¿Qué será mejor: pobre desarreglada o burguesa holgazana?

Ya sé que me van a responder sin ningún espasmo de vergüenza que mejor
es ser burguesa que se pintarrajea: cada vez que quiere y las veces
que quiera como una miss en potencia que, suelta en su frenesí de
obediencia la lozanía de la atracción y, todas las puertas de la
convivencia se les mantienen abiertas con derecho a la prepotencia de
lucir en su altivez un Esequivo sin reclamación, aunque tenga en su
cabeza un rancho de cartón en miniatura con muchos millones de
agónicos escándalos por la maldad de su prepotencia todo o nada.

En cambio dirán otros, agarrando aunque sea fallo que, mejor es ser
pobre, porque la pobreza no pide perdón y, que fue siempre defendida
por Jesús mientras vivió con toda la satisfacción de su entereza
cuando se lucía al compás de sus discípulos abriéndose paso entre los
pobres, uniendo sus corazones con la paz y el sermón de su boca y,
siempre atento a que el amor floreciera entre los pobres por ser hijos
del hombre como él.

Esto se complica más estos días cuando la gente sale a protestar con
la consigna bien arremetida: tenemos hambre y, resulta ser que los que
protestan no son los pobres, sino los que más tienen con una obesidad
de cuerpos que pareciera que tragan por demás sin hacer colas,
mientras que los pobres que si la hacen conviven con su hambre que no
es de espíritu ni de confianza, sino hambre de paciencia que desde que
nacieron siguen padeciendo a no ser que se metan a corruptos que,
entonces se amañan y se van a vivir al Norte con todas sus malas
costumbres y deformaciones que en nada los honra como ciudadanos que
creen ser.

Si una dama de la burguesía en cuestión con toda la esplendidez de su
hermosura, quiere encandilar a un público viciado de terquedades
engorrosas que le gusta sentirse por encima de las demás por el
usufructo de sus bienes que, no son de la convivencia de los pobres
que de bienes está alejado, no se le ofende ni se le lastima si al
pensar que porque no se visten bien ni se pintan no van a ir al cielo
cuando se mueran no es ofensa por ser potestad eso de Dios, pero si le
dices que no lo hacen por ser de o, del gobierno te estas llevando por
delante una gran masa de mujeres que posiblemente más de la mitad son
adecas que si se ven bien se conocen al trasluz, pues el AD lo llevan
por dentro, fácil de distinguir, pero como adeca es adeca con oprobio
o sin oprobio, porque le da lo mismo, mueren calladas.

Ser burguesa es una bendición del capitalismo que baña de comodidades
a todos los que tienen bienes que, es su gran delirio tienen abiertas
las puertas del mundo para dormir donde quieran a sus anchas y con
todo el cinismo de su sin razón critican a las pobres que trabajan
para aliviar sus penas que les corren por sus ojos y, no tienen la
franquicia de tener esposos que las llenen de comodidades ni que las
duerman con las luna de cabecera y, la despierten con un banco en la
puerta y tienen que salir todos los días a buscar a Dios que las
auxilie si son de buen corazón como los son sin alabancia.

Sin duda alguna que ser burguesa es un sueño hecho realidad que muchas
desconocen las palpitaciones de su consentir que las mantiene a la par
de todas las comodidades a su alcance, mientras que las desarregladas
nacieron para arreglarse en el camino, en ese camino que hay que
transitar a diario no importa quién esté en el poder, un poder del que
muchos adecos se mal acostumbraron a vivir de él y a estrujarlo hasta
más no poder y tras de él andan y, ahora ven en el referendo
revocatorio un suspiro que los puede arrimar al poder del Estado,
aunque nunca se sabe...

 



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Esteban Rojas


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