ignoran, pero lo que acontece en las calles, es algo que permanece en la historia, que al final es la que permite la elaboración de los juicios.
Lograr que se cumplan las ofertas sobre los servicios que hacen las instituciones, es garantía para el crecimiento de la creencia y la fe en quienes tienen la responsabilidad de profundizar la Revoluciòn Bolivariana de Venezuela, así de sencillo.
 

Lee el siguiente blog: wwwpertinentes.blogspot.com (Premio Aníbal Nazoa/2010) Mención Opinión)



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Pedro Estacio


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