Un colega aporreador [1] escribió en estos días sobre las distorsiones de precios en el país y cuestionaba la Ley de Precios Justos. Estamos de acuerdo que la Ley de marras no controla los precios, en una economía tan volátil y mal estructurada como la nuestra. De hecho estos tipos de leyes son muy vulnerables en un sistema de economía de mercado capitalista. Venezuela es una economía atípica en un sistema pre capitalista, la ley de oferta y demanda no se cumple en ninguno de sus principios teóricos, los precios son colocados por fabricantes, importadores y gobierno al libre albedrio sin cálculos contables de ningún tipo. Podríamos decir que Venezuela es un país sin ley a nivel de precios que castiga a los consumidores sobre todo a los que menos tienen.
Hace ya algunos años (28/7/2011), escribí sobre la primera Ley de Costos y Precios Justos [2], allí exponía la debilidad existente que tenía el estado y los ciudadanos al enfrentar carteles empresariales, monopolios y oligopolios plenamente organizados y que tenían una ventaja sobre el sistema político y el control ciudadano. El tiempo me dio la razón, esa Ley fue derogada por otra muy parecida, incluyendo sanciones de mayores envergaduras, pero que todavía sigue siendo vulnerable ante la cartelización de precios.
Para nadie es un secreto que Venezuela es un país sui generis en cuestiones económicas. No se cumplen las leyes que rigen las teorías económicas, cada empresario o cartel económico coloca los precios de sus mercancías como mejor le convenga, y cuando interviene el estado este también asigna precios a diestra y siniestra rayando a veces en la intolerancia de realizar ajustes. En el medio de todo este desbarajuste económico estamos los ciudadanos indefensos. Por eso creemos conveniente enfocarnos no en una ley punitiva de precios justos, sino en la implementación de un nuevo sistema justo de Valor-Trabajo. Este sistema si abriría las compuertas hacia una verdadera transición de un sistema pre capitalista de precio-mercancía-trabajo, a uno socialista donde exista un verdadero equilibrio sobre el trabajo necesario y bien remunerado, el valor y no el precio de la mercancía.
Pero para esto debemos comenzar con un estricto estudio de todo nuestro sistema económico productivo. No podemos improvisar, este asunto seria prioritario para la nueva y revolucionaria AN que empezará a legislar en enero próximo.
Como todos sabemos cuándo hablamos de “Precio”, que es una medida económica capitalista, nos referimos a la cantidad en unidades monetarias que intercambiamos por bienes y servicios en un tiempo determinado. No así el “Valor”, este concepto es mucho más amplio y contiene el esfuerzo o fuerza de trabajo que realizan nuestros trabajadores en las diferentes ramas del aparato industrial nacional y privado, también incluye de manera subjetiva la necesidad del consumidor para satisfacer sus necesidades prioritarias del buen vivir. Podemos decir que el ciudadano consumidor no compra un producto, compra la satisfacción de una necesidad, por lo tanto, el “Valor” no es el “Precio”. Existe un “Valor” intrínseco que el ciudadano le asigna al producto para satisfacer un requerimiento de vida.
En una economía de mercado toda mercancía o servicio tiene “Precio”, pero realmente lo que paga el ciudadano es el “Valor” que tiene el producto. El “Valor” de un producto puede ser cuantificable allí interviene el trabajo necesario de los obreros, operarios, empleados, el capital, la infraestructura, maquinarias etcétera, como lo dice la teoría clásica, y como dice Marx…” El valor de las cosas reside únicamente en el tiempo de trabajo dedicado a producirlas incluyendo en el mismo los factores que requiere esa producción”… Por consiguiente el “Valor” se mide en “unidades” de trabajo con la condición de que este trabajo sea “Socialmente Necesario”. Podemos decir con Marx:.. “El Precio es la medida del Valor”… En el sistema de economía de mercado o capitalismo puro, hay un tiempo en horas de trabajo que el trabajador realiza gratuitamente para el beneficio exclusivo del empresario capitalista, y otro tiempo en horas que trabaja para sí mismo recibiendo una retribución en dinero o especies. La diferencia entre el “Valor” del producto fabricado por el trabajador y su consiguiente “Valor” de venta al mercado es denominado plus valor. La mercancía fabricada por el trabajador venezolano tiene un “Valor de Uso” y también tiene un “Valor de Cambio” es decir alguien está dispuesto a pagar un “Precio” por esa mercancía, el empresario capitalista para maximizar su ganancia lo vende en el mercado a un valor mayor de lo que ha costado su propia producción, incluido gastos de materia prima, herramientas, salarios, etc. Esta diferencia es lo que denomina Marx Plus valor.
Los teóricos de la economía neoclásica, no esconden el carácter neoliberal del “precio” fijado por los carteles y oligopolios. Para ellos el “Valor” de una mercancía es equivalente al “Precio” de la misma y se define en los intercambios del mercado según la utilidad marginal que ella posee para quienes la demanden y la maximización de beneficios que produzca para quienes la ofrezcan. Para nada toman en consideración el trabajo necesario de los obreros en la fábrica, estos nunca serán retribuidos según sea el precio final de venta, seguirán ganando un salario fijo y unas paupérrimas utilidades al final de año. Todo esto debe cambiar en Venezuela. Y eso es un trabajo que debe hacer la nueva AN.
Venezuela debe realizar un cambio radical de su sistema económico capitalista o pre capitalista, dejar atrás los viejos entuertos teóricos del libre mercado, en Venezuela hay libertad para los empresarios, lo vemos en la fijación de precios, factor decisivo en la inflación estructural inducida, mientras el consumidor esta maniatado por un mercado reducido por la cartelización y la presencia de oligopolios.
Nosotros, los ciudadanos queremos una economía participativa y democrática, socialista. Donde el protagonismo lo tengamos los trabajadores junto a los ciudadanos. Y que los industriales sean un canal para la diversificación de la producción, y que su rentabilidad no vaya más allá de un porcentaje adecuado y ajustado a otros ejemplos en países semejantes.
Llego la Hora…. Venceremos..¡¡
[1] Carlos González: http://www.aporrea.org/actualidad/a217351.html
[2] Pedro Patiño: www.aporrea.org/actualidad/a127459.html
venezuelaeconomicaypolitica.wordpress.com