Atravesamos momentos de tensa calma y l@s que estamos comprometidos
con el pensamiento ideológico, político, filosófico de Chávez, no
podemos dejar de pensar en sí el rumbo que llevamos en el ámbito
cultural nos conducirá a erradicar la pobreza que nos carcome, la
pobreza espiritual, en este momento en que el mundo está repensando si
los modelos políticos que han imperado hasta ahora han contribuido a
lograr mayor felicidad en la gente, mayor bienestar.
En este sentido, cuándo Cháves planteó que el único camino para
preservar la vida en el planeta era el socialismo lo hizo porqué tenía
claro qué el capitalismo cuando no te mata el cuerpo te aniquila el
alma, por eso concebía la cultura con su peso específico pero
transversal a todos los aspectos de la vida, considerando el supuesto
qué si la cultura era todo para qué un ministerio de la cultura, pero
se percato qué era necesario asumir cierta áreas qué había que
profundizar cómo el libró y la lectura, el cine, la música, las artes
de la imagen, entre otras pero mas allá de fragmentar la cultura, era
convertirlas en herramienta de liberación para alcanzar esa meta
común, acabar con la pobreza espiritual.
Ese horizonte, ese camino trazando por el comandante eterno cuándo
planteaba la propuesta socialista, lo retoma la ONU, con estos 17
objetivos de Desarrollo Sostenible, por eso toca revisar con que
contamos, que necesitamos, a quienes convocar, que mecanismos, formas,
maneras, podríamos para lograr la meta que nos trazamos, que no es
otra que acabar con la pobreza espiritual.
Es hora de unirnos, tanto el poder constituido como el poder
constituyente, valorar los esfuerzos realizados hasta ahora,
reflexionar desde nuestras comunidades, como acabar radicalmente con
el modelo capitalista por un socialismo desde lo nuestro, por eso hay
que fortalecer experiencia de poder popular, por poner un ejemplo, las
del
Consejos Presidenciales de Gobierno Popular para la Cultura, que como
una acción inedita, asumimos desde nuestros saberes populares una
forma de planificación muy propia, con una metodología de acción
participativa y presentamos nuestro plan de lucha, que llamamos POA
Popular.
Pero ahora toca una tarea importante, y es discutir en todas
comunidades, MPPC, Gobernaciones, alcaldías, acciones coherentes que
tiendan a la democratización en la toma de decisiones. En este
sentido, ya tenemos una Ley Orgánica de Cultura, que orienta como
vamos a encontramos en los diferentes niveles de gobierno, a través de
la creación y coordinación de los consejos populares de cultura, como
expresión de lo nacional, estadal, municipal, y comunal, y demás
formas de organización territorial del poder popular en lo cultural,
para poder funcionar en coordinación con el MPPC. Esa es una tarea que
ya se hace impostergable, porque de lo contrario lo que refiere a la
articulación para programas y recursos seguirá siendo una tarea de
técnicos qué siguen la receta de planificación normativa.
Por otra parte hay que trabajar para que la acción cultural se
mantenga al servicio de toda la población, sacar la institucionalidad
al barrio, como lo esta haciendo Gustavo Arreaza, que esta sacando el
Teresa Carreño al barrio, y toca hacer lo mismo, como lo hizo Chávez
fue un inalcanzable promotor de lectura, de nuestra música
tradicional, de nuestros saberes, de nuestra historia, de nuestra
diversidad, entonces ante la guerra económica que atravesamos nuestra
tarea es ser críticos, reflexivos, incentivas que nuestros niños y
niñas se formen, se preparen, sean productivos, pero sobre todo que
tengan conciencia de los que somos, de nuestra identidad, nuestra
memoria, nuestras raíces.
Por eso hoy más que nunca, los Consejos Presidenciales de Gobierno
Popular para la Cultura, estamos llamados a ser lo más amplio que
podamos teniendo claro, que nuestra lucha es por la revolución
bolivariana, por el socialismo, por el legado de Chávez, por Maduro
que es nuestro presidente que ha demostrado valentía el lealtad al
pueblo venezolano ante las grades dificultades que se nos han
presentado, siendo ejemplo de trabajo en equipo, productividad, y uso
racional de recursos públicos.